Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores de Federico García Lorca
¿Por qué tus ojos traidores con los míos se fundieron? ¿Por qué tus manos tejieron, sobre mi cabeza, flores? ¡Qué luto de ruiseñores dejas a mí juventud, pues siendo norte y salud tu figura y tu presencia, rompes con tu cruel ausencia las cuerdas de mi laúd!
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