La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
AMELIA.- Nacer mujer es el mayor castigo. MAGDALENA.- Y ni nuestros ojos siquiera nos pertenecen. |
La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
AMELIA.- Nacer mujer es el mayor castigo. MAGDALENA.- Y ni nuestros ojos siquiera nos pertenecen. |
La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
¡Qué les importa a ellos la fealdad! A ellos les importa la tierra, las yuntas, y una perra sumisa que les dé de comer.
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La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
Tirana de todos los que la rodean. Es capaz de sentarse encima de tu corazón y ver cómo te mueres durante un año sin que se le cierre esa sonrisa fría que lleva en su maldita cara. ¡Limpia, limpia ese vidriado!
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Una trilogía rural de Federico García Lorca
Ya no aguanto el horror de estos techos después de haber probado el sabor de su boca. Seré lo que él quiera que sea. Todo el pueblo contra mí, quemándome con sus dedos de lumbre, perseguida por los que dicen que son decentes, y me pondré delante de todos la corona de espinas que tienen las que son queridas de algún hombre casado.
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Una trilogía rural de Federico García Lorca
Vamos al rincón oscuro, donde yo siempre te quiera, que no me importa la gente, ni el veneno que nos echan.
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Yerma de Federico García Lorca
Dile a tu marido que piense menos en el trabajo. Quiere juntar dinero y lo juntará, pero ¿a quién lo va a dejar cuando se muera?
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Yerma de Federico García Lorca
Quiero beber agua y no hay vaso ni agua, quiero subir al monte y no tengo pies, quiero bordar mis enaguas y no encuentro los hilos.
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La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
Tirana de todos los que la rodean. Es capaz de sentarse encima de tu corazón y ver cómo te mueres durante un año sin que se le cierre esa sonrisa fría que lleva en su maldita cara.
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Bodas de sangre de Federico García Lorca
No puedo escucharte. No puedo escuchar tu voz. Es como si me hubiera bebido una botella de anís y me hubiera quedado dormido envuelto en un edredón de rosas. Me arrastra, y sé que me estoy ahogando, pero sigo hacia abajo |
Poeta en Nueva York de Federico García Lorca
No preguntarme nada. He visto que las cosas cuando buscan su curso encuentran su vacío. |
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Mariana Pineda de Federico García Lorca
Mariana, ¿qué es el hombre sin libertad? ¿Sin esa luz armoniosa y fija que se siente por dentro? ¿Cómo podría quererte no siendo libre, dime? ¿Cómo darte este firme corazón si no es mío? |
Mariana Pineda de Federico García Lorca
Toda mi sangre es nueva, porque tú me la has dado exponiendo tu débil corazón al peligro. |
La zapatera prodigiosa de Federico García Lorca
Nunca se rinde la que, como yo, está sostenida por el amor y la honradez.
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La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
Cuando una no puede con el mar, lo más fácil es volver las espaldas para no verlo.
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La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
Tus hijas están y viven como metidas en alacenas. Pero ni tú ni nadie puede vigilar por el interior de los pechos.
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¿Cuáles fueron las primeras influencias que distinguen la lírica del autor?