Atardecer de Erin Hunter
Cerró los ojos, imaginándose a un gato pasando por el sendero, ajeno al peligro, metiendo la cabeza en el lazo y… —Eso podría partirle el cuello a cualquiera… —O estrangularlo hasta morir —añadió Manto Polvoroso, muy serio. Esquiruela soltó el palo. —No lo han puesto para nosotros —dijo con convencimiento—. Los Dos Patas lo han colocado en una senda de zorros. Lo más probable es que quieran atraparlos con esto. —Pero ¿por qué? —preguntó Espinardo. Manto Polvoroso se encogió de hombros. —Están locos. Todos los Dos Patas están locos. |