“Todo el conjuro que se necesita son los ojos de una enamorada, para ella sería usted los más hermoso que se pudiera desear” Con mi frase favorita del libro comienzo esta reseña sobre uno obra maravillosa que se ha convertido en una de mis favoritas de todos lo tiempos. Es una historia de amor, de superación, de lucha por los ideales. Lo mejor de esta novela es que no te das cuenta (salvando el lenguaje) de que está escrita en 1847 y es debido a que trata de tantas cuestiones universales y de una forma tan directa que no importa cuando se lea porque llega de todos modos al corazón del lector. Para mí, Jane Eyre es uno de los mejores personajes femeninos que ha dado la literatura puesto que no se deja subyugar por nadie, ni por los hombres ni por personas de mayor poder que ella, además de que siempre se cuestiona todo antes de tomar una decisión. Otra de las cosas que más me fascinaron quitando la personalidad de la protagonista, es su relación con el señor Rochester. A este personaje se le describe como un hombre feo, borde, entre otros aspectos nada gloriosos, sin embargo, a la hora de entablar la relación poco a poco a través del poder de las palabras, se va convirtiendo en una persona maravillosa no solo para Jane Eyre, sino para el propio lector. Por último destacaría la atmósfera que envuelve la historia que le da un toque siniestro y misterioso que puede llegar a atrapar al lector. Recomiendo fervientemente que leáis esta gran novela porque una de las cosas que tiene este libro es que no solo se centra en la historia de amor sino de la evolución de Jane desde que es una niña pasando todas las penurias posibles, hasta que se convierte en una mujer. + Leer más |