Hola, lectores: Ayer, en una sesión maratoniana, leí casi de un tirón La rosa de Bereford. Es una novela romántica cuyo argumento me atrapó y de la que os quiero señalar algunos aspectos que me gustaron y otros que no me acabaron de convencer. La novela tiene varios aciertos. Por una parte no abunda en escenas de sexo, algo que siempre me hace sospechar que están intentando venderme algo con un truco muy viejo. Además está el argumento, que pese a no ser del todo original, está presentado de una manera cuidada. Después de caer en una trampa urdida por su propia madre, Madeleine se ve obligada a casarse con Nicholas Hancock, nuevo conde de Sedgwick. Éste, furioso por la situación, decide llevar a su joven esposa a una lejana propiedad, bastante abandonada, darle una exigua renta para su mantenimiento y olvidarse de ella. Desde este momento los protagonistas de la novela están once años sin tener ningún contacto. Y este es otro acierto de la obra. Durante este tiempo Madeleine evoluciona. Deja de ser una jovencita sujeta a las órdenes de su madre para desarrollar una personalidad muy atractiva, mientras que Nicholas se entrega a su trabajo en el Parlamento, al resto de su familia y a satisfacer sus placeres. Con lo que no cuenta es con que el Rey le invite a él y a su esposa a una fiesta. Y a semejante petición no se puede negar. No voy a desvelar ningún aspecto más de la trama, porque no quiero estropearla. Quizá uno de los fallos de la novela es presentar personajes muy típicos de la novela romántica: las maliciosas matronas con sus cotilleos, una protagonista muy joven de quien el lector sabe con certeza que va a ser una belleza; un conde recién estrenado, atractivo y de fuerte personalidad..., en fin, lo esperable. Más destacables son los personajes secundarios que aparecen en la obra, sobre todo al lado de Madeleine: agricultores, timadores, pequeños rateros que recuerdan a los personajes de Dickens, caballeros, jardineros y botánicos célebres. En fin, una paleta muy amplia de figuras que hacen muy amena la parte en la que la escritora nos cuenta como transcurren los once años de la vida en solitario de Madeleine, una mujer que consigue con su esfuerzo ir cambiando un infierno en un paraíso. Los once años no se limitan a un epígrafe en el que pone "once años después", sino que el autor siente que pasa ese tiempo, al asistir a la vida que cada uno de los protagonistas vive por su cuenta. Este es otro de los aciertos de la obra, que se lee con facilidad. Una novela entretenida para los amantes del género, con una edición cuidada. + Leer más |