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No había leído nada de Brenna Watson hasta ahora y confieso que tenía una curiosidad inmensa por adentrarme en alguna de sus historias. Su estilo me ha cautivado, la forma de narrar y de meterte en la historia es una maravilla y sus personajes tienen tanta personalidad que traspasan las páginas. La historia me ha tenido enganchada desde los primeros capítulos, ya os digo que la forma de narrar de la autora es una delicia, lenta y pausada con descripciones necesarias y sabiendo mantener al lector enganchado sin remedio. El libro está dividido en tres partes. La primera es, sin ninguna duda mi favorita. La segunda se me hizo algo lenta en algunos puntos y algunos personajes que en ella aparecen no hicieron más que contribuir a que, en ocasiones, estuviese deseando que acabase. La tercera parte, y la más corta también, retoma el ritmo de la primera y culmina de forma magistral una historia preciosa. Los personajes fuertes y con gran personalidad, todos, me han gustado mucho (unos más que otros, eso sí), pero sin duda me quedo con nuestra maravillosa protagonista femenina, Madeleine. Una mujer independiente que no necesita a nadie para sobrevivir, de gran corazón, con una nobleza tremenda y una generosidad y capacidad de perdonar envidiable. Un personaje de los que se quedan contigo para siempre. Una historia preciosa que, sin duda, me deja con más ganas de seguir descubriendo libros de la autora. |
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