Este libro es una joyita por lo bien escrito. Sucede en Cuba para terminar en Europa en pleno carnaval de Venecia con un indiano enriquecido con el negocio de la plata, acompañado de su criado negro. Un relato truculento. |
Este libro es una joyita por lo bien escrito. Sucede en Cuba para terminar en Europa en pleno carnaval de Venecia con un indiano enriquecido con el negocio de la plata, acompañado de su criado negro. Un relato truculento. |
Antes que nada, cabe aclarar que no leí la edición que figura aquí, sino que leí una edición de la Biblioteca Breve de Seix Barral, de 1998. Esta novela es un maravilloso delirio que mezcla, al mejor estilo barroco, un montón de cosas, empezando por tiempos y espacios. Aquí, el protagonista es un indiano que viaja a Europa, y al llegar, solo extraña su México natal: ni Madrid ni Venecia lo convencen. El nudo es su encuentro casual, estando él vestido de Montezuma y buscando un respiro al mareo de colores del carnaval, con El Fraile Pelirrojo (Vivaldi, il prete rosso), el amigo sajón del fraile (Händel) y un joven napolitano (Scarlatti), en la Botteghe di Caffé de Victoria Arduino. De este encuentro, que luego de pasar por una jam session en el Ospedale della Pietá y un desayuno en el cementerio sobre la tumba de Igor Stravinsky, Vivaldi toma la idea para su ópera Motezuma. El indiano llega a ver los ensayos de esa puesta en música, y se siente disgustado por los errores históricos que muestra el argumento. “La ópera no es cosa de historiadores”, le dice Vivaldi, es espectáculo, busca entretener. Al no poder rebatir ese argumento, el indiano decide volverse a su tierra. Al emprender el regreso en tren (sí, en tren) se despide de Filomeno, quien decide quedarse en Europa, y dedicarse a la trompeta, instrumento que había recibido como regalo de una de las pupila della Pietá. Ni la ópera ni la novela es cosa de historiadores, diría yo. Y lo bien que está, porque esta novela sería imposible si así lo fuera. Anímense a meterse en este Concierto Barroco. No se sentirán defraudados con desafinaciones. + Leer más |
Sensación agridulce la que me ha quedado después de esta lectura. Por una parte soy consciente de la calidad literaria de la obra, con pleno dominio del lenguaje y riqueza en sus formas y expresiones. Como contraste nos encontramos con ciertas dificultades a la hora de situar la escena, al menos en un principio, donde se genera cierta confusión entre el personaje principal (el acosado) y el taquillero del teatro, personaje que sin haber mantenido un contacto directo con el fugitivo tendrá una trayectoria paralela en la que curiosamente estarán vinculados mediante unas melodías oídas en la distancia y una prostituta a la que ambos visitan. Tampoco ayuda mucho la falta de un oportuno prólogo que prepare al lector, o la sinopsis que se ofrece en la que se indica que la acción transcurre en el interior de un teatro durante los 46 minutos que dura la ejecución de la Sinfonía Heroica de Beethoven, cuando en realidad eso solamente es una parte reflejada al inicio y al final, siendo el resto un relato de la situación del taquillero, de la prostituta que ambos visitan y fundamentalmente del acosado y sus inicios revolucionarios, su paso tortuoso por prisión y finalmente sus desesperados esfuerzos por escapar de sus perseguidores. La novela tiene un alto nivel que no le resta mérito, aunque creo que puede provocar reacciones contrapuestas. Recomendable para lectores exigentes y que disfruten de lecturas más elaboradas y detalladas. + Leer más |
Un libro denso-denso que me resultó ilegible por lo barroco y enrevesado. Lleva mucha cultura religiosa y musical.
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Si el arpa sirve para cantar loas y alabanzas, la sombra muestra el lado oscuro de la humanidad, en el Intermezzo, la mano, se atreve a intentar pases de prestidigitador para ocultar a la segunda y mostrar solo los hechos que eleven al grado de epopeyas simples acciones con más características de yerros que aciertos. En esta novela, Carpentier, europeizado, pero ferviente defensor de lo latinoamericano, a quien llamó “ lo real maravilloso” se atreve a parodiar un hecho que de tan serio resultaría cómico, si no fuera por lo trágico de la pretensión de canonizar a Cristobal Colon . Y por lo aberrante que resulta que sea verdadero. Una novela relativamente corta, que sin duda le queda estrecha a la cantidad de citas, referencias y la multitud de vertientes que pueden discernirse de las letras de Carpentier. No es un asunto menor la puesta en escena de esta novela histórica con tintes hagiograficos . Pero sin duda, “la historia como pudo o debió haber sido” ,tampoco alcanzaría , para colocar al Almirante , tan perdido en sus viajes como sus restos en el mundo, a un nivel que no, no le corresponde. Y sin nada que agregar en la lipsonoteca. Al menos una uña que rascase la cáscara de la ignorancia y la credulidad en una tierra plana y finita, o en la mentalidad de quien haya pensado que un permisivo genocida pueda ser elevado a la categoría de “ iluminado “ como mínimo. Sin duda se necesita un santo marinero, pero...este candidato queda descartado, en plena época de elecciones ( mayo 2021) + Leer más |
RECOMENDADO: El reino de este mundo de Alejo Carpentier (1904-1980) Relato –literatura cubana- Barroco Fue un escritor, ensayista y musicólogo, y uno de los más importantes dentro de la literatura de habla hispana del Siglo XX. Durante el mandato fascista de Machado fue encarcelado. Posteriormente huyó a Francia, viviendo en el exilio casi una década, que ocuparía en explorar parte del continente europeo y estudiar la cultura afroantillana. Pasó a Venezuela y regresó a su país lograda la Revolución cubana. Su estilo se enfocó en la descripción sobre escenarios que vivifican sus narraciones y no tanto en la introspección psicológica, basándose en acontecimientos históricos para dotarlos de lo que él denominaría lo “Real maravilloso”, como sucedió en el prólogo de El reino de este mundo, considerado por la crítica como punto fundacional del Realismo mágico en Latinoamérica, una reproducción de rasgos que identifican determinada realidad y el traspaso de las fronteras de la ficción, ambos aspectos imprevisibles. Con la rigurosidad de un historiador, cuenta el surgimiento de la Revolución Haitiana en manos de las negritudes que eran esclavizadas por los colonos franceses. Ti Noél siempre ha sido sometido, hasta que se une a la rebelión encabezada por los sacerdotes vudú D. Boukman y F. Mackandal, personajes oscuros con la capacidad de transformarse en animales y el grito impenitente de la liberación consumido por las llamas. A su vez aparece Solimán, un esclavo y masajista de P. Bonaparte, de la que se había enamorado, quien cae en la desesperación cuando contempla el cuerpo inerte de aquella mujer complacida en ser deseada. Ti Noél termina en las ruinas de su antiguo amo y desaparece de forma misteriosa tras una tempestad. Premio al mejor libro extranjero 1956; Premio Internacional Alfonso Reyes; Premio Cervantes 1977; Premio Médicis 1979; entre otras distinciones. @Juliiann0 Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |
Alejo Carpentier prologa esta obra explicando la necesidad de Latinoamérica, de intentar plasmar en la literatura los elementos de lo real-maravilloso, elementos que se logran encontrar en la vida cotidiana de cualquier comunidad en este continente. El cubano menciona que América está muy lejos de poder agotar el caudal de mitologías en su letras, es por ello que esta novela parte con Mackandal, esclavo que encabezó rebeliones de Santo Domingo y dejó un legado dentro de la mitología de su pueblo, el cual aún lo recuerdan con himnos mágicos en las ceremonias del vodú. La novela nos da un recorrido de las batallas históricas de Haití, mediante Ti Noel, esclavo de un colono francés. En el reino de este mundo, podemos encontrar elementos mágicos derivados de la magia africana que ayudan a los esclavos a buscar su independencia, también logramos ver la dificultad política de la condición humana, pero más allá de retratar un evento histórico-político, Carpentier hace reflexionar al lector sobre el sentido de la vida del hombre, el cual parece tener solo el poder de aportar con sus acciones en el reino de este mundo. Sin duda una obra cumbre de las letras hispanas, y una novela imperdible de la literatura universal.
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RECOMENDADO: El reino de este mundo de Alejo Carpentier (1904-1980) Relato –literatura cubana- Barroco Fue un escritor, ensayista y musicólogo, y uno de los más importantes dentro de la literatura de habla hispana del Siglo XX. Durante el mandato fascista de Machado fue encarcelado. Posteriormente huyó a Francia, viviendo en el exilio casi una década, que ocuparía en explorar parte del continente europeo y estudiar la cultura afroantillana. Pasó a Venezuela y regresó a su país lograda la Revolución cubana. Su estilo se enfocó en la descripción sobre escenarios que vivifican sus narraciones y no tanto en la introspección psicológica, basándose en acontecimientos históricos para dotarlos de lo que él denominaría lo “Real maravilloso”, como sucedió en el prólogo de El reino de este mundo, considerado por la crítica como punto fundacional del Realismo mágico en Latinoamérica, una reproducción de rasgos que identifican determinada realidad y el traspaso de las fronteras de la ficción, ambos aspectos imprevisibles. Con la rigurosidad de un historiador, cuenta el surgimiento de la Revolución Haitiana en manos de las negritudes que eran esclavizadas por los colonos franceses. Ti Noél siempre ha sido sometido, hasta que se une a la rebelión encabezada por los sacerdotes vudú D. Boukman y F. Mackandal, personajes oscuros con la capacidad de transformarse en animales y el grito impenitente de la liberación consumido por las llamas. A su vez aparece Solimán, un esclavo y masajista de P. Bonaparte, de la que se había enamorado, quien cae en la desesperación cuando contempla el cuerpo inerte de aquella mujer complacida en ser deseada. Ti Noél termina en las ruinas de su antiguo amo y desaparece de forma misteriosa tras una tempestad. Premio al mejor libro extranjero 1956; Premio Internacional Alfonso Reyes; Premio Cervantes 1977; Premio Médicis 1979; entre otras distinciones. @Juliiann0 Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |
Esta novela es absolutamente deslumbrante por muchos motivos. Carpentier dice en el prólogo que la crónica de América no es sino la crónica de lo real maravilloso. Y a decir verdad, si no hubiese estado googleando a los personajes reales y los escenarios y eventos que inspiraron a Carpentier, hubiese pensado que se trataba de un delirio del escritor. Pero no: todo lo que Carpentier cuenta sucedió. Quizás lo más inverosímil de todo sea que una rebelión esclava, la primera del continente, haya resultado en la creación de un reino de Haití, con todo y palacetes versallescos, de negros europeizados que se dedicaron a explotar hasta la muerte a los ex-esclavos, que caído el sistema esclavista se volvían aún más prescindibles ya que ni siquiera valía dinero su vida. La sucesiva serie de rebeliones seguidas de nuevos y peores sometimientos es fiel reflejo de la triste historia de nuestro continente, cuya historia parece de a ratos maravillosa, de a ratos épica y de a ratos paródica. La prosa de Carpentier, su barroquización del lenguaje, es exquisita. Una verdadera joya.
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No está nada mal el ramillete de descubrimientos que llevo este año, un ramo de lo más florido y fermoso: Tavares, Donoso, Garro, Ernaux, la recentísima Olga Tokarczuk y ahora Alejo Carpentier, una de mis asignaturas más vergonzosamente pendientes. Me daba mucho respeto el autor, quizá, no estoy del todo seguro, por haberlo intentado en mi juventud y no haber estado a la altura. Bien es cierto que a Carpentier hay que leerlo siempre con un diccionario cerca, pero aun así ese respeto que sentía se ha requetemultiplicado a la par que mi admiración y mi gratitud por el placer que me ha procurado su breve novela de tan hermosa escritura, de tan elegante estilo, de tan extensa riqueza léxica. Una bella forma de plasmar cómo la corrupción, la explotación y la crueldad de unos hombres contra otros hombres trascienden razas y religiones y de cómo la fe, sabiamente alentada, puede mover montañas y hasta destruirlas completamente sin importar a quién sepulte. “Y comprendía, ahora, que el hombre nunca sabe para quién padece y espera. Padece y espera y trabaja para gentes que nunca conocerá, y que a su vez padecerán y esperarán y trabajarán para otros que tampoco serán felices, pues el hombre ansía siempre una felicidad situada más allá de la porción que le es otorgada. Pero la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es. En imponerse Tareas. En el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de Tareas, hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo”. + Leer más |
: Un libro no muy largo pero muy bien escrito donde narra rebeliones, caídas y el malvivir de los súbditos haitianos. Me ha gustado mucho la riqueza de vocabulario usada por el autor. Una historia muy bien contada.
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El Reino de Este Mundo es uno de mis libros favoritos y uno que siempre recuerdo con cariño porque lo descubrí durante mi época de universitaria, en mi clase de literatura latinoamericana. Hacía bastantes años que no lo leía pero ha sido de esos libros que me marcaron, y me permitieron adentrarme y conocer un poco más de la literatura del continente. Si bien todas las novelas de Carpentier contienen elementos de su admiración por la región, creo que El Reino… es su declaración de amor a nuestra América. En el extraordinario prólogo –el cual además abre la puerta de la corriente de realismo mágico– Carpentier nos habla de las maravillas que descubrió en su primer viaje a Saint-Domingue (actual Haití), en un pasado delirante que continuaba vivo si bien en ruinas y de los esfuerzos desesperanzados de tantos europeos que por siglos habían querido construir mundos fantásticos desde una racionalidad que los aplastaba. En América y el Caribe tal esfuerzo de la imaginación era innecesario porque lo fantástico, lo irreal, estaba ahí –en las ruinas de un castillo infinito construido por el primer rey negro del Caribe, en el culto a un hombre venido de África y que se convertía en animal, en el primer movimiento de emancipación del continente. Porque, en las palabras del propio autor, ¿…qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real-maravilloso? Esta novela nos narra la vida de Ti Noel, esclavo de Monsieur Lenormand de Mezy –Ti Noel es joven, inexperto, quizá como otros esclavos de la época. Como todos, ha aceptado un poco su destino de explotación, si bien no deja de fantasear con algo que pueda cambiar esto –la muerte del amo, la muerte de todos los blancos. En su plantación trabaja junto a Mackandal –figura histórica que efectivamente, sembró una ola de terror entre los colonos de la época– quien habla de sus Dioses y Reyes africanos y en el poder que éstos les concederán para acabar con el yugo del blanco. Escapándose de su plantación, Mackandal, con ayuda de todos los esclavos, comienza a envenenar a los amos y por un tiempo parece imparable. Eventualmente es capturado y condenado a muerte. Para sus seguidores, pudo escapar en el último momento en forma animal de la hoguera, pero para los franceses, murió calcinado. Los años pasan pero el ansia de libertad que despertó en la población no termina. Así, se suceden varios levantamientos, luchas, intentos de reconquista –de los cuales Ti Noel es testigo, tanto desde Saint-Domingo como desde Cuba, en donde reside algunos años. Una vez que su tierra es declarada independiente, decide regresar a terminar sus días ahí. Pero el regreso no es lo esperado ya que se encuentra con una nueva tiranía –la del primer rey de color, Henri Christophe. Emancipado ya desde antes de las acciones de Mackandal, Henri aprovecha las circunstancias y tras la independencia, se declara rey y decide reproducir una corte a la francesa en la isla adoptando el modelo europeo en las costumbres, tendencias, y por desgracia, también de la esclavitud. El rey brutaliza y esclaviza a sus hermanos de sangre y de color. Ti Noel, confundido, observa y se da cuenta de lo contradictorio del ser humano y de los errores a los que la humanidad regresa una y otra vez. Sin embargo, también le resulta evidente que tanta grandeza terrenal, tanto derroche y exhibición al final no es de ningún valor porque el destino inevitable del hombre es la muerte –y muchas veces a este camino se llega en la más completa soledad. El Reino de este Mundo nos presenta un hecho histórico visto desde los ojos de un individuo que vive esta realidad a través de otra perspectiva –la de lo fantástico, lo mágico, en donde viejos espíritus fortalecen al hombre para lograr sobrevivir un mundo a veces cruel y terrible. Y, ¿dónde más sino en América se ha visto esta mezcla de creencias, ideologías y credos? Es por ello que considero que esta novela es la más poética de las obras de Carpentier, ahí donde expresa todo su amor, admiración y fe en el continente. No sólo porque asume, en el ya mencionado prólogo, que aquí lo real y lo imaginario se funden y se ven a cada paso, sino porque las propias descripciones en el libro, si bien algunas veces crueles –cuando Mackandal pierde el brazo, el envenenamiento a todos los blancos, la esclavitud a manos de Henri Christophe– son en su mayoría un tributo a los paisajes, a la naturaleza virgen y rebelde del continente, al artificio construido por los hombres y mujeres que hicieron su vida en esta región. Basta recordar la desilusión de Monsieur de Mezy al marcharse a Francia y darse cuenta que: “…al cabo de pocos meses, una creciente nostalgia de sol, de espacio, de abundancia, de señorío, de negros tumbadas a la orilla de una cañada, le había revelado que ese ‘regreso a Francia’ para el cual había estado trabajando durante largos años, no era ya, para él, la clave de la felicidad. Y después de tanto maldecir a la colonia, de tanto renegar de su clima, de tanto criticar la rudeza de los colonos de cepa aventurera, había regresado a la hacienda…” Esto también se adivina cuando Paulina Bonaparte, acompañando a su marido a la isla para tratar de sofocar la rebelión de los esclavos, hace el viaje de Europa a América. No bien dejan aquellas tierras, Paulina empieza a notar cambios en el paisaje; cambios que anuncian lo nuevo, esa tierra en donde todo será permisible a pesar de las reglas y la opresión. Así, detecta una renovación del mar, que ”…Ahora se ornaba de racimos de uvas amarillas, que derivaban hacia el este; traía agujones como hechos de un cristal verde; medusas semejantes a vejigas azules, que arrastraban largos filamentos encarnados; peces dientusos, de mala espina, y calamares que parecían enredarse en velos de novia de difusas vaguedades”. Carpentier siempre hablará de la belleza de estas regiones a través de la inmensidad, la pureza y la exuberancia de estos paisajes y en estas extraordinarias descripciones, se reitera la seguridad que en estas tierras todo será posible, ciertamente desde lo bueno a lo malo, pero, sobre todo eso que permitirá reencontrarse al hombre consigo mismo, saberse solo pero también capaz de lograr sus deseos y su felicidad. Y esta posibilidad hace también que este continente, su tierra, su gente, sean inolvidables para aquellos que la conocen, siendo ya su recuerdo imborrable para quienes vivieron y respiraron su esencia, ésa de la América maravillosa. + Leer más |
Recuerdo que cuando lo empecé a leer no me convencía, pero me alegro de haber insistido. Simplemente, me encantó.
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El siglo de las luces, Alejo Carpentier. La historia oficial suele romántizar a La Revolución Francesa mostrando un solo lado de esta pero ¿Y la otra parte? Se podría reemplazar perfectamente dicho título por "Revolución de la guillotina" creo que ello podría resumir mejor aquel periodo sangriento, que si bien es cierto impulsó las reformas de liberalismo económico y político, y movimientos independentistas, no fue lo único que logró o lo más significativo, y allí es cuando nos encontramos con Alejo Carpentier quién a través de esta novela histórica supo reflejar punto a punto cada característica del llamado Siglo de las Luces. - En ese contexto nos encontramos con Sofía y Carlos en la isla de Cuba, recientemente se han quedado huérfanos pero con la gran fortuna de su padre quien era un importante comerciante, ellos junto a su primo Esteban viven en su propio mundo a través de libros y artefactos que les llegan de Europa, imaginan y sueñan con ese mundo fuera de Cuba, una isla tan pequeña y desagradable a los ojos de estos adolescentes; sus vidas empiezan a cambiar cuando Victor Hugues un comerciante francés llega a establecer negocios con el padre de Carlos y Sofía, al enterarse que este a muerto y ver a los jóvenes tan desprotejidos, decide quedarse un tiempo, y allí es cuando les muestra qué hay más allá de la isla donde se encuentran, los influencia con sus ideas de la ilustración, de revolución, libertad, fraternidad, etc, y es así como estos jóvenes y sobre todo Esteban deciden seguirle el paso. - Victor Hugues en esta historia no se queda siendo un comerciante, se convierte en la figura que utilizó Carpentier para mostrar la doble cara de la Revolución Francesa, se transforma en un dictador, déspota, sangriento, que en un segundo viaje al Caribe es el encargado de llevar la Revolución a dicha región, por lo cual la imagen que había quedado en Esteban de su gran amigo y sus ideas se va transformando progresivamente, hasta llegar a la total desilusión. Quedé altamente sorprendida y complacida, la escritura de Alejo Carpentier es maravillosa, muy barroca, estética y limpia, nunca choca con lo confuso, te maravillas tanto por lo interesante y vuelcos de la historia, como por su escritura misma. Espero que te animes a leer esta obra, sí bien no es un documento estricto históricamente es un reflejo limpio y sincero de aquella época de la revolución, ahora entiendo por qué esta obra es catalogada como una de las mejores del siglo XX, no hay duda de ello. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |
Hace algo de un mes que leí por primera vez a Carpentier y no puedo parar. No sólo me parece fascinante su prosa, su don para el lenguaje, para las descripciones barrocas de la naturaleza desbordada del Caribe, sino también su afán de rescatar las historias no contadas del continente. Así como en El reino de este mundo se narra en profundidad la revolución de Haití, aquí Carpentier nos interna en el poco explorado terreno de la revolución francesa en el Caribe, sus idas y vueltas, su transición de una ráfaga libertaria, a un régimen del Terror hasta llegar a la misma perversión de todos los ideales revolucionarios y la transformación de los jacobinos en terratenientes esclavistas. Ese proceso se encuentra encarnado en la figura de Víctor Hughes, un revolucionario marsellés que realmente existió y se caracterizó, como dice Carpentier, por una acción "firme, sincera, heroica en su primera fase; desalentada, contradictoria, logrera y hasta cínica, en la segunda". Alrededor de su figura giran la de los primos Esteban y Sofía, ambos idealistas, ambos desencantados luego y finalmente redimidos por la búsqueda última de un ideal incorrupto. Un libro imprescindible para conocer la historia de nuestro continente y para reflexionar acerca de los ideales, el fanatismo y la mirada sobre el otro.
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Un libro que narra la historia de las Antillas a través de un grupo de personajes cubanos en el tiempo de la Revolución francesa. Por momentos el relato se vuelve pesado con unos personajes que no logran adaptarse con la dinámica de la novela. Pero por otro lado, la prosa es barroca, rica con un vocabulario rebuscado. |
Excelente historia novelizada de Alejo Carpentier, narra lo que sucede en Cuba al tiempo que esta ocurriendo la Revolucion Francesa, basado en la historia de una familia que mediante el comercio consigue ascender social y economicamente, tratando de imitar, las costumbres europeas traslada objetos que no estan aptos para el clima del caribe, ante esta jauja cometen excesos de todo tipo particularmente en comida , bebida, acumulan tantos objetos que juegan a esconderse entre ellos y destrozarlos sin contemplacion, En un segundo plano narra la vida a bordo de los barcos que hacian travesias entre Europa y el caribe , con todas las miserias que se viven en medio de tanta riqueza transportada, En tercer plano, la colocacion de la guillotina como instrumento de castigo, que es exhibida mas como una rareza y que nunca se uso, como era esperado, Magnifico manejo del lenguaje , te coloca en medio de la accion, haciendo sentir lo lugubre de la mansion, la desesperanza del viaje en barco, y el contraste entre esta riqueza y lo pauperrimo de a poblacion nativa, + Leer más |
Oeuvre sublime d'Alejo Carpentier, fruit d'une longue gestation, véritable somme de ses engagements, de son humanisme horrifié par les préjugés sociaux et raciaux, de ses identités européenne et latino-américaine et de ses convictions, La danse sacrale est une vaste fresque historique, idéologique et humaine, largement fondée sur le désir de témoignage. Le récit très dense couvre à la fois une grande diversité géographique (Cuba, Espagne, France, Venezuela...) et les grands événements de l'histoire contemporaine. Alejo Carpentier construit ses protagonistes comme des archétypes incarnant les horreurs de la guerre tout autant que les idéaux exaltés de ceux qui veulent révolutionner le monde : il réussit à forger des confrontations émouvantes entre des destins individuels et collectifs, rendant l'Histoire presque palpable. Le titre emprunté au Sacre du printemps de Stravinski est un symbole en soi du triomphe annoncé d'une révolution que l'auteur a ardemment souhaitée. Cependant, sans se départir de son enthousiasme quant à la révolution cubaine, Alejo Carpentier rétablit l'équilibre en défendant la beauté et l'harmonie universelle d'une humanité plurielle et ouverte. Enlace: https://tandisquemoiquatrenu.. + Leer más |
¿Se puede renunciar a todo, incluso a nuestra más profunda vocación, en pos de una utopía? Esa parece ser la pregunta central en torno a la cual se construye esta novela. El narrador, un compositor reconocido pero que ha dedicado los últimos años de su vida a producir música de películas para ganar dinero, acepta embarcarse en el río Orinoco en busca de unos instrumentos antiguos que demuestren una vieja hipótesis suya acerca del origen mágico-mimético de la música. A medida que se interna en la selva venezolana, sin embargo, comienza a notar que el tiempo parece ir hacia atrás: pasa por la edad media, por la antigüedad, hasta finalmente alcanzar el asentamiento de Santa Mónica, de características neolíticas, donde la existencia transcurre de acuerdo a los ritmos y vicisitudes de la naturaleza, donde las catástrofes son predecibles, donde cada ser humano desempeña tareas primordiales y su cuerpo se ha adaptado perfectamente a esas tareas. El hallazgo tiene carácter epifánico: se trata de la vida en su estado más puro, sin la corrupción de los problemas que los hombres han procurado crearse a sí mismos y al mundo a lo largo de siglos de civilización occidental. ¿Pero puede un individuo despojarse de su cultura, de su capacidad creativa, de su visión artística, para vivir una existencia sin problemas existenciales? Y si se regresa a la civilización, ¿se podrá luego volver a hallar el camino a la nueva arcadia? Como todas las novelas de Carpentier, la prosa es maravillosa. Los ritmos que crea en las descripciones de la selva, el río y los seres que la habitan generan imágenes vívidas e inolvidables. Una lectura muy recomendable. + Leer más |
“La añeja prosa sigue válida.” Y tanto sigue válida que, a pesar de algunas cositas con las que el autor y yo hemos tenido nuestros más y nuestros menos, y que sin su innegable genio quizá me habría molestado un poquito, la novela me ha gustado entre bastante y mucho. El texto, barroco, culto y hermosísimo, puede leerse gozosamente como si de una novela de aventuras se tratara, en el sentido que puede serlo “El corazón de las tinieblas”, novela a la que sin duda esta debe mucho. Pero, al igual que la novela de Conrad, la de Carpentier es mucho más que eso. El protagonista de “Los pasos perdidos” ha dejado su vida en manos de un matrimonio al que es infiel y de un trabajo que en realidad es una traición a todo lo que había aspirado en su juventud. Una serie de circunstancias se confabularán para empujarle a un viaje al corazón de la selva del Orinoco a la búsqueda de unos instrumentos musicales primitivos que le permitirá «volver a ser hombre cuando se ha dejado de ser hombre». “Lo sorprendente es que -ahora que nunca me preocupa la hora- percibo a mi vez los distintos valores de los lapsos, la dilatación de algunas mañanas, la parsimoniosa elaboración de un crepúsculo, atónito ante todo lo que cabe en ciertos tiempos de esta sinfonía que estamos leyendo al revés, de derecha a izquierda, contra la clave de sol, retrocediendo hacia los compases del Génesis.” En este viaje se irán contraponiendo los valores de la llamada civilización —decadente— frente a los de la vida primitiva —simple y auténtica— en lo que me pareció una visión excesivamente idílica y algo condescendiente del hombre salvaje y de los modos y maneras primitivos, tanto más cuanto más se alejaba de la periferia y “superficialidad” que supone el hombre civilizado y se acercaba al centro del “hombre verdadero”. Y no es que me parezca equivocada la crítica que se hace a las formas de vida más actuales, empezando por la exagerada confianza en la cultura como antídoto a la sinrazón y que tan bien queda expresada en unos párrafos bellísimos que tienen como protagonista a la novena de Beethoven: “… una humanidad sensible y cultivada -sin hacer caso del humo abyecto de ciertas chimeneas, por las que habían brotado, un poco antes, plegarias aulladas en yiddish- seguía coleccionando sellos, estudiando las glorias de la raza, tocando pequeñas músicas nocturnas de Mozart, leyendo La Sirenita de Andersen a los niños.” Nada que reprochar a los ataques a esas gentes, hoy mayoría, que han trocado su alma por el último dispositivo automático (realmente curiosa la leyenda de los mayas guatemaltecos en la que se cuenta cómo “los objetos y enseres inventados por el hombre, y usados con ayuda del fuego, se rebelan contra él y le dan muerte”), que han perdido la perspectiva de lo que importa, que mantienen ritos por la simple costumbre que legitima o condena actitudes, acciones y personas, que viven sometidas a las “voluntades ajenas”, que consideran graves problemas circunstancias que nada suponen, etc., etc., etc. (“los hacedores de Apocalipsis”). Pero creo que es un poco pueril pensar que todo tiempo pasado fue mejor y mucho más a medida que nos acercamos a los orígenes del hombre, como así defiende Carpentier en este viaje en el tiempo (“de derecha a izquierda”) que es su narración. “Un día, los hombres descubrirán un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrá con asombro que cada caracol manchado era, desde siempre, un poema.” Nada me inclina a pensar que el ser humano no sea ahora tan bueno y tan malo como lo ha sido siempre. Bien es verdad que las duras condiciones naturales de aquellos tiempos primitivos, la necesidad y la amenaza siempre presente obliga a preocuparse únicamente de lo esencial, a disfrutar de los gozos más simples y gratuitos, a un mayor respeto por mitos y ritos que se viven más profundamente, a la solidaridad con los otros. Pero también es cierto que ese apego y preocupación por los demás con mucha frecuencia se acaba abruptamente poco más allá de la propia familia y puede convertirse en una atroz brutalidad con la tribu distante un mero día de camino. Y no es que Carpentier muestre el mundo selvático como un espacio utópico malogrado. El autor se esfuerza mucho en subrayar las penurias que implica una naturaleza siempre ávida de reconquistar sus posesiones, o los casos de Nicasio, el leproso expulsado del poblado, la barbarie con la que una tribu castiga a un misionero, el racismo (“Eramos tres hombres y doce indios”), el machismo (“La hembra sirve al varón”), la homofobia (hay una bestial paliza de una mujer a otra por el simple hecho de pretenderla) tanto o más grave que los actuales. Sin embargo, Carpentier trata todo ello con una indulgencia, incluso con una aquiescencia, que desaparece completamente cuando se trata de los males del presente. En fin, que todo esto con lo que discrepo no ha conseguido empañar una lectura gozosa de una historia con final abierto en la que, no obstante, sí queda claro que muchos de los caminos recorridos por la humanidad no permiten ya una vuelta atrás, que algunos pasos se han perdido para siempre, algo en lo que el autor, en contra de mi parecer, no parece encontrar nada bueno. “He tratado de enderezar un destino torcido por mi propia debilidad y de mí ha brotado un canto -ahora trunco- que me devolvió al viejo camino, con el cuerpo lleno de cenizas, incapaz de ser otra vez el que fui.” + Leer más |
¿Cuántas novelas hay en la serie Harry Potter?