Antes que nada, cabe aclarar que no leí la edición que figura aquí, sino que leí una edición de la Biblioteca Breve de Seix Barral, de 1998. Esta novela es un maravilloso delirio que mezcla, al mejor estilo barroco, un montón de cosas, empezando por tiempos y espacios. Aquí, el protagonista es un indiano que viaja a Europa, y al llegar, solo extraña su México natal: ni Madrid ni Venecia lo convencen. El nudo es su encuentro casual, estando él vestido de Montezuma y buscando un respiro al mareo de colores del carnaval, con El Fraile Pelirrojo (Vivaldi, il prete rosso), el amigo sajón del fraile (Händel) y un joven napolitano (Scarlatti), en la Botteghe di Caffé de Victoria Arduino. de este encuentro, que luego de pasar por una jam session en el Ospedale della Pietá y un desayuno en el cementerio sobre la tumba de Igor Stravinsky, Vivaldi toma la idea para su ópera Motezuma. El indiano llega a ver los ensayos de esa puesta en música, y se siente disgustado por los errores históricos que muestra el argumento. “La ópera no es cosa de historiadores”, le dice Vivaldi, es espectáculo, busca entretener. al no poder rebatir ese argumento, el indiano decide volverse a su tierra. al emprender el regreso en tren (sí, en tren) se despide de Filomeno, quien decide quedarse en Europa, y dedicarse a la trompeta, instrumento que había recibido como regalo de una de las pupila della Pietá. Ni la ópera ni la novela es cosa de historiadores, diría yo. Y lo bien que está, porque esta novela sería imposible si así lo fuera. Anímense a meterse en este Concierto Barroco. No se sentirán defraudados con desafinaciones. + Leer más |
De origen mexicano pero radicado en Madrid desde hace más de dos décadas, el artista Ugo Martínez Lázaro presenta 'RPM' –acrónimo de Revoluciones por Minuto–, una muestra de diferentes disciplinas que exhibe el resultado de un proceso que inició años atrás cuando el artista comenzó a investigar sobre la corriente artística del suprematismo, de principios del siglo XX, y la música concreta, un estilo que surge en la década de 1940. En un diálogo históricamente imposible pero perfectamente viable, Ugo pone a dialogar a los creadores de ambas corrientes en un cómic que él mismo dibuja y en el que narra, además, el camino premonitorio por el que ofrece al público las obras expuestas.
Durante unas visitas a México y como parte del ensamble de improvisación musical 'Pirotecnia', Ugo participará en varios jams y de este registro se integra el primer disco de vinilo del grupo; una autoedición liderada por Ugo pero con el trabajo de más artistas que aportan música, diseño y fotografía, y que constituye el centro de la muestra sobre la que se despliega la creatividad de quien es capaz de fungir como musicólogo lírico, pero también como dibujante, músico experimental y artista plástico.
La producción de este autor se encuentra a medio camino entre las ciencias sociales y el arte, y desde allí su creatividad se desborda a los distintos soportes que se exhiben en la muestra: dibujo a mano, diseño de proyectos e investigación, pintura e instalaciones artísticas. Se exhibe también el trabajo de la videasta Leoni elaborado a partir de una propuesta de Ugo, además de los interiores del disco de vinilo, y los discos que por sí mismos constituyen piezas de arte únicas; finalmente, se encuentra la instalación que como presagio que se vuelve real fue proyectada desde 2020, en un guiño al momento en que Alejo Carpentier trajera a Europa la música cubana, sólo que ahora es la música creada por Ugo y el ensamble Pirotecnia la que se manifiesta.
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