Una de las más grandes historias de amor jamás contada. Una de las mejor contadas historias de amor jamás vivida. |
Una de las más grandes historias de amor jamás contada. Una de las mejor contadas historias de amor jamás vivida. |
Como soy bastante limitadito, no logro entender a quienes encuentran la escritura de G.G.Márquez (PNL'1982) difícil de leer; a mí me había resultado especialmente gozoso, deslumbrante y revelador, leer este bombazo de libro cincuenta años atrás (lo que me llevó a devorar toda su obra, salvo ese Memoria... que no pienso honrar) y el asombro e indudable placer se repitió este febrero con mis queridas #addictxslcs. Ese crisol llameante de hipérboles más-grandes-que-la-vida e imágenes en torbellino ascendente, que nos transportan a las alturas como a Remedios la bella entre una llovizna de flores amarillas, marca de la casa (con permiso de Elena Garro, y recuerdos especiales a Isabel Allende; lo que dieron en llamar "realismo mágico" para diferenciarlo de la visión ramplona del mundo) está aquí al servicio de una saga familiar en una comunidad que es una alegoría feroz y doliente de nuestra condición humana: las luchas intestinas, los deseos peregrinos, las pasiones sangrantes, todo ello retorcido hasta el vértigo de la sinrazón. Toda la naturaleza, también la humana, es herida por golpes brutales y tenaces, por el autor que nos va dejando en el hueso, en lo más duro, como queriéndonos decir: Ven y mira, esto es el horror, esto el yerro, esto la purga. Una lección inolvidable, y un disfrute lector voraz, imperecedero. + Leer más |
Esperaba encontrarme otra versión de La Casa de los Espíritus y me topé con otra cosa totalmente distinta. Hay partes que se me hicieron bola, sobre todo aquellas que hablaban de la guerra o de algunos personajes, pero otras son simplemente maravillosas. Su forma de escribir es prodigiosa y, si te dejas llevar, consigue transportarte. Un must de la literatura aunque creo que he tenido Márquez para rato.
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“Cien años de soledad” es considerada una de las novelas esenciales del Siglo XX. Los críticos coinciden que la historia que transcurre en el pueblo ficticio de Macondo es una de las obras fundadoras del realismo mágico.
Enlace: https://radio.perfil.com/not.. |
El Amor en los Tiempos del Cólera, una novela de 490 páginas escrita por Gabriel García Márquez y publicada en 1985. Con sus 490 páginas, esta obra pertenece al género de la ficción contemporánea melodramática, recordando en gran medida a los folletines tradicionales. El protagonista de esta historia espera pacientemente durante más de medio siglo para cumplir una promesa hecha en su juventud. No existe lealtad más profunda que la que uno se debe a sí mismo, y es en torno a este concepto que se desenvuelve toda la trama de esta novela. La prosa del autor es una amalgama de emociones que, en determinados momentos, cautiva al lector con suavidad, mientras que en otros le brinda cambios abruptos, como los que se experimentan en los cambios climáticos del Caribe. Los personajes están hábilmente delineados y, a medida que avanza la historia, se llega a conocer sus reacciones incluso antes que ellos mismos. Esto aporta una sensación de familiaridad y anticipación en la narrativa. Recomendaría la lectura de este libro a todos aquellos amantes de la literatura que disfrutan sumergirse en una historia de forma pausada y reflexiva. + Leer más |
Uno de mis eternos pendientes desde los años de bachillerato. Este y Cien años de soledad, que aún no he leído, son libros de este autor que siempre nos recomiendan leer. La historia contada en modo de narración de hechos ocurridos varios años antes cuenta la muerte de Santiago Nasar desde el punto de vista de los testigos y los autores del crimen por venganza. Es el segundo libro que leo del autor y me reitero en mi opinión. No me gusta como narra la historia, me parece muy enrevesado, pero reconozco que me ha mantenido el interés en la historia. |
Tres hombres quedan ciegos tras sufrir el ataque de los alcaravanes (pájaros) que en su bondad, arrancan los ojos de nuestros desamparados protagonistas. Pedirán ayuda, pero nadie les creerá. Nuevamente Márquez narra de forma real, pura fantasía, aunque en esta ocasión no consiguió convencerme, dejándome por primera vez la sensación de pura ficción. Cuento corto, sencillo con muy buena letra y una idea que pudo haber dado algo más de si y sin embargo se me quedó en pasatiempos. Pero los grandes genios, tienen magia hasta en sus textos menos extraordinarios y el relato lleva impregnada su esencia. Poca, dosificada aunque tengamos en cuenta que se trata de uno de sus primeros cuentos y el autor, estaba soltando mano en este género. El cuento, es una disciplina complicadísima y precisa de muchos guisos para lograr el plato perfecto...y si, lo estoy disculpando, ¡cómo si Gabo lo necesitara! Que le voy a hacer, nunca se es totalmente objetivo, con el colombiano ni si quiera lo intento...no todo el monte es orégano ni ortigas, simplemente me gusta el campo. + Leer más |
Esta novela sigue la estructura ‘in extrema res’, es decir, empieza por el final y nos va descubriendo cómo se ha llegado a ese punto. Es muy interesante porque aunque el propio autor nos ‘spoilea’, nos mantiene en vilo por conocer la historia. Como se deduce del título, asistimos a la muerte de Santiago Nasar, un joven rico de 21 años que vive en Colombia (no cuento más para no spoilear más todavía) Al parecer, García Márquez se basó en un crimen real que ocurrió en circunstancias similares en enero de 1951 en Colombia. Es más, la familia del autor estaba relacionada tanto con el difunto como con el asesino, por lo que tenía información de primera mano. La madre le hizo prometer a García Márquez que no publicaría nada mientras la madre del asesinado siguiera viva. Así, no la publicó hasta 1981. En la obra se nota el trabajo como periodista del autor. Y es que la novela oscila entre una crónica periodística y una novela de ficción. Al igual que en otras novelas del autor del boom latinoamericano, encontramos características como tiempo no lineal o cambio de perspectiva. Llegamos a dudar de lo que estamos leyendo al ser testimonios subjetivos de los testigos o gente del pueblo. En conclusión, es una novela genial que se lee en dos días y no te deja indiferente. Os la recomiendo mucho. ¿Conocéis otras novelas que usen la técnica de ‘in extrema res’? + Leer más |
Leer una historia que parece un chisme es mi pasión porque el chisme me sigue. Dejando de lado los memes la novela de crónicas de una muerte anunciada trata literal de lo que dice su título pues tenemos a este peculiar personaje el cual todos saben que va a morir y que desde un principio nos lo hacen saber ha muerto pero que por cosas que muchas de las veces son inevitables nadie pudo detener la muerte de este sujeto. El personaje cuyo nombre no recuerdo parece ser el villano de la historia pues lo que descubriremos de él tras leer cada página nos hace desear que su muerte ocurra y por si fuera poco este mismo sentimiento lo expresan muchos de los personajes. No hay mucho que decir sobre el tema del libro pero si deja una pequeña reflexión sobre cómo juega la sociedad pues hay casos no tan complejos como la novela pero en los cuales todos están enterados menos la persona en cuestión y algunas veces hasta la persona involucrada o perjudicada también lo está y lo ignora. Y este es otro tema que no se trata de forma directa la ignorancia ante ciertas palabras, no es un libro de misterio, no se trata de alguna aventura, o de algún aclamado célebre habla sobre la sociedad los rumores la lealtad y hasta en cierto punto sobre el amor. + Leer más |
Los inicios. Hay una obsesión de Gabriel García Márquez, y esa es Macondo, su pueblo inventado que será, sin lugar a dudas, el pueblo con otro nombre que en verdad fue el pueblo que le influyó durante su niñez y su juventud, pleno de historias del día a día salpicadas de algún momento que a él le debió disgustar o dar qué pensar. Este libro, que según reza, es el primero que publicó, tiene su base en ese pueblo al que él llamó Macondo y que será su paisaje para el posterior "Cien años de soledad". Si se ha leído ese libro, "Cien años de soledad", éste puede catalogarse como su prólogo o un capítulo posterior o un adjunto de la misma esencia. Hay un muerto que hay que enterrar. Un muerto que se odia, que se juzga, que se prejuzga sin piedad. El pueblo, como esa masa de gente que lo mismo castiga a lo "Fuenteovejuna" o ensalza en bloque al individuo que cae en gracia. Para ser su primera publicación, el bueno de Gabriel García Márquez ya apuntaba maneras. Este libro es corto, se lee rápido y hay párrafos deslumbrantes. Gustará. Enlace: https://instagram.com/los.li.. + Leer más |
Es un libro muy denso pero q la vez entretenido. Eso si, si no te gustan los conflictos bélicos no lo leas, porque es la historia de la familia pero que más de la mitad de la historia es sobre guerras. He de reconocer que el autor escribe muy, muy bien |
Hace años leí este libro con altas expectativas y me decepcionó totalmente. Lo recuerdo como una lectura aburrida, con dificultad para identificar de qué personaje me estaban hablando en cada momento. El tiempo pasó y olvidé totalmente cualquier aspecto de la trama. No entendía por qué gustaba a todos y a mí no me había llegado. Así que aproveché una lectura conjunta para darle una segunda oportunidad. Cómo me alegro de haberlo hecho. Esta segunda lectura ha sido maravillosa. Los resúmenes por capítulos, el árbol genealógico y los comentarios han ayudado a ello. Me he llevado una gran sorpresa al descubrir que esta historia era divertidísima, súper entretenida. En cada capítulo pasan tantas cosas que hay que parar para ordenarlo todo. Es un no parar de acontecimientos a cuál más divertido, más interesante, más genial. El sentido del humor del autor es magistral. Una historia de una saga familiar a lo largo de cien años y siete generaciones, en un Macondo que solo existe en el mundo ficticio que García Márquez inventó. Un lugar fantástico que, como si del Génesis se tratara, nos muestra su creación, sus momentos de crecimiento y florecimiento, la incursión de los avances tecnológicos que todo lo cambian, una transformación que quiere ser próspera pero que a lo único a lo que conduce es al Apocalípsis de un pueblo en el que ya nada queda de lo que fue. Las metáforas, el simbolismo y las referencias bíblicas envuelven esta obra adentrándonos en un mundo lleno de realismo mágico, un mundo que forma parte de un inventario tan bien construido en el que nada desentona, nada chirría, todo es posible en Macondo. Y con una riqueza lingüística que todo lo embellece, todo lo llena de lirismo y te lleva a una experiencia única. Y este mundo fantástico que es Macondo se contrapone a la realidad violenta del país. La familia Buendía está llena de grandes personajes, un sinfín de Arcadios y Aurelianos, mujeres con personalidades peculiares y luego está Úrsula. Ella forma parte de las grandes mujeres de la literatura. Una mujer fuerte, decidida, luchadora, que levanta a su familia tantas veces como haga falta y levanta a Macondo entero cada vez que las cosas se tuercen. Ella es el alma de la familia y el alma del pueblo. Con ella todo empezó y sin ella todo termina. Personajes que parecen sacados de una leyenda y que a todos les une un mismo desasosiego, la soledad. Una historia que lo tiene todo, amores y desamores, locura y juicio, desgracias, penas y alegrías, tranquilidad y desenfreno, humor y tristeza, plenitud y enfermedad, plagas y epidemias, abundancia y carencia, con un ritmo trepidante y un dominio temporal perfecto, pasajes legendarios que quedaran en nuestra memoria para siempre, un inicio mítico y un final apoteósico. Todo ello conforma esta genialidad de un grande como García Márquez donde la maestría y el ingenio alcanzan la perfección de una obra cumbre del realismo mágico y de la literatura latinoamericana. ¿Habéis leído esta novela? ¿Os pasó como a mí la primera vez o la amásteis desde el primer momento? + Leer más |
Tras mi última decepción con Márquez en Memoria de mis putas tristes, ha llegado el Coronel no tiene quien le escriba y ha suplido toda la desilusión que me causó el anterior. Nos encontramos con un coronel de 75 años que vive junto a su mujer en pueblo azotado por una dictadura y los toques de queda. Junto a ellos vive un gallo de pelea, un campeón, que pertenecía a su hijo, acribillado a tiros en la gallera no hace mucho tiempo. El coronel cuida de este gallo casi más que a ellos mismos, ya que no teniendo dinero ni para comer, el gallo está medio bien alimentado, para poder competir con él cuando llegue el momento. Además de esperar desde hace 15 años, una carta con una ayuda aprobada por el gobierno por su intervención en la guerra civil. Esta novela tiene un trasfondo claro, que es la dignidad. Un hombre dispuesto a que no lo humillen ni a él ni a su familia (de hecho hay una escena en la que la mujer narra que pone piedras a hervir para que las vecinas vean la olla puesta) y el gallo, a mi parecer, representa la pérdida del hijo, ya que el gallo era suyo. Es un libro muy corto de apenas 100 páginas, que se lee perfectamente del tirón y donde hace guiños a Macondo y al coronel Aureliano Buendía, 6 años antes de haber escrito Cien años de soledad. Lo leí con tranquilidad, sin prisa y disfrutando de la maestría de García Márquez para escribir, dando como resultado un libro que me ha gustado mucho y que he disfrutado. + Leer más |
Está visto que ni coroneles ni generales. Para mí, en cuestiones militares, de Márquez no me vale nada por debajo de Patriarca. Me aburrí en este laberinto de nombres, fechas y lugares, de ambiciones, traiciones y rivalidades políticas, en el que se dan demasiadas vueltas alrededor de la misma idea. Aunque también tengo claro que nada de esto hubiera tenido importancia si no me hubiera dejado tan frío la mezcla de crónica periodística y biografía novelada en la que no he encontrado ni uno solo de los elementos de la grandeza que el autor me ha mostrado en sus otras obras. Eso o que no he sabido disfrutarla como en general no disfruto nunca la novela histórica. Habrá otras oportunidades. |
García Márquez nos presenta unos personajes muy difíciles de creer dentro de una historia que, en cierta manera, hasta podría considerarse de mal gusto. El estilo narrativo salva un poco el libro porque al fin y al cabo es un García Márquez y se nota, pero tampoco alcanza como para decir que vale la pena leerlo. |
Gabo nos habla aquí de la realidad caribeña, una realidad dura, de calor sofocante, de pobreza milenaria, de supersticiones atávicas y religiosidad reverencial, de curas inmisericordes, de racismo, de individuos con pistola al cinto y botas con espuela, de abusos de poder que por añejos ya ni son sentidos como injustos. Y lo hace en unos cuentos protagonizados en su mayoría por mujeres, algunas dolientes, como con “un luto cerrado que era una suma de incontables lutos superpuestos”, otras, fuertes, sin necesidad de hombre para subsistir y que, llegado el caso, ellas mismas deciden mantenerlos en una ociosidad que ellos disfrutan abiertamente. “… la Mamá Grande era dueña de las aguas corrientes y estancadas, llovidas y por llover, y de los caminos vecinales, los postes del telégrafo, los años bisiestos y el calor, y que tenía además un derecho heredado sobre vida y haciendas... A veces en complicidad con los enamorados pero casi siempre aconsejada por su propia inspiración, aquella noche (la de su cumpleaños) concertaba los matrimonios del año entrante.” De casi todo ello da buena muestra el cuento que da título a todo el volumen, aunque no pueda decir que se encuentre entre mis preferidos, ni mucho menos, como tampoco lo está el otro relato largo de la colección, “Un día después del sábado”. Me gustaron mucho más algunos de los cortos, esos en los que el autor deja entreabierta una puerta y por cuya rendija en forma de frase se deja ver otra historia terrible y triste que no se hace explícita en el relato. Frases como «Es el ladrón que mataron aquí la semana pasada (…). Yo soy su madre», de “La siesta del martes”, o aquella de “Un día de estos”, «Aquí nos paga veinte muertos, teniente», o el diálogo que se recoge en “Rosas artificiales” «—¿Qué pasó? —Que se fue». Quiero destacar también a otro de mis relatos preferidos, “La prodigiosa tarde de Baltazar”, en el que se hace homenaje a esas buenas personas que intentan, a pesar de todo, mantener su cabeza bien alta en ese estado de corrupción y complicidad política con los caciques en el que tienen que sobrevivir, aunque su dignidad sea recompensada de la peor manera posible. Por último, los cuentos de “En este pueblo no hay ladrones”, un título cargado de ironía, y “La viuda de Montiel”, digamos que se encuentran en el justo medio en cuanto a mis gustos. Lo que he encontrado más llamativo en ambos es el papel de la mujer; una, fuerte y decidida, la otra, débil y apocada, y sin embargo ambas supeditadas a su hombre, aunque de muy diferente manera: una lo elige siendo totalmente consciente de cómo es y cómo es por él tratada, la otra vive completamente engañada acerca de quién es su marido. “Si Dios no hubiera descansado el domingo habría tenido tiempo de terminar el mundo.” + Leer más |
“Siempre creí que los muertos debían tener sombrero.” Acababa de terminar de leer “Recuerdos del porvenir", de Elena Garro, lectura que insisto en recomendar desde aquí, en la que los personajes parecen ser arrastrados por un destino fatal para el que actúan conscientemente aun en contra de sí mismos. Nuevamente encuentro aquí la misma condena: “A veces creía que Meme iba a llorar mientras hablaba. Pero se mantuvo firme, satisfecha de estar expiando la falta de haber sido feliz y haber dejado de serlo por su libre voluntad.” “No era yo quien disponía las cosas en mi hogar, sino otra fuerza misteriosa, que ordenaba el curso de nuestra existencia y de la cual no éramos otra cosa que un dócil e insignificante instrumento. Todo parecía obedecer entonces al natural y eslabonado cumplimiento de una profecía.” Y, sin embargo (o puede que no sea algo tan distinto), el centro de la trama de la novela es justamente el acto decidido que un buen hombre lleva a cabo en contra de la unánime opinión ajena y de lo que su familia le pide por una promesa hecha a un médico dejado de la mano de dios y odiado por todos… por casi todos. “Me acordé de su vida, de su soledad, de sus espantosos disturbios espirituales. Me acordé de la indiferencia atormentada con que asistía al espectáculo de la vida.” Este buen hombre, el coronel, pertenece a una época anterior a la aparición de la hojarasca, la marabunta que llegó persiguiendo a la compañía bananera que se asentó en el pueblo de Macondo y que no abandonó hasta esquilmarlo y dejarlo empobrecido y maltrecho, con gente “cesante y rencorosa, a quien atormentaban el recuerdo de un pasado próspero y la amargura de un presenté agobiado y estático” (otra vez el tiempo estático, tan importante en la novela de la autora mejicana que antes cité). Una hojarasca “revuelta, alborotada, formada por los desperdicios humanos y materiales de los otros pueblos; rastrojos de una guerra civil que cada vez parecía más remota e inverosímil”, que en los tiempos prósperos “quemaba billetes en las fiestas… que lo menospreciaba todo, que se revolcaba en su ciénaga de instintos y encontraba en la disipación el sabor apetecido.” La promesa, enterrar al médico. El momento, el día en el que el médico aparece ahorcado en su casa. En su cumplimiento le acompañarán su hija y el hijo de esta, y de los tres en primera persona iremos conociendo la historia que rodea la muerte y su entierro, y la iremos conociendo morosamente en una concatenación a tres manos de momentos pasados y emociones presentes. Los momentos pasados se nos presentarán en el desorden que las mentes de los narradores experimentan. Y no se crean que llegarán a saberlo todo, ni ellos parecen estar interesados en que sus lectores descifren todas las claves del relato ni creo que ellos mismos las conozcan todas. Y como no nos gustan los huecos en las historias intentaremos rellenarlos como buenamente podamos y sepamos, siempre bajo las condiciones que nos imponen nuestra naturaleza y nuestros prejuicios. Nos equivocaremos, con bastante probabilidad, como quizás se equivocaban los habitantes del pueblo en su odio. La mezcla de ignorancia e inclinaciones nunca ha sido buena consejera. A la gente le gusta el escándalo, lo enrevesado y escabroso antes que las explicaciones simples o compasivas. Siempre habrá quién se crea la historia de que a la hija del barbero la violó un espíritu y a quién no se la dé la mosquita muerta de la hija del barbero. Y no habrá forma de disuadir a quién esté convencido de que “en la cocina hay un muerto que todas las noches se sienta, sin quitarse el sombrero, a contemplar las cenizas del fogón apagado”. Al menos, y en vista de ello, intentemos no propagar rumores, tan frecuentes en aquellos lares y, qué demonios, en estos también. Su primera novela no está entre lo que mejor sabe hacer el autor, por lo que, aunque se lee con gusto, las 3,5 estrellas las he redondeado a la baja con el fin de que ello le sirva de estímulo para convertirse en un patriarca de las letras o pene con cien años de soledad. + Leer más |
Muy simbólica, cada frase, cada párrafo, es esencial, necesario... pero a lo mejor lo necesario no es suficiente...bueno, que apenas ha conseguido que algo se mueva dentro de mí y punto, no hay más gaitas. |
El autor de Cien años de soledad pasó mucho tiempo de su vida escribiendo y repasando estos cuentos. Su pluma magistral es referente para muchos escritores que comienzan a escribir relatos. Cada uno con su impronta nos lleva a ese mundo mágico de historias demasiado vividas que la imaginación y la memoria traen para quedarse. Me encantó como todo lo que escribe el maestro. |
Absolutamente recomendable. Me he divertido con la lectura de estos siete cuentos de entre los que solo uno, el segundo —«El mar del tiempo perdido» — y por encontrarlo un tanto deslavazado, me ha parecido que flojeaba algo. También, por hallarle alguna pega más entre sus muchas virtudes, el último, el que presta su título a todo el volumen, pienso que mejoraría, perdonen la soberbia, algo más destilado, en línea con los otros relatos, entre los que desataco «Un señor muy viejo con unas alas enormes», «El ahogado más hermoso del mundo» y «Muerte constante más allá del amor». Todos los cuentos pertenecen al mundo caribeño que García Márquez envuelve es su particular realismo mágico repleto de símbolos y mitos, y a los que dota de su humor, bastante negro en ocasiones, y sensibilidad para las condiciones sociales en las que viven sus habitantes en general y sus mujeres en particular, subrayando su infinita credulidad en la posibilidad de milagros que palien su precaria e inestable situación, y de la que tan groseramente se aprovechan otros, políticos, religiosos o hacendados. Todos los relatos están conectados de algún modo entre ellos y, como en el caso de «La increíble y triste historia de…», incluso con el mismísimo «Cien años de soledad». + Leer más |
¿Con qué frase empieza esta novela?