Los chicos de la Nickel

'Los chicos de la Nickel' es una novela corta, de lectura rápida, con personajes ficticios pero basada en hechos reales, que trata temas como la segregación racial, la injusticia, el abuso de poder, la lucha por la supervivencia y la amistad.

Elwood Curtis, el protagonista, es un chico noble, estudioso y con un futuro prometedor, al que la mala suerte y el racismo de la época llevan a la Academia Nickel. Un reformatorio donde imperan la violencia, el racismo, los abusos, el maltrato y, en demasiadas ocasiones, hasta la muerte.
Allí Elwood será víctima de la brutalidad y el abuso de poder de los encargados del reformatorio, y entablará amistad con otro chico llamado Turner, el otro protagonista de la historia.

Me ha parecido un libro recomendable, con unos personajes entrañables, un final inesperado y una historia dura y conmovedora, pero no demasiado explícita. Ya que no se explaya en los detalles macabros de los maltratos, abusos y vejaciones que sufren los chicos, y se centra más en la relación de amistad de los protagonistas, en los daños psicológicos que esas vivencias les causan y en cómo su paso por el reformatorio les marcó para siempre y destrozó sus vidas.
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Leí el anterior libro de este autor, “el ferrocarril subterráneo” que también ganó el Pulitzer, en este caso de 2017 y me gustó menos que éste. Aquí desde primera hora simpatizas con el protagonista, Elwood, es un chico bueno y maravilloso que tiene la mala suerte de ser alguien de color en los años sesenta y hacer una acción que le marcará de por vida. La academia Nickel no es lo que parece y sigue habiendo clases, blancos y negros también tienen su distinción aquí. Una historia de fuerza, de superación y de intentar salir de un pasado que persigue. Un libro duro, desde luego, pero que merece la pena leerlo. Duro por lo que cuenta, pero no se ensaña en lo desagradable ni es gore para nada. Solo puedo recomendar que lo leáis, para mí un premio totalmente merecido en esta ocasión.

Puede que el autor no cuente nada nuevo, seguramente todos habréis leído narraciones de injusticias raciales, de discriminación y exclusión, de negación de derechos. Esta vez la historia se sitúa en la 'escuela' Nickel, en realidad una especie de reformatorio al sur de Florida en los años 60, a donde llega a parar nuestro protagonista, Elwood, por una confusión. A través de este chico, que escucha los discursos de Martin Luther King y se los repite a sí mismo como un mantra, como si así pudieran hacerse realidad y guiarle para enfrentarse a la vida, nos adentramos en la vida de la escuela y ya os imaginaréis que no, no es nada agradable.

Pero no es tanto lo que cuenta, que es imposible que te deje indiferente y más sabiendo que está inspirado en algo real, sino el cómo lo cuenta. Me ha impresionado la forma de narrar de Colson, sin excederse en detalles violentos pero mostrando todo lo esencial de forma clara, sin rodeos y sin rellenos innecesarios. El estilo es fresco, natural, incluso con toques de humor. Por no hablar de los giros de la trama. Con el primero me dejó helada, soltándolo como una bomba y dejándole espacio para que pudiéramos asimilarlo, pero es que con el segundo... me dejó totalmente conmocionada. Ya os digo que al terminar me quedé sin palabras.

Años sesenta. La academia Nickel es un reformatorio para chicos donde todos tienen algo que esconder. Dicen que son alumnos y no presos, que allí los harán hombres... pero lo cierto es que su director, miembro del ku klux klan, tiene un sistema de educación bastante radical donde no duda en recurrir a la tortura.

Elwood vivía con su abuela (Increíble mujer) y soñaba con completar sus estudios o manifestarse en las calles con sus amigos, siguiendo el camino de ídolos como Martin Luther King o Malcolm X. Pero todos sus sueños se ven truncados cuando por un macabro giro del destino termina siendo uno de los chicos de la Nickel. Allí tendrá que aprender a valerse si quiere sobrevivir.

La novela se basa en una historia real, lo cual la hace aún más escalofriante. Dentro de la Nickel hay un edificio al que llamaban "la casa blanca" donde, casi todas las noches, algún joven era sometido a terribles torturas como escarmiento por su comportamiento. Por supuesto, la segregación racial también estaba presente entre esas cuatro paredes y se hacía notoria en todo tipo de circunstancias. Desde el edificio donde vivían, al trato que recibían. Cuando había combates de boxeo, el deporte por excelencia en la Nickel, no se enfrentaban dos púgiles. Se enfrentaba un blanco contra un negro, y esos dos chicos de algún modo servían para representar a todos los que allí vivían.

Si querías salir de la Nickel había cuatro caminos. El más seguro, era ascender dentro de las cuatro categorías que se podían tener allí: Gusano, explorador, pionero y As. Si llegabas a ser As, ganabas tu libertad. Pero Elwood... él sabía que necesitaba encontrar otro camino. Escaparse era un suicidio, así que tendría que optar por una opción más radical. Hacer caer a la propia Nickel.

Nos encontraremos con circunstancias muy duras y personajes de todo tipo, desde buenos amigos a seres carentes de moralidad. Aunque diría que no llegué a empatizar con ninguno de los chicos, no siento que realmente se ahonde en el terror ni en sus sentimientos o que ellos sean el centro de la narración, como podría entenderse por el título de la novela. Lo que destaca es la denuncia social y la necesidad de impedir que atrocidades de este calibre se sigan cometiendo.

Poco puedo decir del estilo del autor, que ha ganado el premio Pulitzer nada menos que DOS veces. Prosa amena, precisa y pulida que no deja ningún cabo suelto en sus apenas doscientas páginas, todo un triunfo. A esa habilidad se suma su facilidad para acercarnos a la historia tanto si nos conmueve como si no. Dando voz a éstas prácticas mediante protagonistas de carne y hueso logra que el mundo agache la cabeza de la vergüenza. Hacen falta narradores muy buenos para ese cometido, y aquí tenemos uno que da la talla.

A través de sus tres partes, "Los chicos de la Nickel" es un viaje por uno de los muchos episodios oscuros de la historia americana y que aún así tiene un agridulce sabor a presente, como si el mal nunca pudiera ser extirpado. Por eso hace falta contarlo, mirar al diablo a los ojos e impedir que las atrocidades cometidas en el pasado resurjan creyéndose a salvo de la memoria colectiva.

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Decidí inscribirme a una suscripción literaria y este libro corresponde al envío del mes de septiembre. Junto con la caja recibí una ilustración, una infusión, una chapa, la traducción de una canción de Nina Simone, una lista de reproducción, un marcapáginas y una invitación para un encuentro virtual con el autor que, casualmente, será hoy a la tarde. Pese a que ha sido galardonado con el premio Pulitzer de este año, no tenía grandes expectativas y no sabía qué iba a depararme la lectura. Pero, tras haberlo leído, lo recomiendo encarecidamente.
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"Hasta muertos creaban problemas, los chicos." Así de potente comienza Los chicos de la Nickel, la novela de Colson Whitehead que consiguió el premio Pulitzer en el año 2020.
Este año he desarrollado bastante interés por la literatura racial y tras Ojos azules y El color púrpura, Los chicos de la Nickel ha sido mi tercera incursión en este terreno y no ha podido ir mejor.

Elwood es un chico negro muy responsable, fiel seguidor de las enseñanzas del doctor King y con muchas ganas de ir a la universidad. Sin embargo, la suerte no está de su cara y por azares del destino termina en la Nickel, un reformatorio dónde chicos de todas las razas conviven en condiciones muy diferentes. Junto a Elwood, viviremos la angustia, la rabia, las ganas de rebelarse ante los estándares preconcebidos, la injusticia y el dolor.

Los chicos de la Nickel es una novela perfecta para adentrarse en lo que supuso el racismo en los años 60 en EEUU. Basada en un hecho real, Whitehead nos perfila una historia dónde se combinan la reivindicación de derechos, la amistad y la violencia, todo esto conduciéndonos a un final que marca la diferencia y dota a la novela de un cierre magistral.

En definitiva, los chicos de la Nickel es una novela de cinco estrellas. Una novela con una narración súper ágil, de las que arañan el corazón. Recomendable para todos aquellos que busquen una historia de desigualdad, de sordidez, de injusticia; pero a su vez, una historia dónde empatizar y sentir.

La novela es un auténtico aprendizaje de como vivir en libertad estando prisionero de un sistema que ni quiere ni te permite volar. "Sobrevivir no es suficiente, tienes que vivir..."

Hay lugares de los que uno no regresa igual. También pasa con algunas personas. A veces, incluso, son buenas personas dentro de lugares horribles, y eso hace posible que mantengas las pesadillas a raya a cambio de recordar gestos bonitos.
Las marcas que dejan las palizas, los abusos, no consisten solamente en cicatrices. Hay otras marcas mucho más profundas que jamás pueden disimularse del todo. Pero la vida continúa y tú estás vivo, a saber por qué. Y tienes que seguir adelante cargando con la tristeza y el peso de la injusticia. Cuando la balanza se inclina siempre hacia el mismo lado, es difícil perdonar.


***Los Chicos de la Nickel es una gran novela y, sobre todo, es una denuncia que expone de una manera magistral, con su punto justo de casi todo, lo que sucedió en algunos reformatorios estadounidenses y cómo lo vivieron sus protagonistas. Esos chicos a los que se apartó del mundo por su mal comportamiento y a los que se encerró en un infierno del que muchos no lograron escapar.

Lo más triste de un libro duro como este es que encima está basado en hechos reales. Aunque la Academia Nickel no existió como tal, el libro nos revela la historia de varios reformatorios de Estados Unidos de la época, en los que se maltrató, abusó y mató a chicos negros, y todo por el color de piel.

Es cierto que describe cómo también se maltrataba a los chicos blancos, y aunque no es ni mucho menos algo de lo que vanagloriarse, el trato era mucho peor si eras negro. Porque, además de los bofetones, el maltrato verbal y físico y los castigos horribles, si eras negro era muy posible que murieras en el reformatorio. Y no por muerte natural precisamente. Muchos de ellos eran asesinados en aparatos de tortura, por disparos al intentar escapar o por pasarse con algunos castigos como el pasar demasiado tiempo encerrados en un armario con cerrojo.

Tras todas estas atrocidades, estaba un gobierno que las escondía, así que era difícil de solucionar. Pero lo mejor de este libro es que cuenta la verdad, no hay un blanco que salve al negro como en otras novelas, porque seguramente los hubo, pero en numerosas ocasiones no. El negro se intenta salvar a sí mismo y a su hermano, porque no le queda otra.

Lo mejor del libro ya os adelanto que es el epílogo. Creo que ha sido toda una sorpresa increíble que hace de esta novela una obra altamente recomendable. Y no es para menos, tratándose de un Premio Pulitzer.

Tenía todos los ingredientes para ser uno de esos libros que me flipa aunque me destroce, pero algo ha fallado y no es la historia que cuenta, así que debe ser la forma de narrar del autor.

Los hechos me han estremecido por lo que son, porque sólo con imaginarlo si no te estremeces no eres humano, pero la lectura en sí no me ha hecho sentir todo lo que esperaba.

La historia gira en torno a dos niños, Elwood Curtis y Tom Turner, cuyas vidas entran en contacto en la infame Nickel Academy, un reformatorio juvenil situado en Florida. La academia dista de ser el centro de educación modelo que se presenta a la prensa y a las autoridades nacionales, sobre todo con respecto a sus internos negros. Torturas, mutilaciones, violaciones, explotación infantil y malversación de fondos son moneda corriente, y todo intento de denunciar lo que allí ocurre muere en la indiferencia con que el mundo percibe al material de descarte que llega allí. El puntapié inicial de la narración es el descubrimiento, ya entrado el siglo XXI, de un cementerio ilegal en los terrenos que ocupó la academia durante más de un siglo. A partir de la búsqueda de la verdad iniciada por el departamento de arqueología de una prestigiosa universidad, los sobrevivientes podrán finalmente poner en palabras lo ocurrido y comenzar a sanar y reivindicar a las víctimas que ya no pueden contar su historia.

Como lo hizo en su novela anterior, Whitehead explora la violencia racial que es tan constitutiva de la identidad estadounidense como los peregrinos y el Capitolio. En esta oportunidad se basa en la historia real de la Dozier School for Boys en Marianna, Florida, cuyos horrores fueron desenterrados por la Universidad de Florida del Sur en 2014. La historia de la novela es poderosa, y la narración es muy amena, aunque carece del vuelo de Toni Morrison o Alice Walker para narrar la injusticia y la opresión. (Sigue en comentarios

Me pareció muy interesante el contrapunto entre la visión comunitaria e idealista de Elwood, criado en los preceptos de Martin Luther King, y la perspectiva más cínica de Turner, que es un sobreviviente nato. Elwood confía en que la justicia de las instituciones será la que ponga fin a la violencia, mientras que Turner descree de ella y piensa que la salvación es individual y violenta, en una actitud más cercana a un Malcolm X. El final tiene un giro inesperado (aunque puede vislumbrarse si uno lee con atención) que me pareció de lo mejor de la narración. La recomiendo como testimonio de un aspecto menos conocido del racismo estadounidense, y también como exploración de la configuración de la identidad del hombre negro, en diálogo con la magistral “Hombre invisible” de Ralph Ellison.