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Por fin llego a la última de mis lecturas argentinas, en este caso también comprada en Ushuaia por ser otra obra ambientada allí o casi, porque Julio Verne tomó como inspiración el que llaman el faro del fin de mundo (el que se ve en la imagen que ilustra el post), pero mientras que en la realidad la isla donde se encuentra es muy pequeña, en la novela la que llaman la isla de los Estados tiene más pinta de ser del tamaño de la Graciosa. En esta novela de aventuras, Julio Verne nos cuenta cómo el gobierno argentino decide construir un faro en una de las islas que se encuentran entre los océanos Atlántico y Pacífico con el fin de avisar a las embarcaciones para que no choquen contra ella (como venía sucediendo hasta entonces). Una vez construido, tres hombres componen el primer turno de fareros que se harán cargo de su mantenimiento durante algunos meses, hasta que les dé el relevo el segundo turno. Su vida es rutinaria y apacible hasta que una banda de piratas descubre su presencia en la isla y deciden quitarles de en medio porque el faro arruina sus planes de saquear las embarcaciones que se estrellan allí. La banda de Kongre acabará con dos de los tres fareros, pero Vázquez, el jefe del grupo, conseguirá huir y refugiarse en una de las múltiples cuevas existentes en la isla. Mientras sobrevive a duras penas gracias a las provisiones de algunos de los saqueos de los piratas, el grupo de rufianes se establece en el faro tras apagarlo, de modo que los barcos puedan seguir estrellándose allí. Pero, por los documentos que encontraron, saben que no tienen mucho margen de tiempo para irse antes de que llegue la Armada acompañando al nuevo turno de fareros. Vázquez también está al tanto y por ello quiere acabar con los planes de los piratas de arreglar una de las embarcaciones naufragadas para irse con todos los tesoros encontrados, y para ello contará con la ayuda de John Davis, un náufrago estadounidense. Aunque en el momento de la acción el libro es bastante entretenido, me parece que se recrea demasiado en la primera parte de presentación, lo cual hizo que me resultase más pesada la lectura, pero también me hizo recordar lo mucho que me alucinaban sus libros en mi juventud :-) + Leer más |
El escritor, periodista y cineasta, Diego Osorno, conversa con Harold Torres acerca del gran interés que ha tenido por la lectura desde niño (cuando leía periódicos y cualquier texto que llegara a sus manos) cultivando esta pasión hasta formar una impresionante biblioteca que actualmente consta de más de cinco mil ejemplares.
De su voz escuchamos el poema “Nocturno de la calzada Madero”, cuyo autor inspiró la creación del documental “Vaquero de medio día” dirigido por nuestro invitado.
Libros leídos:
Los periodistas de Vicente Leñero
Un manifiesto del periodismo infrarrealista de Diego Osorno (texto escrito para el primer confeccionario del ‘Encuentro Nuevos Cronistas de Indias'
Al pie de un volcán te escribo de Alma Guillermoprieto
Nadar sabe mi llama de Samuel Loyola
Los detectives salvajes de Roberto Bolaño
Libros mencionados:
Los albañiles de Vicente Leñero
Asesinato de Vicente Leñero
Los presidentes de Julio Scherer
Autores mencionados:
Arthur Conan Doyle
Julio Verne
Julio Scherer
John Lee Anderson
Alma Guillermoprieto
Rafael Rodríguez Castañeda
Juan Villoro
Guillermo Prieto
Nicanor Parra
Mario Santiago Papasquiaro
Gonzalo Rojas
Pablo Neruda
Vicente Huidobro
Francisco de Quevedo
Octavio Paz