Te narro

Te narro, de Marcos J. Tsegue, es un libro que he conocido gracias a la masa crítica de Babelio y que me llamó la atención por la sinopsis que decía “¿Has sentido alguna vez que estés congelado mientras todo tu alrededor transcurre como si alguien hubiera pulsado el botón de avance rápido?”. Sin duda un sentimiento que todos hemos conocido en algún momento de nuestras vidas.

Primero es importante señalar la estructura del libro, bastante curiosa, que divide la historia en las diferentes estaciones del año. Junto con cada una de ellas aparece un pequeño fragmento de una canción de Fangoria, que es imposible leer sin cantar. Además, el autor ha añadido una lista de Spotify para disfrutar mientras lees o una vez que hayas terminado, como ha sido mi caso, porque no quería distraerme de la lectura. Conjuntamente, Marcos nos habla a través de la narrativa y de la poesía, intercalando la prosa con pequeños poemas que enriquecen la historia. He de reconocer que he disfrutado bastante los poemas pese a no entender demasiado de poesía, pero el autor expresa muy bien sus sentimientos con pocas rimas.

Algo que me llamó la atención de la historia, a parte de su estructura, es que empieza por el final, hablándonos de una pérdida que no conocemos. Pero con cada relato nos invita a conocer cómo ha llegado hasta ahí, nos deja con ganas de más, de ir pasando por las estaciones para llegar a su presente. Pero aun sin conocer la trama, puedes ver desde el principio que esa pérdida de la que nos habla Marcos ha marcado su vida para siempre, que ha sido un verdadero mazazo y ha condicionado su forma de ser, de sentir y de existir.

Como el libro está escrito en primera persona, nos permite conectar con el dolor y el sufrimiento del autor y sentir cómo se desgarra el alma en su quebranto. Aunque la parte de narrativa no nos cuenta con detalles toda la historia, sino que nos da pinceladas sobre los momentos importantes, es bastante fácil conectar con él para entender su tormento. Personalmente, no me suele gustar la poesía, porque siempre me ha parecido que es muy personal y es difícil entender lo que cada autor quiere reflejar. Sin embargo, he señalado varios de los poemas que aparecen porque me he sentido que podía comprender el sentimiento del que hablaban, incluso me he visto reflejada en algunos versos.

Ha sido un placer conocer a este autor, y leer este pequeño libro con sus sentimientos a flor de piel, con esta historia tan sencilla y personal. Uno de los momentos que más me gustó fue descubrir el significado del título y la importancia que tiene para el propio autor.

"¿Has sentido alguna vez que estás congelado mientras todo a tu alrededor transcurre como si alguien hubiera pulsado el botón de avance rápido?", así empieza la sinopsis y lo primero que piensas es que algo y nada bueno le ha pasado al protagonista de este libro.

Marcos J. Tsegue nos presenta una novela con una estructura original, se desarrolla durante un año más o menos, los capítulos están agrupados en las estaciones que van desde el otoño hasta el otoño del año siguiente y cada capítulo está narrado en prosa y pequeños poemas. Con esta combinación de prosa y poemas el autor va a narrale a él (Juan) como se siente tras su pérdida y como "el narrarle", como le gustaba a él decirlo, le está ayudando, "No sé si sigo vivo porque no he muerto; tampoco estoy".

Empieza el libro por el final, ya sabes desde el inicio lo qué ha pasado, lo lees con el corazón encogido porque además todos hemos pasado por alguna situación semejante en algún momento, la pérdida de un ser querido y como a veces la rabia por esa pérdida no te permite hacer el duelo, decir adiós físicamente.
Marcos J. Tsegue escribe para poder cerrar de una forma física ese episodio de su vida y como tiene que aprender a vivirlo de otra forma a partir de ahora, "Tan solo tengo que aprender a escucharte de otra forma ".

Se lee con los sentimientos a flor de piel en cada momento y solamente me queda dar las gracias al autor por este libro en el que se abre a todos nosotros.

Si queréis conocer más a Marcos no podéis dejar de leer la entrevista que le hicieron cuando presentó su libro en Salamanca y si con el libro os había llegado un poco al corazón...con la entrevista os habrá ganado para siempre porque te ayuda a entender cómo se siente y cómo está viviendo su dolor.
•Enlace de la entrevista: https://salamancartvaldia.es/noticia/2022-05-26-te-narro-de-marcos-j-tsegue-una-desgarradora-elegia-para-conjurar-la-perdida-297213?fbclid=IwAR1B2uHAhd_duFIXKvlAOFAaXD5nPU60-xY4Tci6txuErCxj8AGKVRzAvRM

Un día que empieza como todos los días, de pronto recibes un mensaje y tu percepción del mundo se resquebraja”.

Arturo Pérez Reverte decía que cuando uno muere, no muere él, muere el mundo que conoció. Muere lo que vio, muere lo que le contaron, y que con toda persona que muere, se va una mirada, una memoria. Se lleva cosas que ya nadie podrá ver, se lleva vuestra propia historia…

Pero, ¿Y si la escribes?

Es verdad, ya nadie verá a Marcos como lo supo ver Juan, pero ahora sí podremos ver a Juan bajo la atenta mirada de Marcos.

Cuando los últimos años de vida los pasas entre los brazos de un poeta, este te convierte en inmortal.

“El dolor es esa cucaracha que sobrevive al holocausto”.

Ahora, los rincones del pueblo que le vio crecer, su amigas de El Cubo, su amor por Fangoria, la herrería de su padre, su destreza para esquivar preguntas directas o su vitalidad para quemar las noches, quedan retratadas en este diario lleno de duelo, rabia, dolor, amor en todas sus connotaciones y -sobre todo- perdón.

“¿Por qué eres tú el que ha tenido que irse y perderse todas las opciones que yo desperdicio?”

Escribir el prólogo de esta historia y presentarla en Madrid fue para mí fue un reto y todo un honor. Como para @veronica_pacho15 , la sobrina del protagonista de estas páginas -su héroe-, que nos conmovió con su voz.

Gracias, Marcos, por esta oda a la vida, por este homenaje que tanto ayuda a tantos a poder canalizar todo tipo de pérdidas, y por dejar que Juan te hiciese sus dos mejores regalos: su tiempo y el acercarte a nuevos brazos que poder estrechar.

“No me malinterpretes ahora, amor. Te pienso menos, pero te siento más”.

Hay que ser muy valiente para desnudarse completamente delante de una audiencia que no te conoce de nada y mostrar tu vulnerabilidad más íntima. Y esto es lo que Marcos J. Tsegue hace en este libro.

En un diario donde las estaciones se suceden durante un año, Marcos va alternando la prosa poética y el verso para narrarnos (y narrarle a él) la historia de su pérdida, el dolor, el desconsuelo y, poco a poco, el resurgir de nuevo a la vida tras la aceptación.

He disfrutado mucho de esta lectura que se me ha escapado entre los dedos. No podía dejar de subrayar frases que me resonaban y me pellizcaban el corazón. He asistido casi sin aliento a la ventana emocional que nos ha abierto Marcos de forma muy generosa y, a la vez, muy terapéutica para él.

Porque hay veces en la vida en que el bloqueo nos impide hablar y expresar lo que nos come por dentro. Pero la escritura aparece de forma sanadora para ir deshaciendo los nudos que nos atenazan.

Una edición muy cuidada de Hilatura y un prólogo exquisito de Estefanía Toro terminan de aderezar esta receta que te abrazará el corazón. Un libro viajero en el que me ha encantado participar y que, sin duda, voy a recomendar.

Despedirse de alguien a quien amas para siempre es el trago más duro que nos sirve la barra de la vida.

Te narro es un desbloqueo, una catarsis, un adiós, un homenaje. Un duelo.

Es Marcos narrándole. Marcos inmortalizando una historia mientras se despide de ella.

Los acontecimientos se intuyen, aunque los detalles siempre quedarán grabados en los protagonistas y velados en los ojos que los leen.

Las emociones se experimentan. La sensibilidad de Marcos, su verdad desparramada en textos y versos empapa.

Disfrutar Te narro es sentir que alguien ha tenido la generosidad de abrirse en canal y permitirte asomarte a su herida.

Así que solo me queda decir: gracias, Marcos.