La niña del andén

Hay lecturas que por X o por Y marcan la diferencia. Muchas veces lo que más influye no es solo cómo está escrito dicho libro, sino cómo consigue llegar al lector tocando aquellas fibras escondidas tan profundamente haciéndole sufrir a la par con los personajes que relatan su historia. Hoy, mi reseña va sobre una historia dura, triste pero aún así llena de esperanza y muy conmovedora. Es una narrativa basada en una historia real que a posteriori nos da una perspectiva sobre la cual reflexionar.

“La niña del andén” de Gill Thompson es de esos libros que nos enganchan desde la primera página, desde la primera línea escrita y no nos suelta hasta que lleguemos al final buscando y necesitando saber “qué es lo que ha pasado”, “dónde y cómo ha terminado todo”. Es de ese tipo de lecturas que consiguen transportarnos al lugar sobre el que cuentan y experimentar cada uno de los sentimientos y emociones que se describen por parte de los distintos personajes.

He leído muchos libros sobre la Segunda Guerra Mundial y, más concretamente, sobre Auschwitz-Birkenau. Todas han sido por lo general o historias autobiográficas, o relatos basados en hechos reales - mismamente “La bailarina de Auschwitz” de Edith Eger o “Una canción de cuna” de Mario Escobar. Como no quiero desviarme simplemente os diré que os recomiendo al 100% estas dos lecturas, porque son muy bonitas. El primer libro abarca toda la historia de la mismísima autora desde antes de ser llevada al campo de exterminio hasta después de haberse salvado. Cuando leo este tipo de historias me ayudan mucho a ver que incluso el trauma más oscuro y profundo puede ser sanado con el tiempo si uno lucha por ello. Son historias inspiradoras y llenas de mucha emoción que al final nos enseñan la realidad cruda y a lo que es capaz el ser humano conducido por el odio e ideologías extremas que se intentan imponer en las sociedades.

En este caso la historia no se sitúa en el campo de exterminio tan conocido por todos nosotros sino en otro que, de hecho, era la primera vez que oía hablar sobre él – el campo de concentración de Terezín. La historia se desarrolla en tercera persona, por lo que la escritora nos permite poder dar cuerpo a todo el entorno y los personajes ya que no se centra solamente en las emociones de las protagonistas. Es un punto de vista que nos permite englobar varias perspectivas y no solo de quien cuenta la historia. El libro está dividido en tres partes y nos traslada a dos entornos e historias paralelas – la de Eva y Pamela. Esa forma de trazar la línea nos da conocimientos y una visión mas completa sobre cada acción y reacción. La historia pasa por tres momentos clave – el antes, el mientras y después de la guerra.

Eva es una judía que vive con su familia en la Praga de 1939. Ella piensa y se apoya en el trabajo de su marido quien desarrolla una labor a favor de los alemanes, sintiéndose relativamente segura y a salvo. Su hija Miriam es pequeña, pero la guerra va dando paso rápido y ante la incertidumbre y el miedo Eva decide enviarla lejos para salvarla. Existen los llamados “Kindertransport” que son trenes que trasladaban a muchísimos niños enviándoles a familias de acogida fuera de los lugares directamente afectados por la guerra. Pamela es una mujer inglesa que decide ofrecerse como voluntaria para poder ayudar a salvaguardar a los pequeños e intentar ahorrarles al máximo el terror sobre el cual se cuenta en susurros llenos de miedo y temor. A lo largo del libro observamos qué es lo que pasa con cada una de las protagonistas a dónde les lleva su camino y si consiguen salvar sus vidas.

Es una narrativa que, aunque sea dura y triste de leer, en el fondo está llena de mucha esperanza. Somos espectadores de la lucha y la fuerza de voluntad de aquellas personas que entraron en la boca del lobo y sabían que la probabilidad de salir ilesas era casi nula. Pero eso no les frenó para intentar ayudar y proteger a los más débiles y quienes más lo necesitaban. Gill Thompson nos “regala” esa pequeña parte de un mundo cubierto de terror y atrocidades, donde también puede existir la esperanza por peligrosa que sea. Es una historia que nos hace reflexionar sobre a lo que somos capaces de hacer y el daño que podemos infligir consciente o inconscientemente. Se basa en las actividades voluntaria por parte de Nicholas Winton quien salvó a más de 650 niños durante la guerra. Os recomiendo este libro porque la escritora consigue trazar las palabras de tal manera que nos encadenan hasta la última palabra sin poder soltarlas. Es una lectura emotiva y repleta de amor de madre a hija y de una lucha constante en la cual uno no puede darse por vencido si lo que busca es una mejor vida, pero también crear un mejor mundo.

Me identifico plenamente con la cita de Primo Levi incluida en esta novela y que dice: "Si entender es imposible, conocer es imperativo porque lo que sucedió podría repetirse". Creo que no deberíamos evitar leer todo lo que caiga en nuestras manos sobre este vergonzoso capítulo de la Historia, porque eso ayudaría a mantener vivo su recuerdo para que no se vuelvan a repetir aquellos mismos errores que acabaron con la vida de miles de inocentes. Esto fue lo que hizo que me decantase por "La niña del andén", una novela de ficción histórica basada en unos acontecimientos reales centrados en la persona de Nicholas Winton, un agente de bolsa británico de origen judío que puso anuncios en los periódicos pidiendo a la ciudadanía que acogiera a niños checos, obteniendo como respuesta un alud de solicitudes ofreciendo espacio en sus casas y bondad en sus corazones para aquellos pequeños refugiados que pudieron salvarse del Holocausto.

Todo se inicia con un prólogo perturbador pero necesario, que nos sitúa en la Praga de 1930, porque a medida que avancemos en la lectura comprenderemos lo crucial del suceso que en él se desarrolla y así conectarlo todo más adelante. La novela centra su argumento en la lucha de dos familias por sobrevivir en circunstancias adversas, antes y durante la Segunda Guerra Mundial, y en cómo sus vidas se verán entrelazadas irremediablemente.

Eva Kolischer es una joven judía checa que decide enviar lejos a su pequeña Miriam de cinco años porque su país está siendo invadido por las tropas alemanas y sabe que nadie estará a salvo de la crueldad nazi. ¿Cómo iba a sobrellevar estar lejos de su hija? Pero ¿cómo soportar, por otro lado, la preocupación y el miedo que sentía teniéndola allí con ella? Esta será sin duda una decisión terrible que tomará aún a riesgo de no volver a verla nunca más. Por otro lado, en Gran Bretaña la ocupación nazi era una posibilidad remota mientras que en el norte de Europa era una realidad. En Londres encontraremos a Pamela Denison, una mujer de clase media alta que se ofrece como voluntaria para ayudar a encontrar un hogar a los niños judíos que buscan refugio en su país…

Escrita con una prosa sencilla y concisa, una narrativa tan vívida que facilita concebir cada escenario donde transcurren los hechos con bastante claridad, pero que contiene innecesarias y profusas descripciones que son como hiedra que lo engulle todo, aunque es algo que no empaña el conjunto de la trama pero sí que ralentiza la fluidez de la lectura, y de la mano de un narrador omnisciente que asumirá la voz del relato y será el encargado de mostrarnos los diferentes puntos de vista de su amplia galería de personajes, la autora ha tejido una conmovedora historia sobre los lazos familiares, el amor y el sacrificio de una madre, así como la solidaridad de unos desconocidos que dieron cobijo a cientos de niños judíos. Una historia de pérdidas, de incertidumbres, pero por encima de todo de esperanzas y valor, de supervivencia.

Gill Thompson ha trazado una historia que tiene como protagonistas absolutas a las mujeres, unos personajes fuertes de carácter y decididas a no ser derrotadas por la horrible situación en la que están atrapadas. Para mí, Eva es una auténtica heroína al demostrar su lealtad y amor a su familia, con la que he tenido cierta conexión emocional, entendiendo lo doloroso que debió ser para unos padres tomar la decisión de enviar a sus hijos a un país desconocido, solos y alejados de sus familias. Fue una joven prodigio del piano y su meta en la vida había sido la música, que le aceleraba el pulso y hacía saltar su corazón, hasta que un terrible incidente hizo añicos sus esperanzas. Aunque con el tiempo ella encontrará la luz en el lugar más sombrío, pudiendo dar un sentido a su vida y algo de esperanza y resistencia. En cuanto al resto de personajes secundarios, están perfilados en su justa medida, lo suficiente para que podamos identificarlos sin problema.

Sintetizando: "La niña del andén" es una novela de ficción histórica que cuenta con un giro argumental sorprendente y me ha revelado dos aspectos de este conflicto bélico que desconocía: el gueto de Terezin y los Kindertransport (trenes que trasladaron a niños judíos hasta Gran Bretaña para ponerlos a salvo). Una historia en la que se dan una serie de casualidades poco creíbles pero que no empañan por completo el conjunto, y en la que se pone de manifiesto la música como manera de canalizar las emociones, un medio para expresarse y poder resistir las adversidades. Una lectura emotiva que me dejó con un nudo en el corazón y lágrimas en los ojos, pero en la que he echado en falta una mayor dosis de dramatismo, ya que la autora apenas incide en las humillaciones y crueldades soportadas por los judíos en el gueto de Terezin, un lugar de paso hacia los campos de exterminio.
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Una historia emotiva, emocionante, que te atrapa desde la primera página.

La historia está narrada desde varios puntos de vista, pero principalmente desde el punto de vista de dos mujeres. Por un lado, Eva una joven judía checa que conoce demasiado joven los primeros horrores nazis en la piel de unos jóvenes de las Juventudes Hitlerianas. Por otro lado, Pamela una joven cuáquera inglesa que en su afán de contribuir a la paz se involucra en la ayuda a refugiados que huyen de la opresión nazi.

A través de sus historias personales, conocemos una parte de la historia que aunque conocida en su conjunto (¿Quién no ha oído hablar de Terezin?), no lo es en detalles y hechos tan importantes como "insignificantes" eran sus protagonistas: el rescate de cientos de niños checos por un corredor de bolsa inglés.

Eva es una pianista que vive en Praga. Cuando los nazis ocupan el país, al principio su familia se siente protegida por la profesión de su marido, útil a los alemanes. Pero Eva no las tiene todas consigo y decide enviar a su pequeña hija Miriam a Londres con una familia de acogida. Sabe que hay una serie de personas que organizan el traslado a Inglaterra en tren de niños judíos y el acogimiento temporal por parte de familias inglesas y, con gran dolor de corazón, decide enviar allí a su hija.

Por otro lado, tenemos a la inglesa Pamela, una cuáquera muy preocupada por ayudar al prójimo. En un viaje a Checoslovaquia, tuvo ocasión de conocer el país y algo del idioma y le ha quedado una cierta afinidad por el país y sus habitantes. Cuando estalla la guerra e Inglaterra entra en guerra, decide ayudar en lo que pueda. Sabiendo que hay una organización que ayuda a rescatar niños judíos checos, se ofrece como voluntaria.

La novela se organiza en dos tramas que discurren de forma paralela. Comienza unos años antes del estallido de la guerra con dos capítulos (impactante el de Eva) que nos permiten conocer bien a quienes van a ser las protagonistas de la novela: Eva y Pamela. Luego la historia adelanta unos cuantos años y de ahí hacia delante nos contará qué pasó los años previos a la guerra, los años de la guerra y los cinco años posteriores. Siempre centrándose en Eva y Pamela y sus respectivas familias y países.

La parte más emotiva, resulta obvio, es la de Eva. Son judíos en una ciudad ocupada por los nazis así que ya os podéis imaginar. de su parte conoceremos el campo de Terezín. No creo recordar haber leído ninguna otra novela situada en Terezín por lo que ha supuesto una novedad para mí. Terezín fue campo de concentración, no de exterminio. Lo cual no significa que las condiciones de vida de los judíos fuesen buenas pero está claro que no tiene nada que ver con otros campos como Auschwitz o Dachau.

De parte de Pamela conoceremos la situación en Inglaterra aunque de una forma bastante liviana. Como país en guerra, es evidente que también sufrió mucho: bombardeos, escasez de comida, etc…, pero Gill Thompson no se va a fijar en eso sino en la labor humanitaria que realizaron ciertas personas, ciertas organizaciones, para intentar salvar a los judíos del continente. Así, la novela se inspira en la obra de Nicholas Winton que se considera salvó a más de 650 niños. No es la primera novela que leo sobre un tema similar. de hecho, este mismo año leí “El último tren a la libertad” sobre una holandesa que realizó algo similar. Me encanta que se recuerde a estos héroes que, poniendo su propia vida en peligro, lograron salvar tantas vidas. Es un bonito homenaje el que nos ofrecen autores como Gil Thompson.

Las dos tramas avanzan de forma paralela mostrando las dos caras de la misma moneda y llegando a confluir. No es difícil adivinar cómo lo hacen, la verdad. Es un narrador omnisciente quien nos va contando las respectivas historias y lo hace con un estilo cuidado pero de fácil lectura. Sin cargar demasiado las tintas en el horror y siempre con un punto de esperanza y de amor hacia la vida. Ello lo consigue, en parte, a través de la música, presente en toda la novela. Eva es una gran pianista y en Terezín se reencuentra con un antiguo profesor que está organizando conciertos (permitidos por los nazis). La música se convierte en la única esperanza para seres casi vencidos pero, también, en una forma de rebeldía y de protesta.

Siempre que reseño un libro de este estilo hay gente que me dice que le da miedo, que son historias muy duras. Es cierto, lo son; sobre todo porque son reales y porque, por muy horribles que sean, no llegan a reflejar todo el horror que se vivió. Pero dentro de esa dureza, ésta es bastante asequible y, por ello, la considero especialmente adecuada para quien se inicia en este tipo de lectura. Terezín no es Auschiwtz y los personajes sufren, por supuesto, pero la autora no carga las tintas en el horror, más bien al contrario. No voy a decir que no sea una novela conmovedora, porque lo es, ni que no ponga un nudo en el estómago en ciertas ocasiones, pero es asequible para todo el mundo y cuando yo acabé soltando un par de lagrimillas, lo hice más por emoción que por pena.

Conclusión final

“La niña del andén” es una preciosa novela que apena y conmueve pero que también nos trae un rayo de esperanza a través de la música. No dudo en recomendárosla.
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Antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial, Eva se preparaba a conciencia para cumplir su sueño de llegar a ser concertista, hasta que una tarde , regresando de sus clases de piano, su vida y sus sueños cambiarán para siempre.
Pero Eva, aún no sabe que lo pero está por venir.

Praga,1939: la única forma de mantener a la pequeña Miriam a salvo del horror nazi, es separándose de ella, quizá para siempre. Así es como Miriam, sube a uno de los trenes del Kindertransport dejando atrás para siempre su vida y su familia en Checoslovaquia.

En el resto de Europa, la guerra es aún un mero espejismo, y Pamela, que vivía en Londres ajena a todo lo que estaba ocurriendo, decide participar como voluntaria y dar cobijo a aquellos niños que consiguieron escapar de uno de los mayores horrores de la historia.

¿Qué será de la vida de las pequeña Miriam, después de subir a aquel tren y dejar a su madre atrás?
Y Eva, ¿conseguirá escapar y sobrevivir al Holocausto?

* La niña del andén * de @duomoediciones Sinopsis: 🌸 En la Praga de 1939, la joven Eva sabe que la única manera de salvar a su pequeña Miriam de los nazis es enviándola lejos, muy lejos, incluso si eso significa no volver a verla jamás. La niña, sola, sube a uno de los trenes que la alejará, como a muchos otros, para siempre de su familia. En Londres, Pamela no siente que la guerra se acerca. La ciudad es como una isla en medio de la ola de terror que empieza a recorrer Europa. Pero pronto los rumores llegan hasta ella y decide implicarse como voluntaria, buscando familias a los pequeños procedentes del continente. . . . Opinión: 🌸 Buenas tardes lectores, os traigo una novela que me ha cautivado desde su comienzo y que tenía muchas ganas de enseñaros. El libro nos cuenta la historia de Eva, una prestigiosa pianista que vive con su hija y con su marido en Praga. Cuando esta última se ve invadida por los nazis, comienza la odisea de Eva, que temiendo por la vida de su hija, decide enviarla a vivir a Inglaterra con una familia de acogida que la proteja de la amenazante guerra que aunque aun no ha estallado del todo, se sabe que llegará. Aunque esto implique un sacrificio...aunque signifique, no poder volver a verla. Por otro lado tenemos otra gran protagonista, Pamela, que vive en Inglaterra, una zona más segura, pero no del todo libre del enfrentamiento. Ella, enamorada de Checolosvaquia desde uno de sus viajes, decidide ayudar en todo lo posible ofreciendo ayuda humanitaria y pone su casa a disposición de los países dañados. Lo que más me ha gustado es lo emotiva que ha sido la parte de Eva, su sacrificio y sufrimiento contenido, la separación pero también la tranquilidad de saber que irá bien. Se centra en el antes de la guerra, durante y algunos años posteriores dentro de las mismas familias que forman Eva y Pamela con sus respectivas historias personales. El tema de transfondo del libro nos vienen a hablar de la gran obra que realizó Nicholas Winton que se considera que salvó a más de 650 niños judíos, de los alemanes. Esto, me ha recordado muchísimo a la historia de la lista de Schlindler. Es una historia tremenda. Un 10 ❤
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Nos cuenta la historia de Eva, una joven judía checoslovaca en la época de la Segunda Guerra Mundial. Ella aspiraba a ser una gran pianista, pero la vida no fue de color de rosa.
Por otro lado tenemos a Pamela, una madre de familia judía inglesa, siempre intentado ayudar a los demás.
La vida de ambas familias se verán entremezcladas, con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo y la vida judía de la época.
También serán vitales en la historia las vidas de Miriam y Hana, dos niñas muy peculiares de las que no diré nada más; para averiguarlo tendrás que adentrarte a través de las páginas de este maravilloso libro.

Hace ya unos cuantos años solía leer bastantes libros ambientados en esta época de la historia, pero es cierto que dejé de hacerlo, quizá por sobredosis del tema. Tengo que reconocer que me alegro de haber recuperado esta temática con este libro; ha sido una gran lectura.
He sufrido con cada página y había momentos en los que no quería seguir leyendo porque imaginaba lo que iba a suceder a continuación.
Es una trama muy dura, pero no deja de ser historia y, por desgracia, sucedió en la realidad.
Un libro duro pero bonito en el que se sufre y se disfruta a partes iguales y en el que la música está muy presente.

En la Praga de 1939, la joven pianista Eva Kolischer, toma la dura decisión de enviar a su pequeña hija Miriam a Londres con una familia de acogida para salvarla de los nazis. Será de esta forma cómo su vida se cruzará con la de Pamela, una mujer inglesa que ante la llegada de la guerra decide hacerse voluntaria ayudando a rescatar a niños judíos checos.

La niña del andén está basada en una conmovedora historia real. Gracias a un agente de bolsa londinense llamado Nicholas Winton, centenares de niños checos fueron rescatados y transportados en trenes hacia Inglaterra donde les esperaban familias de acogida, escapando así del Holocausto.

La novela tiene dos tramas principales que discurren de forma paralela. Es una historia emotiva y conmovedora que en ciertas ocasiones ha conseguido que se me ponga un nudo en el estómago o las lágrimas en los ojos. No me quiero llegar a imaginar lo duro y desgarrador que tiene que ser separarte de un hijo sabiendo que puede significar no saber nunca más de él o no volver a verlo jamás.

Me ha encantado y prácticamente la he devorado. Este tipo de libros me fascinan y considero que aunque son historias muy duras, son libros muy necesarios que ni siquiera llegan a reflejar de todo el horror y el dolor que se llegó a vivir realmente. Se nota que hay un gran trabajo de documentación por parte de la autora y me ha encantado como ha utilizado la música como un bálsamo o un rayo de esperanza en medio de aquel horror.

Me gustó mucho conocer la gran labor humanitaria de Nicholas Winton, que salvó a muchísimos niños judíos del Holocausto durante el estallido de la guerra y mientras sus padres eran enviados a campos de concentración. Sin duda, es una novela que recomiendo totalmente.
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Comenzamos con un prólogo en Praga en el año 1930, cuando una joven estudiante de piano se retrasa aprendiendo una obra y para recuperar el tiempo perdido, toma la infausta decisión de acortar el camino a través de un cementerio donde tendrá un encontronazo con unos soldados nazis.
De ahí pasaremos a la primera parte, donde podremos conocer la historia de dos mujeres y cómo les va a afectar los hechos que van ocurriendo antes de la guerra.
Eva vive en Praga, es pianista y da clases en el conservatorio, su marido, Josef, es químico, lo que les aporta una cierta seguridad ya que los alemanes están interesados en sus investigaciones. Se huele en el aire ya el odio hacia los judíos y comienzan los actos en contra de ellos. Mientras Josef considera que no pasará nada y que a ellos nada les afectará, Eva cada vez tiene más miedo y toma la decisión unilateral de mandar a su hija Miriam a Inglaterra, donde la guerra se ve mucho más lejana. Hay una organización que organiza el traslado de los niños judíos hasta Londres, donde será acogidos temporalmente por familias inglesas. Una decisión dura, tremenda, que tendrá sus consecuencias.
En Londres vive Pamela, una cuáquera, casada con Hugh, un político que intenta que sus ideas pacifistas se vayan abriendo camino en el gobierno, ella no comulga demasiado bien con lo que está haciendo su marido, no le van las fiestas ni los fastos, ella es más de ayudar a las personas de una u otra forma. Es lo que le da sentido a levantarse cada mañana, sobre todo cuando su hijo Will vuelve al colegio y no tiene a quién cuidar. En un viaje a Checoslovaquia que no sale como tenía planeado, le va a dar la oportunidad de conocer a la gente y el idioma, lo que hará que la empatía sea mayor cuando ese país se vea envuelto en la guerra, se hará más presente en la ayuda que ella pueda ofrecer a los niños checoslovacos que gracias a Nicholas Winton, podrán ser puestos a salvo.
Iremos viendo como cada una de las protagonistas vive la guerra en el lugar donde le ha tocado vivirla.
Eva se lleva la peor parte, los estudios de Josef no son el salvoconducto que él creía y se verán obligados a trasladarse a Tezerín, un campo de concentración, que al menos yo no conocía, allí son obligados a trabajar en condiciones extremas, pero no es un campo de exterminio, claro que pronto se comenzarán a hacer viajes en tren hacia otros lugares, y las noticias que corren no son nada buenas. A pesar de todo seguirá con sus conciertos de piano, en ese campo no están prohibidos, la música será lo que la sostendrá en los momentos más duros, mientras piensa en esa hija que no sabe dónde está y a la que sigue escribiendo para no perder el contacto.
Pamela seguirá viviendo en Londres, sufriendo restricciones, bombardeos y la separación de aquellos a los que quiere, por encima de todo mantendrá su espíritu de ayudar a los demás, para ello se apuntará a diversas iniciativas, manteniendo siempre y por encima de todo sus enseñanzas y principios, es la única que no cae en la hipocresía y el papel que le toca como mujer de diplomático.
En un momento dado las historias de las dos mujeres van a converger y ahí será donde encontremos lo más emotivo de la trama.
una novela basada en hechos reales que ha optado por mostrarnos la esperanza y la solidaridad en una situación horrible, reflejadas una banda sonora, en la que la música une a las protagonistas. Me ha gustado y la recomiendo.
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