Eva tragó saliva. llevaba tanto tiempo considerando enemigos a todos los alemanes que le costaba recordar que también eran seres humanos.
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Eva tragó saliva. llevaba tanto tiempo considerando enemigos a todos los alemanes que le costaba recordar que también eran seres humanos.
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–Sigo siendo cuáquero. Sigo creyendo en la paz. Más que nunca, después de esta horrible guerra. Pero el pacifismo no es la solución. Monstruos como Hitler lo consideran una debilidad.
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Le encantaba tocar; la música era una forma de canalizar sus emociones, un medio para expresarse. La llevaba en el alma. La recompensa que obtenía era inenarrable.
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Ha sido divertido. Gracias. Entonces, la vanidad no te ha impedido volver a ser niña. Tampoco a ti. Las cosas eran mucho más sencillas cuando éramos pequeños. Puede que necesitemos volver a serlo. |
¿Qué era la música para ella ahora? Ya no le quedaba ni rastro de vanidad. Ya no tocaba para que los demás admiraran su habilidad. Tocaba para que olvidaran sus angustias, para transportarlos a un mundo de paz y belleza, para conducirlos a un lugar donde todo era posible, aunque solo fuese durante una hora, por muy abatidos y agotados que estuvieran a causa del trabajo cotidiano.
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—Muchos tenemos familia en el continente. Ese Hitler está loco. No hace más que dictar leyes contra los judíos. Los míos ya no se sienten seguros en ninguna parte. Praga es una ciudad preciosa. —La modista sorbió por la nariz—. Mucho más elegante que Londres. Pero me alegro de haber venido. Los judíos se están marchando en masa de Checoslovaquia y Alemania.
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En cambio, debía de haber sido terrible para aquellos pobres padres alemanes que habían enviado a sus hijos a Inglaterra con la esperanza de protegerlos de una patria crecientemente hostil en la que se preguntaban se volverían a verlos alguna vez.
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¿Consistía la vida únicamente en sobrevivir a la monotonía o en crear algo extraordinario?
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Que vida m'as dura tuvieron que sufrir muchas personas, que nunca más se vuelva a repetir
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Los cabrones de los nazis creen que pueden desmoralizarnos. Nos humillan, nos matan a trabajar, nos quitan hasta la última brizna de humanidad. Pero no pueden despojarnos de la creatividad. Ni de nuestra alma.
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¿Quién escribió «Agnes Grey»?