Verano

Verano, la última entrega del con toda justicia exitoso Cuarteto estacional fue objeto de una lectura conjunta de mi querida Librería Ambulante a la sombra de mis Adictxs. Es el cierre pleno y gozoso de una durísima crónica de nuestro tiempo, de nuestra caída en la crisis y la desesperación, de la que emergemos con esta historia en la que unimos los puntos y se unen las personas, en la que reconocemos el verano, la calidez interior de la sangre que fluye con fuerza para construir un mundo nuevo partiendo de nuestras cenizas, un necesario y posible mundo mejor.

Con una escritura que en muchas ocasiones es rápida, espasmódica incluso, llevada por la urgencia de señalar los muchos ataques contra nuestra dignidad por parte del racismo, del clasismo, del desempleo y la falta de futuro para la juventud, por parte de la perversión de la verdad y del lenguaje, la autora nos alienta con una delicada y sutil tracería de relaciones que surge de nuestro ímpetu personal y encuentra un arbotante en el que descargar el peso del mundo, de nuestra Humanidad.

En suma, un cierre que es un horizonte abierto, una obra que no existía y que ahora se extiende ante nosotros con el poder de la imaginación, de la utopía que afirma lo que hay, lo que queremos, aquello por lo que batallar.

Este es el primer libro que leo de la autora escocesa Ali Smith y para estrenarme, gracias a Babelio, elegí Verano, el libro que pone punto y final a su cuarteto estacional. Creí que podría tener problemas a la hora de leerlo al no haber leído los tres anteriores, pero la verdad es que una vez habituada a la forma de escribir de la autora he de decir que me ha encantado.

No os puedo contar mucho del argumento, vamos a conocer personajes cuyas historias transcurren en un tiempo presente y en el pasado también, y esto me ha encantado. El personaje de Sacha ha sido mi preferido, preocupada por el medio ambiente, los gente sin hogar, cómo evoluciona el mundo tras la pandemia... Esto precisamente me ha encantado, cómo trata el tema de la pandemia tanto políticamente como humanamente, cómo afectó el tema del confinamiento a las personas, al medio ambiente. También tenemos oportunidad de conocer el tema del Brexit, las acciones humanitarias...

En cuanto a la forma de escribir de Ali Smith, me ha resultado impecable. No distingue los diálogos pero una vez que te haces a ello, resulta una lectura increíble. Ensalzar también la labor de la traductora.

Solo puedo recomendaros el libro, es uno de esos libros en los que empiezas a leer y en cuando te das cuenta ya te has leído medio libro sin darte cuenta, no se hace nada pesado.

No será el último libro que lea de la autora, para mi, una vez superada el primer impacto de ver la manera de escribir de la autora ha sido el descubrimiento del año. ¡Muy recomendable!

Tenía ganas de leer el "cuarteto estacional" de Ali Smith, y viendo que "Verano" estaba en la masa crítica de Babelio me pareció el momento perfecto para estrenarme.

Me gusta ir casi a ciegas con los libros para disfrutarlos más, aunque eso a veces hace que te lleves alguna sorpresa inesperada.

Lo primero que noté es el estilo tan particular de la autora. Me ha recordado mucho al de Sally Rooney ya que tampoco marca los diálogos. Es un estilo que en mi caso me ha chocado y a veces me ha sacado de la lectura.

Lo segundo es que pensé que al ser un "cuarteto estacional" el libro estaría ambientado en verano, incluso la estación sería un personaje más del libro, y no ha sido así. Sí que está presente en alguna parte, pero en general no es importante de manera explícita, sino más como metáfora del cambio, el avance, la metamorfosis...

El libro nos narra la historia de varias personas, siendo las relaciones fraternales de hermandad las más importantes. A mí parecer están plasmadas de una manera muy bonita y real.
Sin embargo, no termina de haber un hilo conductor. A veces me parecía que eran las historias soltadas en momento 'brain storming' simplemente desarrolladas y unidas de manera forzosa.

La verdad es que me he encontrado con momentos, escenas e historias que son una maravilla y me han encantado, pero también con otros que no me han gustado nada y en los que la narrativa no me ha convencido. Así que finalmente me quedo con una sensación de "amor-odio", que finalmente equilibran la balanza para quedarse en un 50/50

La escritora escocesa Ali Smith es una de las voces más aclamadas en la literatura del Reino Unido y los críticos destacan especialmente su serie de cuatro novelas, el Cuarteto estacional. En la última edición de Masa Crítica de Babelio opté por pedir Verano, el libro que cierra la serie. Me preguntaba si esto afectaría en algo a la lectura, pues no he leído el resto (novelas que, como se puede imaginar, se llaman Otoño, Invierno y Primavera).

Y tal vez fue así. No sabía nada del estilo de escritura de Ali Smith, no tenía ni idea sobre la trama de estos libros y no había leído ninguno de los demás que componen la serie. Empecé el libro como a mí me gusta, sin ideas preconcebidas, pero... iba pasando páginas y páginas y no lograba conectar con la lectura. Me ha costado mucho entender el argumento; sí, nos presenta a dos hermanos, Sacha y Robert, y a sus padres separados que viven en casas contiguas, pero todos ellos parecen solo una excusa para hilar temas que le pasan a la autora por la cabeza, pero no es que los hile, sino que los vierte en la narración sin orden ni concierto, sin que parezca llevarte a ningún lado. Es cierto que, por lo que he leído, en este libro importan más las ideas y las críticas a la sociedad actual que la linealidad de la trama, pero me ha resultado una lectura frustrante que no ha llegado a cautivarme. Supongo que cada libro tiene su lector, y desde luego Verano no ha sido para mí.

Algo positivo que puedo decir es que la edición es un gustazo: el tamaño, la cubierta, el papel, la traducción impecable de Magdalena Palmer... Nórdica Libros, por lo que he podido comprobar, mima sus ediciones. Lástima que este libro en concreto no me haya conquistado.
Enlace: http://lavidanobasta.blogspo..

Impecable es la primera palabra que se me viene a la mente cuando intento transmitiros cómo es la escritura de Ali Smith. Es bonita, sí; es ligera, sí; es sencilla, también. Pero estos adjetivos no son suficientes.

Es cierto que Ali no señala los diálogos. También lo es que los capítulos son largos. Sí, hay cosas que no me han fascinado. Pero... Ay, Ali.

El lenguaje del que dota a los personajes para criticar a la sociedad, al Brexit, al egoísmo de la humanidad es exquisito. También lo es que la trama en sí no importe tanto, sino las pequeñas cualidades que destacan las acciones de cada protagonista y el significado social que estas tienen.

Verano no cuenta una historia, sino varias. Pero no os quedéis con eso. Lo importante es lo que piensan y conversan. Lo que piensan y callan. La elegancia con la que lo hacen.

Ali Smith: me encanta el Verano.

Esta novela arranca hablando sobre la verdad de la información en internet, la importancia de descubrir los bulos y luchar contra ellos. El libro pone sobre el papel una realidad dura donde los personajes conviven con la pandemia, el confinamiento, el cambio climático, el machismo, la migración, el racismo, las redes o el Brexit. Va enlazando tiempos y situaciones: el confinamiento del covid lleva a otros como los de los judíos, los de los niños y jóvenes que llegaron a Inglaterra durante la II Guerra Mundial, los de los migrantes, los sin techo...
A veces en primera o tercera persona y otras en forma epistolar se describen las vivencias, deseos, luchas y recuerdos de los personajes principales: Sacha Greenlaw, su hermano de 13 años, Robert y Grace, su madre. También aparecen varios personajes de los otros libros del cuarteto; personas que vuelven como fantasmas del pasado, que viven la realidad del presente, que la sufren, la sienten y la denuncian. Unos y otros con su carga de ideas, sentimientos, errores; con relaciones que hablan de amor, enfrentamiento y también de esperanza.
Un libro precioso para terminar estás vacaciones.

Las expectativas respecto a esta última novela, que forma parte del cuarteto estacional de la autora escocesa, Ali Smith, eran tan altas, que me ha sorprendido sentirme un tanto decepcionada tras su lectura. Ello me ha conducido, quizá, a fijar la vista en sus puntos más débiles, como que el discurso moralizador resulte excesivo, que algunos de sus personajes como el del adolescente Robert no acabe de ser del todo creíble o que la trama se difumine demasiado entre sus abusivos juegos de palabras.
Y con todo, Ali Smith sigue siendo genial, magnífica. En esta última novela recupera el hilo de algunas de las historias precedentes, de manera que reaparecen personajes de las anteriores entregas, conectados con los nuevos personajes. Como telón de fondo siguen latiendo los temas de siempre, los más actuales, como las consecuencias del Brexit, los primeros impactos de la pandemia del Covid, el confinamiento y todas las injusticias que recorren el mundo. Ali Smith sigue impregnándolo todo con...

Leer la reseña completa en:
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“-La justicia siempre vencerá
-Sí, pero eso depende totalmente de cómo definen la justicia aquellos que hacen las leyes.”

Me parece muy acertado el comentario que sobre la novela hizo Rebecca Makkai (The New York Times Book Review) y que se recoge en la contraportada de mi edición:

«Estas novelas, a caballo entre la inmediatez y la permanencia, lo personal y el alcance de un mundo que se inclina hacia el desastre, son las que leeremos en los próximos años como la literatura definitoria, aunque desconcertante, de una era indefinible y desconcertante.»

Inmediatez y permanencia, lo colectivo y lo individual, presente, pasado y futuro, todo ello mezclado maravillosamente en este cuarteto de novelas que se termina (con mucha pena por mi parte) con “Verano”.

“El verano no es solo una historia alegre. Porque no hay una historia alegre sin oscuridad…”

Se mantiene el mismo estilo fragmentario de las entregas anteriores, el mismo collage de pensamientos, diálogos y escenas, remotas y actuales, con las que nos recuerda que seguimos siendo los mismos que nos han llevado hasta aquí, que no vamos a cambiar, que tenemos que apañarnos con lo que hay, con nuestras vilezas y nuestras virtudes, manteniendo viva una esperanza de la que no nos podemos desprender (esa esperanza desesperada de la que hablaba en “Primavera”) por muy radical que sea nuestro escepticismo sobre el futuro que nos espera.

“…el verano siempre gira en torno a un final imaginado. Nos dirigimos a él como si significara algo. Siempre lo buscamos, siempre lo esperamos, todo el año nos dirigimos al verano como el horizonte que evoca la promesa del amanecer. Siempre buscamos la hoja abierta, la calidez abierta, la promesa de que pronto, un día, seremos capaces de recostarnos y que el verano nos ocurra; pronto, un día, el mundo nos tratará bien.”

Ali Smith no se arredra ante ese futuro incierto y oscuro ni ante esta sociedad inclinada hacia el desastre y nos sigue alentando a no someternos, a luchar con todas nuestras fuerzas y con todas las armas que la nueva tecnología pone a nuestro alcance contra ese abismo al que parecemos abocados y ante el que la mayoría de la gente se encoge de hombros, y eso en el mejor de los casos. No son pocos los que directamente niegan el abismo o hasta lo ven con agrado —a quién le molesta unos pocos grados más de temperatura—. Suele ser la misma gente que afirma que todo aquel que no es capaz de vivir por sí mismo es porque es un vago, a los que no les importa que sus políticos desmantelen el estado del bienestar, les mientan o hasta les roben mientras bajen un poquito los impuestos y mantengan la esencia de los valores patrios, los que no culpan a los poderosos por como utilizan el poder para dominarnos mientras gritan a sus gobernantes que deporten a los inmigrantes pobres o que no se permita a otras religiones o culturas su desarrollo dentro de sus fronteras, los mismos que denuncian que se está asustando torticeramente a la gente, que esto del calentamiento global es un monumental engaño pergeñado por patéticos progres trasnochados.

“…en un sentido moderno, ser un héroe es enfocar una luz brillante a las cosas que necesitan ser vistas. Supongo que si alguien lo hace se producen consecuencias.”

Brillantísima la luz que la autora enfoca sobre algunos de nuestros problemas con un llamamiento a la responsabilidad personal ante las situaciones injustas, frente a ese retorcimiento de las palabras que retuercen nuestra percepción de la realidad (se cita a Wittgenstein y su famosa cita: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”), frente a esa lluvia constante de fake news, en fin, frente a tanta desidia y tanta estupidez (no sé si no son contraproducentes los ejemplos de esta estulticia que la autora ha resaltado en cada entrega estacional: se hace muy difícil mantener alguna esperanza en un mundo donde telepredicadoras como la Mercy Bucks de la novela son capaces de arrastrar a tanta gente o saber que no es ninguna exageración imaginar a decenas de miles de personas pendientes de una página web que es una cámara fija sobre un Echo a la espera del oráculo que les cambie la vida…como dice la autora ” Así ha sido siempre, desde que el verano mostró su verdor”).

En definitiva, Ali Smith nos viene a decir que quizás no podremos cambiar el mundo, pero sí mejorar la vida de algunas personas… y después, vaya usted a saber. Desde luego, Ali Smith es de esas escritoras que mejoran mi vida con sus novelas.

“(Arte) es el momento en que descubres y te cambia algo que encuentras, algo que te lleva tanto a tu interior como más allá de ti, y que hace que volvamos en sí. Es una conmoción que nos devuelve a nosotros mismos.”


P.S. Además de las continuas y habituales referencias a Shakespeare o a Dickens, en esta novela se homenajea, entre otros, a Fred Uhlman y, sobre todo, a Lorenza Mazzetti, directora de cine, pintora y novelista.