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Crítica de Guille63


Guille63
08 March 2023
“-La justicia siempre vencerá
-Sí, pero eso depende totalmente de cómo definen la justicia aquellos que hacen las leyes.”

Me parece muy acertado el comentario que sobre la novela hizo Rebecca Makkai (The New York Times Book Review) y que se recoge en la contraportada de mi edición:

«Estas novelas, a caballo entre la inmediatez y la permanencia, lo personal y el alcance de un mundo que se inclina hacia el desastre, son las que leeremos en los próximos años como la literatura definitoria, aunque desconcertante, de una era indefinible y desconcertante.»

Inmediatez y permanencia, lo colectivo y lo individual, presente, pasado y futuro, todo ello mezclado maravillosamente en este cuarteto de novelas que se termina (con mucha pena por mi parte) con “Verano”.

“El verano no es solo una historia alegre. Porque no hay una historia alegre sin oscuridad…”

Se mantiene el mismo estilo fragmentario de las entregas anteriores, el mismo collage de pensamientos, diálogos y escenas, remotas y actuales, con las que nos recuerda que seguimos siendo los mismos que nos han llevado hasta aquí, que no vamos a cambiar, que tenemos que apañarnos con lo que hay, con nuestras vilezas y nuestras virtudes, manteniendo viva una esperanza de la que no nos podemos desprender (esa esperanza desesperada de la que hablaba en “Primavera”) por muy radical que sea nuestro escepticismo sobre el futuro que nos espera.

“…el verano siempre gira en torno a un final imaginado. Nos dirigimos a él como si significara algo. Siempre lo buscamos, siempre lo esperamos, todo el año nos dirigimos al verano como el horizonte que evoca la promesa del amanecer. Siempre buscamos la hoja abierta, la calidez abierta, la promesa de que pronto, un día, seremos capaces de recostarnos y que el verano nos ocurra; pronto, un día, el mundo nos tratará bien.”

Ali Smith no se arredra ante ese futuro incierto y oscuro ni ante esta sociedad inclinada hacia el desastre y nos sigue alentando a no someternos, a luchar con todas nuestras fuerzas y con todas las armas que la nueva tecnología pone a nuestro alcance contra ese abismo al que parecemos abocados y ante el que la mayoría de la gente se encoge de hombros, y eso en el mejor de los casos. No son pocos los que directamente niegan el abismo o hasta lo ven con agrado —a quién le molesta unos pocos grados más de temperatura—. Suele ser la misma gente que afirma que todo aquel que no es capaz de vivir por sí mismo es porque es un vago, a los que no les importa que sus políticos desmantelen el estado del bienestar, les mientan o hasta les roben mientras bajen un poquito los impuestos y mantengan la esencia de los valores patrios, los que no culpan a los poderosos por como utilizan el poder para dominarnos mientras gritan a sus gobernantes que deporten a los inmigrantes pobres o que no se permita a otras religiones o culturas su desarrollo dentro de sus fronteras, los mismos que denuncian que se está asustando torticeramente a la gente, que esto del calentamiento global es un monumental engaño pergeñado por patéticos progres trasnochados.

“…en un sentido moderno, ser un héroe es enfocar una luz brillante a las cosas que necesitan ser vistas. Supongo que si alguien lo hace se producen consecuencias.”

Brillantísima la luz que la autora enfoca sobre algunos de nuestros problemas con un llamamiento a la responsabilidad personal ante las situaciones injustas, frente a ese retorcimiento de las palabras que retuercen nuestra percepción de la realidad (se cita a Wittgenstein y su famosa cita: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”), frente a esa lluvia constante de fake news, en fin, frente a tanta desidia y tanta estupidez (no sé si no son contraproducentes los ejemplos de esta estulticia que la autora ha resaltado en cada entrega estacional: se hace muy difícil mantener alguna esperanza en un mundo donde telepredicadoras como la Mercy Bucks de la novela son capaces de arrastrar a tanta gente o saber que no es ninguna exageración imaginar a decenas de miles de personas pendientes de una página web que es una cámara fija sobre un Echo a la espera del oráculo que les cambie la vida…como dice la autora ” Así ha sido siempre, desde que el verano mostró su verdor”).

En definitiva, Ali Smith nos viene a decir que quizás no podremos cambiar el mundo, pero sí mejorar la vida de algunas personas… y después, vaya usted a saber. Desde luego, Ali Smith es de esas escritoras que mejoran mi vida con sus novelas.

“(Arte) es el momento en que descubres y te cambia algo que encuentras, algo que te lleva tanto a tu interior como más allá de ti, y que hace que volvamos en sí. Es una conmoción que nos devuelve a nosotros mismos.”


P.S. Además de las continuas y habituales referencias a Shakespeare o a Dickens, en esta novela se homenajea, entre otros, a Fred Uhlman y, sobre todo, a Lorenza Mazzetti, directora de cine, pintora y novelista.
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