Dolor

El argumento de esta novela es de lo más atractivo, Iris una mujer de mediana edad, sufrió un atentado terrorista en Israel, al dejar a sus hijos en el colegio, y a consecuencia de su paso por el hospital se reencuentra con un viejo amor.

Dolor, es la historia de Iris, una mujer atrapada en una matrimonio anodino, con un marido frío y distante, madre de dos hijos, ascendida a directora de colegio y que debido a un atentado terrorista le quedan secuelas, dolor
Diez años después de este trágico suceso, ella empieza a sentir dolor, con tratamientos poco efectivos, acaba en la consulta de un médico que casualmente fue su novio en la juventud, pero que la dejó.
Dolor, no solo físico, también emocional, al recordar ese novio, no tan olvidado en su mente ni en su corazón, el dolor de un amor frustrado.
Dolor, al recordar la pérdida de su madre, la de Iris, el pilar familiar. Dolor ante el recuerdo de la enfermedad de la madre de su antiguo novio. Dolor ante la idea de estar encerrada en un matrimonio aburrido, sin pasión, y sin esperanza de tenerla.
Narrada de una manera sencilla pero desgarradora, la autora nos muestra la crisis de una mujer que se plantea, que hubiera pasado si... Si no la hubiera dejado su novio, si no hubiera ido ella a llevar a los niños al cole, si no hubiera sufrido el atentado, si no hubiera tenido...Dolor! Porque el reencuentro con su antiguo amor, también es doloroso.
Nos muestra la soledad, el miedo al dolor, a lo desconocido, la infidelidad y la culpa, porque esta novela es cruda, pero real.

Dolor es un nombre, varios vínculos que se rompen, un fruto que se pudre antes de poder terminar de comerlo. Dolor es estar en la medianía de la vida y no saber si retroceder y tropezar o continuar con el cuerpo aterido en busca del rubor que nunca se supo si existió.

Dolor es todo lo que rodea la vida de Iris, la protagonista de la novela. Dolor es la historia de una familia que inevitablemente se resquebraja tras un atentado terrorista, pero no es una crónica de los motivos de esa violencia servil e impredecible; sino el relato de cómo cada fragmento se sobrevivió a sí mismo y qué partes son las que no pudieron reconstruirse.

En lo que a primera vista podría parecer otro drama más, encontramos una intensidad en la novela que nos hará reflexionar sobre cada uno de los niveles (tanto pisos como sótanos) que constituyen el edificio de nuestro existir.

Iris se apoya con pasión en ese dolor para avanzar por el antes y el después, y es en los oscuros límites del enamoramiento donde empezarán a tambalearse los aparentes pilares de la seguridad y la comodidad.

Si leemos la contraportada del libro, en comparación con lo que he dicho hasta el momento, es cierto que omito muchos detalles sobre el argumento, pero no soy partidaria de que me marquen el camino que debo seguir cuando leo; porque es en las sombras que vas atravesando al girar la esquina de cada página donde la novela se expande y nos muestra toda su belleza, como una flor que a cámara lenta abre sus delicados pétalos.

Uno de los puntos positivos es precisamente que, conforme más se lee, más empapados estaremos de ese dolor brillante, a veces incluso empalagoso y retorcido.

Uno de los puntos no tan positivos es que, cuando crees que algo está a punto de eclosionar, el dolor se detiene y la crueldad del punto final resulta inquietante. Hay dolores que quizá es mejor no cuestionar si no tenemos las palabras que los curen.

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Iris es una directora de escuela, madre y esposa, vive apaciblemente en Jerusalén hasta que un atentado terrorista el cual le deja lesiones físicas, cambia su vida para siempre. Como si una broma del azar se tratase, el médico al que acude posteriormente resulta ser un gran amor de su pasado y de su juventud, quién huyó y le provocó mucho daño emocionalmente.

Es la primera vez que leo a la autora, Zeruya Shalev, quién ya lleva escritas seis novelas y ha tenido un gran éxito en Israel, además de que sus libros han sido traducidos en diversas lenguas. Tengo que decir que me he visto atrapada en la historia de Iris, es una novela magnífica con una escritura casi poética, es delicada, íntima, reflexiva. Y es que el dolor, que lleva también por título el libro, sirve como reacción vital o mecanismo de defensa en la historia de la protagonista.

El dolor te obliga a pausar, a reflexionar, a resurgir. Y es que, ¿os imagináis sufrir un ataque terrorista, además de ser abandonada años atrás por tu amante, tener una grave depresión, convivir con los dolores físicos y enfrentarte además al matrimonio disfuncional, la maternidad y un país en guerra? La lectura nos muestra la profunda soledad de una mujer que sufre, pero que sin embargo, plantea la resiliencia, lo que viene después de una experiencia traumática y las posibilidades de volver a una vida normal, encontrar la paz. Hay muchas cuestiones morales en esta novela, y es que al acabarla, te das cuenta de que la vida de una mujer o los sentimientos que podemos tener, parecen universales a pesar de dónde venimos o de nuestros orígenes.

Ésta es la primera vez que leo a una autora Israelí y el primer contacto ha sido muy muy bueno. Iris es una mujer de cuarenta y cinco años, madre, esposa y siente dolor, mucho dolor. Tras sufrir las consecuencias de un atentado de ideologías políticas y tras una larga recuperación a Iris le quedan secuelas y no solo físicas, le ha quedado el dolor. El dolor es el hilo conductor de este libro, por el termina en la consulta de un doctor especializado que resulta ser su amor de adolescencia que terminó de manera súbita y que al recordarlo iris sufre otro tipo de dolor, no por consecuencias físicas, todo entra en una espiral y una serie de acontecimientos que Iris tiene que ir pasando. No quiero hacer Spoilers ya que el libro está escrito de una forma en la que empiezas y no puedes parar de leer para saber los pasos que va eligiendo hacer Iris pero tengo que decir varios puntos de mi opinión, la primera, me puse nerviosa con el comportamiento posesivo en ocasiones de su amor de la adolescencia, había ciertas frases que me daban ganas de lanzar algo por al ventana jajaja, segundo es que yo el tema de las infidelidades lo llevo fatal 🤣 y la tercera es que algunos comportamientos de los familiares me ponía nerviosa 🫣. Dicho esto tengo que rematar comentando que es un libro que nos ayuda a reflexionar en varios temas y también me hace pensar que por mucho que veamos las cosas diferentes desde fuera no podemos tampoco presionar a la persona que lo vive ya que no sabemos cómo siente al igual que no podemos saber el dolor que soporta una persona.
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Iris tiene 45 años, Iris es directora de escuela, Iris es madre de dos hijos, Iris es esposa de un hombre distante.

Iris tiene una vida normal en Jerusalén hasta que un día después de dejar a los niños en el colegio sufre un atentado terrorista que no sólo le cambiará la vida sino que le dejará un profundo DOLOR.

Dolor fisico, el de las secuelas. Dolor emocional, cuando los recuerdos vuelven al ver al médico que la trata que resulta ser su primer amor que la abandonó de una forma egoísta y cruel.
Dolor al darse cuenta de que su aparente vida tranquila es en realidad una jaula, vive encerrada en un matrimonio aburrido y sin esperanzas de cambio.
Dolor al recordar que hubiera sido de su vida si... Si no la hubiera dejado su gran amor, si no hubiera sufrido el atentado, si el dolor no existiera... Si no hubiera hecho o si hubiera hecho, si no hubiera ocurrido o si hubiera ocurrido de otra manera...

Una historia cruda y real en el que no sólo es Iris la protagonista, también lo es el dolor por supuesto pero también la soledad, las dudas, la culpa y sobre todo las difíciles relaciones personales.
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