Como puede apreciarse, el amor que Raymon profesaba hacia su madre se cimentaba en la necesidad que tenía de ella y en el bienestar que le ofrecía; esta es la razón por la que todos los niños aman a la suya.
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Como puede apreciarse, el amor que Raymon profesaba hacia su madre se cimentaba en la necesidad que tenía de ella y en el bienestar que le ofrecía; esta es la razón por la que todos los niños aman a la suya.
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Con una esposa menos educada y dulce, habría sido un hombre más temeroso, como un lobo amaestrado; pero aquella mujer renegaba de su suerte; no se tomaba la molestia de procurar hacerle mejor persona.
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Y, además, si la entrega de los soldados por su capitán les parece grande y noble, de acuerdo; a mí también; pero yo lo llamo lealtad, no patriotismo.
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Estos hombres, reunidos e impelidos por uma mano poderosa, lograron mágicas hazañas, se crecían como gigantes en el fragor de la batalla; pero, de vuelta a la vida civil, aquellos héroes no eran más que soldados, audaces y groseros compañeros que razonaban como máquinas.
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(En las provincias) Mientras respete religiosamente la bolsa y la vida de sus conciudadanos, nadie le pide cuentas. Puede golpear a su mujer, maltratar a los suyos, dejar a sus hijos en la ruina; a nadie le importa. La sociedad sólo condena los actos que le perjudican; la vida privada no es de su incumbencia.
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El más honesto de los hombres es aquel que mejor piensa y procede; pero el más influyente es aquel que mejor escribe y se expresa.
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Ámeme. Dígame que aún me ama y estaré bien, estaré a salvo. Béseme como lo hacía antes y no me arrepentiré de haberme malogrado por ofrecerle unos días de placer.
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Es usted la mujer que siempre he soñado, la pureza que adoraba; la quimera que siempre se me ha escapado, la resplandeciente estrella que me alumbraba diciendo: "Camina aún sobre esta vida de miseria, y el Cielo te enviará uno de sus ángeles para acompañarte"
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Ella se estremeció al escuchar pronunciar su nombre, y él sintió una enorme dicha ante la sorpresa que le causó semejante audacia.
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Llegará el día en que mi vida cambiará, en que procuraré el bien a otros, en que me amarán, en el que entregaré mi corazón a aquel que me ofrezca el suyo; mientras tanto, suframos; callemos y reservemos nuestro amor para recompensar a aquel que me libere. Este libertador, este mesías, nunca llegó.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises