Descubre las mejores listas de libros

George Eliot era Mary Ann Evans y firmó artículos con su propio nombre en un periódico. Eliot está considerada la más importante escritora de la era victoriana, y fue admirada por contemporáneos como Emily Dickinson y escritores posteriores como Virginia Woolf.

George Sand es el pseudónimo de Amantine Aurore Lucile Dupin, baronesa de Dudevant, aborda en sus novelas temas tan controvertidos como el adulterio, la poderosa influencia de la opinión pública y las desigualdades de clase y género a principios del siglo XIX.

Emily Brontë, al igual que una de sus hermanas, publicó bajo pseudónimo. Cumbres Borrascosas, en su momento, fue firmado por Ellis Bell.

Mary Shelley escribió una de las grandes obras de la literatura gótica y un título imprescindible de la literatura universal. publicó de forma anónima en el año 1818, considerando los críticos y lectores que la autoría de la novela correspondía a su esposo, el también escritor Percey Shelley.

Fernán Caballero es el pseudónimo utilizado por la escritora y folclorista española Cecilia Böhl de Faber y Ruiz de Larrea en el siglo XVIII.

Matilde Cherner fue una escritora y periodista española. Su incursión en la literatura la hizo bajo el seudónimo de Rafael Luna y su obra más famosa se titula Ocaso y aurora.

Sidonie Gabrielle Colette, casada a los 20 años con el escritor Henry Gauthier Villars, 15 años mayor que ella, se convirtió en su escritora fantasma. Bajo el nombre de su marido se publicó su primera novela, Claudine.

Laura Albert se inventó una vida desgarrada, buscó un seudónimo (J. T. Leroy) y escribió una volcánica autobiografía (Sarah). Tras destaparse el fraude, la industria la persigue judicialmente.

Eleanor Marie Robertson, más conocida como Nora Roberts, publica novelas de literatura fantástica con el nombre J. D. Robb.

La editorial que publicó el libro, convencida de que el público infantil y adolescente no estaría dispuesto a comprar un libro escrito por una mujer le empujó a ocultar su nombre, aunque no a cambiarlo por uno masculino. Nadie se imaginaba que había una mujer detrás de estas historias.