El laberinto de los espíritus

La verdad nunca es perfecta y nunca cuadra con todas las expectativas. La verdad siempre plantea dudas y preguntas. Solo la mentira es creíble al cien por cien, porque no tiene que justificar la realidad sino sencillamente decirnos lo que queremos oír.

No elegimos a quién queremos.

Nada sorprende y asusta más que lo que uno ya sabe.

Así es la vida, que nos olvida a todos antes de hora.

Uno cree en lo que puede, no en lo que quiere.

Todos tenemos amigos. Es cuestión de saber encontrarlos.

A partir de cierto punto en la vida el futuro de un hombre está invariablemente en su pasado.

- Me temo que he sido objeto de una broma pesada - dijo Alicia.
- ¿Y quién no? Esa es la esencia de la vida.

Una leyenda es una mentira pergeñada para explicar una verdad universal.

Las certezas reconfortan, pero solo se aprende dudando.