La librería de Monsieur Picquier

Un libro que habla de libros siempre es, para mi, apuesta segura. Y si además muestra cómo la literatura te hace ser mejor persona, es aún más emocionante.
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De las citas literarias que el autor nos regala al comienzo, una de ellas es de Stefan Zweig, de su obra "Mendel el de los libros"... maravilloso.
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Gregoire, con 18 años, trabaja en una residencia de ancianos. Dejó los estudios porque la idea de un libro en sus manos le parece una tortura. Y ahora va a cuidar al Sr Picquier, al que llaman "el viejo librero" (fue el dueño de una de las librerías más grandes de la ciudad y al mudarse a la residencia, lo único que conservó fueron 3000 libros, ese tesoro está en su habitación y cada noche lamenta no haber podido conservar más ejemplares).
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Greg advierte que ya nunca lee sus libros y al descubrir que el anciano casi no ve, se convierte en su lector oficial. A partir de aquí, la vida de ambos cambiará por completo y poco a poco, la de tod@s los que los rodean.
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Leer nutre, educa, ilusiona, te hace viajar, comprender, pensar. Te cambiará la vida y nunca lo hará a peor.
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Ese es el mensaje de este historia. Es un canto a la vida y al amor por los libros.
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¿Se puede odiar un libro? Se puede.
Para mi es completamente infumable no he podido acabarlo.
85 páginas he soportado hasta que la ansiedad que me produce ha dicho basta y me he dicho, estoy sufriendo y perdiendo un tiempo valiosísimo, no puedo más y hasta aquí llegó.
La historia narra como un chavalín que no ha leído un libro en su vida conoce a un señor en la residencia de ancianos en la que trabaja, es su primer empleo, y como lo inicia en la lectura pidiendo que lea todos los días para él, y acaba leyendo para más gente. No tiene más, el resto es paja.
Pienso que con 50 páginas hubiera sido suficiente.
Y no es solo la paja, es o la traducción o la narración del autor, completamente incomprensible, inconexa, de frases cortas, he llegado a pensar que igual necesitaba alguna "sustancia" para comprenderlo.
Hasta aquí llega mi lectura, no le voy a dar más oportunidades.

4,5/5 ⭐️

«La librería del monsieur Picquier» es una historia que enternece, que a cualquier lector le recordaría a sus abuelos y con la que le removería la pasión por la que sigue leyendo.

Grégoire Gélin es un chico de tan solo 18 años que ha suspendido el bachillerato. Sus profesores y orientadores no daban un duro por él y, sin embargo, Jöel Picquier le ha sabido despertar el amor hacia la literatura empezando por El guardián entre el centeno de J. D. Salinger. El señor Picquier no es un librero cualquiera, es el Viejo Librero. Un anciano que tuvo que vender su más preciado tesoro, sus libros, para poder pagarse una residencia en la que convivir con el Párkinson. Sin embargo, Grégoire que cocina, que lava, que plancha, que se convierte en lo que quiera la directora de la residencia... Empieza a leerle. Una hora cada día, de cuatro a cinco de la tarde, mientras otros residentes duermen o pasan su vida en otros quehaceres. Ellos se envuelven en las historias de Maupassant, Nadja, Stephenie Blake, Pagnol, Daudet,... E incluso ha quedado espacio para los versos Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda.

Me he leído el libro en tres días. Podría acabarse mucho antes, porque la historia, aunque preciosa, es simple. No se hace un gran uso de tecnicismos, de hecho aprenderás mucho del oficio de lector. Porque leer no es solo transmitir unas palabras a viva voz, es más que eso, es:

“ - Grégoire, no es que lo diga yo, lo dicen los lingüistas. El habla es tiempo. El esfuerzo que tú haces lo hacen también tus oyentes. Procura no leer demasiado tiempo seguido. [...] Uno: descifras. Dos: oralizas. Tres: lo digeridos. Y todo eso casi al mismo tiempo. ¿Te das cuenta del esfuerzo? A eso se le llama retracción.”
Enlace: https://www.goodreads.com/re..

Esta preciosa historia sobre el amor hacia los libros y sobre la amistad nos lleva hasta un asilo donde los ancianos ven pasar sus últimos años de vida. En esa residencia solo tienen aquellos objetos que más quieren y mejores recuerdos les traen, y para Picquier, esos objetos son los libros. Los libros a los que ha dedicado toda su vida.

En esta novela, nos muestra cómo los libros y el amor hacia ellos hace que entre dos personas, que en un principio no tienen nada en común, forjen una amistad sincera y que dejará una huella imborrable en sus vidas. El Viejo Librero dará sentido al final de su vida traspasando su legado, su amor por lo libros, a un joven que tiene toda la vida por delante.

Es una historia preciosa, un poco agridulce y tierna llena de compañerismo, sensibilidad y esperanza. Una historia que merece ser leída y recordada.
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Monsieur Picquier siempre dice que un día sin haber leído es un día perdido. Y tiene toda la razón. Vendió su librería para instalarse en una residencia, Les Bleuets, y allí llevó una pequeña cantidad de sus libros, solo 3.000, desprenderse de los demás le ha hecho sufrir mucho pero algo debe pasar porque no los lee.
Grégoire Gelin a quien no le gusta leer y ha dejado los estudios, empieza a trabajar en la residencia. Descubre que Picquier no lee porque no ve y se convertirá en su lector y aquí es cuando descubre un nuevo mundo.

Este libro es una maravillosa joya que no me ha podido gustar más .
Me ha gustado porque está escrito de una forma fluida, bellísima y muy emotiva.
Me ha gustado porque es un homenaje a la literatura y a todos esos lectores a los que los libros nos descubren otros mundos, otras vidas, nos curan, nos sanan el alma, nos ayudan a vivir porque son nuestra terapia.
Me ha gustado porque es un homenaje a la amistad, una amistad entre dos personas separadas por la edad y por la forma de ver la vida, a la generosidad y al amor.
Me ha gustado porque nos ha mostrado el nacimiento de un lector, como evoluciona y como consigue la felicidad gracias a los libros.
Me ha gustado mucho y os lo recomiendo porque es una auténtica delicia sobre todo para nosotros, que no entendemos un día sin leer.



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Monsieur Picquier es un librero retirado. Vive en una residencia con su bien más preciado, sus libros.
Grègoire ha acabado el instituto y como tantos jóvenes a falta de inspiración para el estudio se pone a trabajar. Así llega a las cocinas de la residencia Les Bleuets, y entregando la comida a los residentes llega hasta Monsieur Picquier.
Entre ellos se establecerá una especial relación , la figura paternal del anciano que educa al joven para que crea en el mismo y así consiga llegar a ser algo en la vida.
Pero sobre todo le convertirá en lector.

Una trama buena, emocional, con detalles en ciertas partes de la narración muy especiales y específicos que hacen de este pequeño libro , Un paseo por la vida de dos personas muy distintas y a la vez que se profesan un amor como un nieto con su abuelo, siempre entre libros con mucha complicidad y paciencia.

A destacar la precariedad de estas residencias, de algunas pero que son una gran mayoría donde los ancianos reciben atención de personas sin formación o en sitios donde no hay mucho personal.

Nada más comenzar a leer tengo un nudo en el estómago. Y, sobre todo, siento que esta lectura va a ser diferente a todo lo que he leído hasta ahora.

La acción de la novela se sitúa en la residencia de ancianos 'Les Bleuest' donde pasa sus últimos días monsieur Picquier, un viejo librero que aquejado de Parkinson y de una ceguera le impedir continuar leyendo. Grégoire después de abandonar sus estudios comienza a trabajar en la cocina de la residencia de ancianos y allí conocer al señor Picquier. La lectura al igual que los estudios no es lo suyo pero una extraña amistad, que nace de lo más inesperado, hace que Grégoire comienza a leer para el señor Picquier. Y es que en la residencia 'Les Bleuest', nunca pasa nada. Y de repente hay un sueño.

Me atrevería a decir que hay dos partes en esta historia. Por un lado, hay una historia más terrenal que nos cuenta la amistad entre el señor Picquier y Grégoire Gelin. Ambos, hombres que pertenecen a distintas épocas. El señor Picquier un octogenario leído que reside en la residencia Les Bleuest junto a sus más de tres mil libros y Grégoire un jóven de 18 años sin dirección en la vida. Los libros serán el nexo de unión entre ambos y nace una amistad que trasciende el tiempo y el espacio. Risas y situaciones pintorescas marcan esta primera parte. Es divertida y con toques de comicidad. La segunda parte es más profunda y literaria. Para mi gusto más reflexiva e introspectiva en el que el peregrinar de Grégoire, primero de manera figurada, más tarde de manera literal cambia la narración por completo.

Hay historias que me llaman la atención por la caracterización de los personajes. Esta obra es una de ellas. Dos personajes tan diferentes que la providencia une. Es una novela de finales y de comienzos. El final de la vida del señor Picquier y el comienzo de la vida de Grégoire. También es una novela de amistades y reencuentros y de segundas oportunidades.

La narración es muy fluida con capítulos especialmente cortos. La historia es contada desde el punto de vista de Grégoire. Él nos hará partícipes de los acontecimientos que suceden en la residencia y de su voz conoceremos al singular señor Picquier. Me gustaría hacer notar que la edición del libro es muy buena. Las letras impresas se leen fácilmente ayudando a la lectura.

Los libros nos inoculan el virus de la curiosidad, por eso esta novela es un homenaje a los libros y a los lectores.

El final del libro desata lo esperado en tales circunstancias. Sabía que era posible que pasara pero la vida es así y como tal así ha sido contada.

Gracias a libros como este sigo siendo lectora.

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2'5?Me gustó como empezaba el libro: en una residencia, una de los ancianos era librero y quiere que el último de los integrantes del personal en llegar empiece a amar lo libros como él.El probletes que luego la historia de embrolla un poco y decae. Me quedo con ese papel de "lector" para los ancianos de la residencia que asume Gregoire.

Un libro que cuenta con muchísimas referencias literarias que sin duda, despiertan la curiosidad del lector.

La historia del señor Jöel Picquier es tan interesante como graciosa. El señor Picquier vive en una casa de retiro para personas de la tercera edad y en ocasiones es atendido por Grégoire, un jovencito de 18 años que acaba de entrar a trabajar a Les Bleuets.

Los encuentros entre el chico y el señor Picquier me hicieron soltar varias risas pues el señor tiene un humor negro y es un poco falto de tacto, algo que caracteriza a muchxs abuelitxs. Después de un tiempo y para gusto del residente más lector de la casa Les Bleuets, Grégoire empieza a trabajar como lector y son precisamente esos encuentros los que nos brindan grandes referencias literarias.

El señor Picquier le da grandes lecciones al chico y además, poco a poco va envolviendo en la lectura a los demás residentes. Fue tan tierno imaginar a un grupo de abuelitxs escuchando a un chico leer. Pero como ya les dije, el señor Picquier tiene un humor muy característico y después de haber conquistado un público, empieza a asignar lecturas cada vez más fuertes 🔥 lo que desata un pequeño escándalo en el pueblo.

Pero no todo es risas y diversión.

Hay momentos de confesiones y una encomienda a Grégoire que no solo le dará una experiencia de vida al chico pues, a través de su travesía a pie, nos hará reflexionar sobre el tiempo invertido a los libros porque no solo hay que vivir las historias de alguien más, también hay que vivir las propias…

Una de las cosas que más me atrajo de este libro ha sido el homenaje que se le hace a la lectura y a la gente que sentimos amor por los libros.
Ha sido una lectura amena, con una historia cortita y conmovedora entre un joven y los últimos días de un librero.
Empezamos a conocer a Grégoire, un chico que busca su lugar en la vida, que de forma muy temprana se dedicó a trabajar, dejando de lado los estudios y terminando como cocinero en una residencia de ancianos.
Uno de los días que se dedica a repartir habitación por habitación la comida del día, conoce a Picquier, un anciano que se ha dedicado toda su vida a su librería, un amante de los libros, pero actualmente, debido a la ceguera que sufre, no puede disfrutarlos.
Al anciano se le ocurre de un día para otro que Gregoire podría dedicar una hora al día a leerle los libros que dispone. Es tal el amor por los libros que tiene, que le dejaron guardar tres mil libros en su habitación de la residencia, tras tener forzadamente que renunciar a su librería.
Me ha recordado a la película Intocable, cuando el joven cada vez hace más amistad con Picquier y ambos crean una gran relación, donde existe una gran complicidad, contagiando al joven su amor por los libros.
Vemos el cambio que va teniendo Grégoire y su evolución en cuanto a la lectura, teniendo incluso publico en varias ocasiones a la que leer los libros.
En resumen, una bonita historia donde existe una gran complicidad entre ambos personajes, haciendo un gran homenaje a la lectura, descubriendo el amor por la lectura, cosa que tendríamos que incentivar más hoy en día.
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