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Críticas sobre Elena sabe (22)
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Fabiaili
 17 December 2022
Nunca imaginé sentirme asfixiada por un libro.
Pero sí, estuve atrapada en ese cuerpo, el de Elena, el que no responde, el que mira siempre al suelo y babea.

Me costó mucho leerlo porque la angustia me sobrepasaba. Primero, por la difícil relación madre e hija, sentimientos complicados si los hay. Luego la crítica social, el mandato, ser esposa, madre, sin interrogantes posibles.
Pero lo que más me impresionó fue la forma en que Claudia Piñeiro nos describe a Elena, su padecimiento que quiere ganar la batalla diaria, su tenacidad, sus ganas de vivir a pesar de todo me conmovió.
Elena es la soledad absoluta…tanto que sabe y tanto que busca saber.

Un libro crudo, crudísimo , casi que pide un respiro en la lectura. 
Segundo libro que leo de la autora (previamente leí “Tuya” que me gustó mucho)...cómo escribe !! Realmente me encantó.

Al hueso, sin anestesia.
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mariabv2012
 04 February 2023
Ésta es la segunda novela que leo de Claudia Piñeiro, la primera fue "Catedrales" y me causó muy buena impresión. Me gusta mucho cómo escribe y cómo ahonda en los sentimientos de sus personajes y en la realidad que les ha tocado vivir y padecer. Es un relato corto, de 200 páginas, que leí casi de un tirón en una tarde, que me atrapó y y no me soltó hasta que llegué a la última página.

Elena ha padecido la muerte de su hija Rita en extrañas circunstancias. Rita apareció colgada del campanario de la iglesia que frecuentaba; la investigación llevada a cabo se da por cerrada, pero Elena no se queda conforme con la versión oficial del suicidio como causa de la muerte y busca esclarecer el crimen y encontrar al culpable.

Elena sabe... pero necesita saber más y busca la verdad, pero su cuerpo ya no es suyo y no le responde. Padece un estadio muy avanzado de Párkinson que apenas la deja moverse y necesita la ayuda de otro cuerpo que investigue por ella la muerte de su hija...

En esa búsqueda Elena analiza su vida y la de su hija buscando la verdad, una verdad a la que llegará poco a poco a medida que sabe más...

Reseña escrita en mayo de 2021
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CeciHauff
 02 February 2020
Mientras leí esta novela, que es bastante breve, pero intensa, llegué a sentir, por momentos, la desesperación e impotencia de la protagonista, una anciana que tiene Parkinson. Confieso que tuve que leer otra novela corta en el medio para cortar la intensidad.

Está muy buena, pero me tocó algunas fibras porque hace un par de años me tocó vivir de cerca la muerte de dos de mis abuelos que se fueron degradando físicamente, poco a poco, y la historia de Elena me generó muchas sensaciones.


La prosa de Claudia Piñeiro me recordó a Saramago. Escribe todo de corrido y usa comas y mayúsculas después de la coma, en lugar de usar puntos. Es un estilo indirecto libre, el fluir de la conciencia de la protagonista y las voces de otros personajes que se van mezclando… pero se entiende perfectamente quién habla cada vez.


Elena es fuerte, soberbia, Elena sabe… 

Tantas complicaciones en su vida llegan a ser, de a ratos, absurdas y hasta tragicómicas. Especialmente escenas como el cura tratando de seguir la misa como si nada, el intento de Elena de querer levantar el cajón, el divague del taxista, la toma de la pastilla, las discusiones con Rita, etc.

El maltrato de la burocracia es muy realista al punto de llorar cuando te tratan bien.

Dicen que leer te hace más tolerante, porque se llega a empatizar con otros muy distintos, aunque sea en la ficción, y éste es uno de esos claros ejemplos. Qué duro es ser como Elena.

Además, hay varias historias de mujeres además de la anciana, temas muy diferentes entre sí y polémicos.

Todos estos me parecieron aciertos de la autora. Ah, y hay que tener en cuenta que todo transcurre en un día.

Es mi segunda novela de Claudia Piñeiro y ya soy fan. 


"... a mí no me vengas con la obediencia, si a vos tu superior te da una orden idiota y la acatás, es porque vos también sos idiota…" 

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Maperlo
 19 January 2023
No sé cómo calificar este libro porque me ha dejado con una sensación de tristeza enorme. Qué vida más perra. Leer este libro te deja echa polvo, por eso 2 estrellas.
No voy a recomendar leerlo, que cada uno tome la decisión de hacerlo o no.
ATENCIÓN SPOILER
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Qué vida más perra la de Elena y la de Rita. Elena por tener esa enfermedad y la de Rita por la incertidumbre de que pueda tenerla. Tiene que ser horrible querer andar, hablar y que tu cuerpo no responda, y aún así, Elena tiene ganas de vivir. Y Rita, no, no tiene ganas de vivir y de ver sufrir aún más a su madre. Ella tiene que cuidarla y cada vez será peor. Está claro que Rita se ha suicidado. Se ha enfrentado a su mayor miedo, las tormentas y la lluvia, para hacerlo. Mandó a su madre a la peluquería para ponerse guapa para su entierro.... para que le cortaran las uñas... Mi pregunta ¿cómo va a sobrevivir ahora Elena? Qué vida más perra....
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Beatriz_Villarino
 04 May 2020
Tres personajes que arrasan poco a poco nuestra intimidad hasta aniquilarnos. Tanto, que cuesta salir de los escombros en los que han quedado convertidas sus vidas y que, según vamos avanzando en la novela, ya forman parte de la nuestra. Porque empatizamos con ellas. Son tres mujeres. Y, en una novela negra, reclaman el derecho a vivir mejor, a poder decidir sobre su existencia. Elena lo sabe, por eso, desesperadamente despacio se presta a que una narradora, no puede ser sino una mujer, la siga durante un día para contarnos su periplo por algunos barrios de Buenos Aires hasta llegar a Olleros. Hace veinte años estuvo allí y ahora, desmoralizada ante la situación, ve la única salida a su dolor. Porque Elena sabe que su hija está muerta. Elena sabe que no ha podido suicidarse. Elena sabe que la han matado. Pero la policía no la cree, los vecinos no insisten para no aumentar su dolor. El cura ya ha condenado el hecho de que su hija se sienta más poderosa que Dios y decida sobre su cuerpo.

Elena sabe no es una novela negra al uso, pero lo es. Negra. Nos encontramos con un cadáver, el de Rita, que apareció colgado del campanario de la iglesia. Las pruebas apuntan a que fue un suicidio pero Elena, su madre, sabe que esa tarde no pudo acercarse al campanario porque llovía y ella tenía miedo a que un rayo la fulminara. Desde pequeña. Elena sabe que su hija era religiosa, trabajaba de maestra en el colegio parroquial y solo faltaba a su obligación cuando había tormenta, por miedo. Solo mentía en esas ocasiones, en las que con la excusa de encontrarse enferma se quedaba en casa. Elena sabe que Rita no pudo quitarse la vida porque el cuerpo no nos pertenece, solo a Dios, por eso veinte años atrás obligó a Isabel, sin conocerla, a continuar con su embarazo. Con la ayuda de Elena la llevó a su casa y la entregó a su marido para que pudieran tener el niño. A pesar de que Isabel no quería. Elena sabe que Rita no dispondría de su cuerpo, es fuerte, ha aceptado una vida en soledad para ayudarla con esa «puta enfermedad puta» porque Elena tiene Parkinson, no, «lo sufre».

Claudia Piñeiro retrata en doscientas páginas el tormento de tres mujeres. Presenta el dolor con una prosa cruel inmersa, paradójicamente, en un lenguaje conversacional en el que confluyen de forma caótica todas las voces; el narrador y los dialogantes exponen sus opiniones, sus pensamientos, sin verbos introductorios; con esta escritura automática la narración se acerca a la comunicación oral y el lector se encuentra allí, con los personajes que van hablando, y entiende a quién pertenece la réplica, entiende a cada uno cuando opina lo que opina.

En Elena sabe no importa quién mata. Importa entender cómo tres mujeres son capaces de vivir al límite de sus fuerzas. Importa conocer diferentes maneras de infelicidad. La novela negra ha cambiado desde sus comienzos, aunque la base sobre las que se asienta sigue siendo un cadáver (o varios) y una investigación de por qué está muerto y quién es el culpable. Elena sabe cumple los requisitos. al final conocemos, gracias a la investigación que lleva a cabo Elena, quién ha matado a Rita. Pero Claudia Piñeiro ha dado otra vuelta de tuerca a la novela negra, la ha reinventado.

La autora nos presenta una narración que no refleja el mundo profesional del crimen pero sí se desarrolla en un ambiente oscuro, a la luz del día, en la oscuridad que oculta a sus protagonistas. La atmósfera que las envuelve no es de miedo sino de asfixia, no hay violencia aunque predomina la derrota.

La estructura es dual, antagónica y paralela al mismo tiempo. Por eso duele más. Hay, en principio, un eje de investigación, la desaparición física de Rita, que se irá desdoblando en diferentes formas de morir o diferentes formas de matar.

El tiempo novelado es una jornada, todo se resuelve en un día, que Elena va marcando, no de forma horaria sino según la medicación que debe tomar. Sin embargo el tiempo que pasa Elena investigando desde la muerte de Rita son tres meses aunque para entender y descubrir al culpable deba retrotraerse cuarenta años atrás. La acción transcurre lenta.

Aunque Rita muera físicamente, el tema principal es intimista. Es la tortura que provoca una enfermedad a quien la padece y a quienes rodean a la marioneta en la que se convierte el enfermo.

Existe otro tema principal que viene de las ramas en las que se divide la base estructural, es el dolor que somos capaces de soportar por no saber enfrentarnos a la violencia y la humillación.

Como tema secundario, que acompaña y acrecienta el suplicio, aparece la pobreza y sus consecuencias, la invisibilidad social que provoca en los conciudadanos, en los organismos oficiales…

Los personajes quedan dibujados con una profundidad psicológica increíble y para ello, la autora despliega todo un arsenal de recursos. Las repeticiones son variadas y constantes, nos abruman, generan en nosotros la misma angustia que sienten las protagonistas. Mediante oraciones condicionales, la narradora subraya la limitación física de Elena «aunque su cerebro ordena movimiento, el pie derecho no se mueve». La epanadiplosis refuerza el constante ir y venir al que debe someter su mente para que cualquier maniobra física no se vea malograda, «Cuenta calles en el aire. Recita […] Lupo, Moreno, 25 de Mayo, Mitre, Roca. Roca, Mitre, 25 de Mayo…»

El sufrimiento innato de la mujer, su condición inferior, queda de manifiesto con la acumulación de figuras literarias, que aportan gran importancia a la forma narrativa. La metáfora unida a la comparación, la repetición, la personificación y la frase nominal consiguen anular por completo a la mujer hasta convertirla en una mera fatalidad «Parkinson […] y una enfermedad es femenina. Como lo es una desgracia. Entonces decide que lo va a llamar Ella […] y una degeneración de las células […] Degeneración. A ella y a su hija».

La suerte de la mujer queda en manos de un destino caprichoso, cruel. Una desgracia que, a fuerza de repetirse, empeorará inevitablemente, tal como nos lo advierte el deterioro ortográfico «el cleido mastoideo, la sustancia nigra, la puta y la levodopa». Tal es su imperfección que la humillación constante la cosifica, se siente vacía y no puede hacer nada por evitarlo. No entiende su situación, necesita las comparaciones incisivas para estar segura de su estado, para que no se le olvide «Habló y mientras hablaba, lloraba […] desde que su cuerpo es de Ella, de esa puta enfermedad puta, ya no siquiera es dueña de sus lágrimas […] como si tuvieran que regar un campo yermo».

La finalidad principal de la metáfora es mimética, aunque en ocasiones establecemos una relación de correspondencia entre los dos significados. Elena ve un «círculo imperfecto»; está incapacitada para cerciorarse de lo que ocurre a su alrededor, solo percibe aquello que cree. En esta relación intuimos a su vez la imagen empequeñecedora que ella ofrece a los demás, tanto que se hace invisible «Muchos pies forman un círculo imperfecto a dos metros de su marcha. Palos que deben sostener estandartes o banderas o carteles. Palos que sostienen quejas […] ella también lleva el palo con su queja aunque nadie lo vea».

El esfuerzo al que está sometida queda agrandado en la descripción exhaustiva de acciones intrascendentes. El lenguaje denota una serie de actos especificados según su punto de vista. Gracias a esta perspectiva aparecen las connotaciones, los sentimientos de Elena, reforzados en el verbo final «espera […] buscar […] decir […] abrir […] extender […] apretar […] meterlo […] bajar […] doblar […] ignorar […] Elena arrastrará sus pasos».

En la desgracia absoluta a la que se enfrenta, Elena está obligada a mirar con ironía, a veces con sarcasmo. El humor destila la vitalidad que tuvo, su carácter resolutivo «¿No tiene nadie que le lustre los zapatos, Padre […] pídale a los chicos esos que se ocupan del mantenimiento de su iglesia, sus zapatos también son su iglesia».

La narración que comienza in medias res «Se trata de levantar el pie derecho…» se va ampliando con digresiones, a través de las que va contando su vida a partir de un objeto, una persona o un recuerdo. El discurso queda interrumpido constantemente. El día que ocupa Elena en llegar a casa de Isabel se dilata con otros temas que van dirigiendo la atención del lector hacia otros personajes y van informando con exactitud de los sucesos importantes, clave para entender el misterio. ¿Por qué Rita muere? ¿Por qué Elena, pese a todo, tiene ganas de vivir? Los paralelismos ayudan a equiparar la vida y la muerte. Todo es lo mismo para estas mujeres de fuerza increíble, obligadas a una vida dura, a una muerte despiadada, «hace tres meses cumplió diecinueve, hace tres meses murió Rita, dice Elena, y a Isabel se le aflojan las piernas».

Novela intensa, negra, que retrata la vida negra a la que están condenadas ciertas mujeres. Tan negra como la muerte.

Enlace: https://elblogaurisecular.bl..
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CRUZROMON
 03 January 2024
Elena sabe de Claudia Piñeiro
¿Cómo llegué a este libro? Ya conocía a Claudia, había leído betibú, Catedrales, Tuya y El tiempo de las moscas. El pasado noviembre lo recomendó @lore_modolectora y en diciembre @okarabooks… no lo dudé.

Empecé el 2023 con Tuya de Claudia y comienzo 2024 con la misma autora.

Ambientada en Argentina.

Elena, protagonista y narradora, es una mujer mayor que padece Parkinson. Su hija Rita aparece ahorcada y, aunque todos creen que ha sido un suicidio, Elena sabe que no lo es.

Una madre, una hija, Isabel Guerte de Mansilla, un cura, una peluquera, un banquero, un taxista, el doctor Venegas, una enfermera, Olga (la partera, abortera), el inspector Avellaneda, Julieta …

Opinión personal en el blog:

Enlace: https://www.cruzromon.com/el..
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LiliOtero
 30 September 2023
No sabía mucho de la trama de la novela, pero con su inicio pense que iba a ser policial, pero nada que ver con ello; es la historia de una mujer que carga en su cuerpo y en su vida, con una enfermedad, parkinson. Y acompañamos a Elena en un día, en un recorrido lleno de dolor, recuerdos y tortura hacia la verdad que tanto anhela sobre la muerte de su hija. Es un recorrido extenuante, porque es difícil seguir ese paso a paso y ese esfuerzo que implica avanzar para alguien con el nivel de parkinson que ya tiene Elena, puede ser una lectura creo agobiante, precisamente por ese dramático recorrido qué lleva a Elena de su casa, a pesar de sus limitaciones en pro de una ayuda qué termina revelandole la realidad, una realidad qué termina siendo más cruel y dolorosa de lo que el lector y la misma Elena habrá imaginado.
Me costó mucho estar como lectora tan involucrada con tanto nivel de detalle, en el recorrido qué hace Elena, pero me hizo ser consciente que ese recorrido, así narrado tan lento y dificultoso y con tanto detalle y repetición en movimientos o aspectos externos qué para mi son parte del paisaje, para muchas personas con dolencias, enfermedades o discapacidades son tal vez su día a día. Es algo impresionante como a través de este libro, podemos tomar conciencia de este tipo de realidades, qué si existen, así nuestra Elena sea un personaje de ficción. El final es triste y cruel para Elena, desesperanzador... Pero Elena guarda esperanza y una luz de querer continuar a pesar de todo, y creo que ese hecho es también algo admirable qué creo es también algo que encontramos en la vida real en tantos y tantos casos de personas que en situaciones de enfermedad parecidas a las de Elena, o en algunos casos inclusive con más limitaciones, haya tanto deseo de vida y anhelo de seguir y continuar por una mejor vida.
Algo que tal vez influyo en que por momentos no comprendiera la lectura, es que es un flujo de conciencia qué mexcla y cruza ideas de diferentes tipos, y en los momentos de diálogos entre diferentes personajes, no hay separación de dichos diálogos, sino que se mexcla y fue difícil en algunos momentos identificar qué palabra dijo quién.
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JazzBruno
 15 April 2022
En esta historia acompañamos a Elena en un viaje físico y en otro mental: el primero para visitar a una mujer a quien no ve hace veinte años y de quien espera un apoyo; el segundo para saber qué pasó verdaderamente con su hija.

En ese primer viaje los efectos de la enfermedad de Parkinson no solamente son descritos desde las capacidades del cuerpo sino también desde la desesperación de la mente: cómo el ir perdiendo la autonomía corporal afecta los sentimientos y la autoestima.

En el segundo viaje tenemos el deseo de una madre por entender lo sucedido, por buscar claves en el pasado y recordar la relación con su hija en los meses más recientes: de qué manera la enfermedad las afecta a las dos y sobre todo a su forma de interactuar.

La forma de narrar cómo se vive la enfermedad, a pesar de estar en tercera persona, transmite la angustia de perder el control del propio cuerpo, de depender no solamente de los demás sino también de su comprensión y del funcionamiento de las sustancias químicas de las pastillas.
Enlace: https://millonesderequisitos..
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LuisMinski
 11 November 2019
Breve, intensa, dramática, esta novela de corte intimista que nos ofrece Claudia Piñeiro tiene como protagonista a Elena, una mujer de 65 años que debe lidiar con un Parkinson avanzado, que, al paralizarle parte de su cuerpo, dificulta sus movimientos y la convierte en un ser casi "grotesco".
Con su enfermedad a cuestas, sólo levemente controlada a fuerza de medicación, Elena inicia un viaje en busqueda de una explicación para la muerte de su hija, que apareció colgada de un campanario tres meses atrás, y a la que todos dan por suicida.
Así, en ese lento camino a la estación, luego en tren hasta la capital, y luego en taxi, asistimos a sus recuerdos, a sus pensamientos, a su dolor, y finalmente, a la confrontación con una verdad tan triste como irremediable.
Viaje tanto interno como externo que nos lleva a vislumbrar lo difícil que es sobrellevar una enfermedad en una sociedad que desatiende a quienes padecen una discapacidad, y, al mismo tiempo la hipocresía y la doble moral imperantes, propias de una mentalidad chata y pueblerina. Altamente recomendable.
Enlace: https://sobrevolandolecturas..
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Gemmaentrelecturas
 21 December 2023
«Ese día no tiene más secretos que las razones que Rita se llevó a la tumba»
 
Cien por cien adicta a los thrillers psicológicos creados por Claudia Piñeiro y su forma de resolverlos, todo ello con una crítica y una reflexión. El planteamiento de esta historia es soberbio, Elena sabe que a su hija la mataron. No sabe quién ni por qué. No encuentra el móvil. Sabe que tiene miedo a las tormentas y jamás se acercaría a la iglesia un día de truenos por el pararrayos, pero su cuerpo aparece ahorcado en el campanario. Roberto Almada, el novio de la hija, el inspector Avellaneda, incluso el padre Juan, uno de los menos dispuestos a hablar sobre el tema, aseguran que se suicidó y no quieren malgastar más tiempo resolviendo un enigma que solo ve Elena. ¿Por qué callan? ¿Por qué tanto interés en que todo se olvide? Y Claudia te mete la rabia dentro cuando te describe la soledad en la que vive Elena y la dura enfermedad que padece, se te mezcla el dolor y el enojo. Maldices como el poder y los poderosos tapan un crimen, nadie escucha las razones de una madre que conoce a su hija y sus miedos, porque esta es la clave, ¿qué madre no conoce a su hija?
 
«Usted le pone voluntad, pero le faltan anteojos, inspector»
 
                                Vamos a avanzando en la lectura y nos damos cuenta que el foco de la historia está sobre Elena, vemos, oímos, sentimos, pensamos, decidimos bajo su criterio y las impresiones que ella saca de la realidad, pero el peso de cada frase, mirada, pensamiento, decisión lo carga Rita. «La vida no es un trueque, mamá, hay cosas que se hacen porque sí, porque Dios manda…».
                 
Muy, muy recomendable.
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