Nunca imaginé sentirme asfixiada por un libro. Pero sí, estuve atrapada en ese cuerpo, el de Elena, el que no responde, el que mira siempre al suelo y babea. Me costó mucho leerlo porque la angustia me sobrepasaba. Primero, por la difícil relación madre e hija, sentimientos complicados si los hay. Luego la crítica social, el mandato, ser esposa, madre, sin interrogantes posibles. Pero lo que más me impresionó fue la forma en que Claudia Piñeiro nos describe a Elena, su padecimiento que quiere ganar la batalla diaria, su tenacidad, sus ganas de vivir a pesar de todo me conmovió. Elena es la soledad absoluta…tanto que sabe y tanto que busca saber. Un libro crudo, crudísimo , casi que pide un respiro en la lectura. Segundo libro que leo de la autora (previamente leí “Tuya” que me gustó mucho)...cómo escribe !! Realmente me encantó. Al hueso, sin anestesia. |