La cocinera de Castamar

Ha sido una lectura muy dulce y entretenida. Hay muchos personajes pero el autor te los va presentando poco a poco y haciendo que te interese su vida. Es un libro que aunque sea extenso se lee muy rápido. Me ha sorprendido la delicadeza con la que se describen las escenas femeninas y el conocimiento de cómo funcionaban a nivel servicio doméstico en el siglo XVIII

La cocinera de Castamar nos presenta a Clara, una joven educada y culta que pertenece a una buena familia, que tras la muerte de su padre tendrá que buscar un trabajo para salir de la pobreza en que se ve inmersa. Gracias a sus dotes culinarias consigue un puesto de trabajo en la cocinas del Duque de Castamar.

Nos encontraremos con personajes bien definidos y construidos. Con sumo cuidado el autor nos irá relatando las vivencias y desgracias de los personajes. Imposible nos sumergirte entre los personajes, que llegarás tanto apreciarlos como a detestarlos.

El Duque de Castamar es un hombre viudo que desde perdió a su mujer en un trágico accidente , vive aislado del mundo, hasta que las dotes culinarias de Clara hacen sacarlo de esta melancolía que se encuentra inmerso

Clara Belmonte a través de las elaboraciones de los platos para los comensales, con sus mimos y detalles, no solo irá conquistando al Duque sino, también, a todos los que habitan Castamar.

Doña Ursula la ama de llaves de Castamar. Un personaje importante, que prefiero la versión de la novela, frente a la de la serie.

El estilo del autor es de prosa cuidada y elegante, nos irá sumergiendo en la vida de cada personaje, no solo de los que irán transitando, sino también de aquellos que viven en Castamar. Donde veremos las diferencias de clases sociales y se aprecia más la jerarquía que hay entre la servidumbre de Castamar, sobre todo en las dependencias de la cocina. Un fiel reflejo de la sociedad.

Con un excelente descripción, no solo la sensación a la hora de elaborar los platos culinarios, sino también a la ambientación en pleno siglo XVIII en que se desarrolla la novela.

El autor nos irá deleitando con una trama lleno de misterio, de asesinatos, engaños, mentiras, amor, traición, ansia de poder, supervivencia, venganza e intereses que envuelven a Castamar. La intriga palaciega esta servida.

Respecto a la versión de la serie, sabia que me iba a encontrar una versión diferente, al menos en ciertos matices como descubrí después, pero, no me ha desagradado del todo esta versión y sobretodo, lo que más me gusta es que la esencia de los personajes protagonistas de Clara y del Duque de Castamar, es muy fiel a la novela.

En definitiva, La cocinera de Castamar es una novela histórica que he disfrutado mucho y, aunque no me hubiera importado que el final no fuera tan precipitado, es una lectura que te atrapa – y no te das cuenta del volumen de sus páginas- que os recomiendo totalmente.
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Nos encontramos en el año 1720 cuando al ducado de Castamar, en Boadilla, llega la joven Clara Belmonte para trabajar como ayudante en la cocina. Aunque procede de una familia acomodada, su padre era médico, no tiene otra salida que buscar trabajo tras el fallecimiento de éste.  No lo tendrá fácil ya que además de que es acogida con recelo por el resto del servicio,  padece agorafobia.
Don Diego, el duque, viudo desde que su esposa muriera hace 10 años, en un trágico accidente mientras paseaba a caballo, vive recluido y atormentado.  Alejado de la vida social vive por y para su pena.
Pero todo cambia cuando Clara que tiene un don para la cocina empiece a transformar el ambiente gris y sin vida que reina en la casa través de sus platos, llegando a crear un vínculo con el duque a través de la comida y los sentidos que logra sacarlo de ese estado de eterna melancolía.
Veremos como a través de esos platos, Don Diego comienza a salir de esa apatía y a descubrir el sabor de la vida. Una vida en la que poco a poco Clara, se va abriendo paso gracias a su educación y habilidades culinarias.

Y así con una prosa cuidada, elegante y bella a lo largo de 769 páginas, estructuradas en 4 partes, el autor nos hace participe de la vida cotidiana en Castamar, de cómo convivían ambos mundos: nobles y criados y la jerarquía existente en cada uno.
Pero no solo eso, asistiremos a una mezcla de “ingredientes”, que nos harán seguir leyendo, página tras página, mientras nos sumergimos en la magnífica ambientación creada por su autor. Así, según avanzamos en la lectura, intrigas, prejuicios, romances prohibidos, erotismo,  odios, recelos, venganzas, ambición y secretos se van desgranando haciendo que la lectura sea muy entretenida a la vez que emocionante.

Sin duda,  uno de los puntos fuertes es la ambientación lograda gracias a la increíble labor de documentación por parte del autor. Tanto los hechos históricos como lo relativo a la vida social y cotidiana de la época, las diferentes estancias de la casa del duque, los protocolos, las ropas, incluso los bajos fondos... Todo está perfectamente hilado logrando que se entremezcle de forma natural con la trama de ficción.
Desde el primer momento te sientes trasportado al interior de la historia. Sientes la angustia, la falta de aire de Clara cuando sufre un ataque. El olor de los platos que prepara y que poco a poco van conquistando a todos y cada uno de los habitantes de la casa. Es tal el detalle con que se describen que casi tienes la sensación de que si aspiras puedes sentir los aromas.

El otro punto fuerte de esta novela son sin duda los personajes. Todos, principales y secundarios son presentados de tal manera que se nos muestran reales y humanos, con sus fortalezas y  debilidades, lo que nos acaba haciendo sentir todas sus emociones y estados de ánimo. Sin duda son personajes inolvidables que no nos dejaran indiferentes.
Y aunque tengo que decir que todos y cada uno de los personajes que aparecen en la novela son necesarios y todos juegan su papel dentro de la trama, para mí hay varios que destacan.

Doña Úrsula Berenguer, el ama de llaves que está al cargo de toda la casa y los criados. Tiene su propio territorio en el que imparte disciplina. Muy exigente y seria, en un primer momento no pude evitar sentir una cierta antipatía hacia ella aunque según avanzaba en la lectura, descubrí que en el fondo no es tan mala persona como aparenta.
También Don Melquiades, el mayordomo, un personaje entrañable que se encariñará con Clara desde el primer momento.
Y sin duda otro personaje que me parece de gran valor e importancia es Don Gabriel, hermano del duque, que rompe con todos los arquetipos propios de la época.
El resto creo que es mejor que leáis la novela y los descubráis vosotros mismos.

Si os gustan las novelas históricas de época sin duda este es vuestro libro. Una novela en la que el autor te atrapa a través de su narración y descripciones.
Sentaros y disfrutar de una lectura sin prisa, que te envuelve como si fuera un plato preparado con cariño y mimo, bien aderezado y cocinado a fuego lento.

La novela presenta a dos mujeres atrapadas en la necesidad de sobrevivir en una sociedad muy estratificada como la española de principios del siglo XVIII. Por un lado está Clara Belmonte, la cocinera de Castamar, y por el otro, Úrsula Berenguer, gobernanta de la mansión. Cada unoña tiene su propio territorio y esto las enfrenta. Úrsula es una celosa protectora de sus privilegios, inculca disciplina, rigor y lealtad a toda costa. Clara trabaja en una parcela de mayor nivel: el arte de cocinar, tema fundamental en una mansión que acoge a reyes, aristócratas y gente de buen paladar. Este es el terreno que Clara tiene que conquistar. La acción tiene lugar cuando los Borbones han subido al trono. España es un hito importante en cuanto a elitismo y etiqueta. Por eso el reto culinario no es baladí. El autor no lo presenta como un simple adorno de color, sino como una base para que el personaje principal construya su prestigio. La decoración de la comida, la presentación, la preparación detallada y la originalidad culinaria de Clara son una fuente de elogios de los invitados de clase alta y un activo oculto del duque de Castamar. Todo ello hace que el terreno en el que se desenvuelve Clara Belmonte sea inaccesible para la gobernanta, que ve en esta superioridad un problema al que no se puede acomodar y, por tanto, el origen de sus discordias y celos. Paralelamente a este enfrentamiento aparece el duque de Castamar y sus circunstancias personales. Con estos tres personajes, Múñez asume una parte fundamental del libro. Gracias al completo archivo de documentos históricos no solo sobre hechos históricos sino también sobre la vida social, hitos urbanos y rurales y sobre todo detalles de la vida contemporánea. Para ello utiliza un vocabulario que se distingue por su notable precisión y extensión lingüística. Tiene una habilidad especial para armar este material espontáneamente. Múñez hace de Clara Belmonte un personaje destacado, con particularidades como su agorafobia o su cultura. Esto último es algo especial en la educación de las mujeres. Hija de médico y de clase media acomodada. La gobernanta es la encargada de representar el arquetipo del mal y sirve de contraste necesario para visibilizar a la protagonista. Los demás personajes aparecen a modo de coro en un entorno donde su idoneidad está garantizada. La importancia se va desplazando paulatinamente hacia otras métricas que aparecen intercaladas con un ritmo bien medido. Algunos tienen bordes rugosos y gruesos y otros tienen diseños sutiles y ultra pequeños, especialmente los femeninos. Así, la novela se abre con el desarrollo de intrigas palaciegas, venganzas, odios y pasiones.

Fernando J. Muñiz nos traslada al Madrid de principios del s. XVIII, más concretamente al año 1720, al ducado de Castamar, situado en Madrid. Nos cuenta la historia de una joven, Clara Belmonte, que después de morir su padre, que era médico de renombre, tiene que dejar de ser señorita de buena familia y buscar trabajo, y lo encuentra como cocinera en el señorío de Castamar, propiedad del duque del mismo nombre, Don Diego.

Don Diego quedó viudo por un accidente de su esposa, Alba, cuando montaba a caballo diez años antes y desde entonces no ha sido el mismo, vive atormentado y estancado en la pena por la muerte de su mujer, aunque la llegada de Clara Belmonte removerá algo en el corazón del duque.

Don Diego deja todo el cargo de la casa y los criados en manos de su ama de llaves Doña Úrsula, es la típica ama de llaves muy exigente y muy seria pero que en su interior no es mala persona, algo que descubriremos conforme la vamos conociendo, además de conocer cosas que le sucedieron en el pasado. También conoceremos al mayordomo, Don Melquiades, un personaje entrañable que se encariñará con Clara desde que esta llega a Castamar.

Aparecen además mas personajes, el hermano del duque muy importante también en la historia, tanto como otros personajes que aparecen que son muy fáciles de identificar nada mas aparecen en la historia. No quiero nombrar más personajes para que el lector vaya descubriendo a cada personaje y el papel que juega en la trama.

El autor nos mantiene enganchados en la vida diaria de Castamar y sus personajes por su manera de describir, haciéndonos sentir hasta el ahogo que sufre Clara cuando le da alguna de sus crisis de agorafobia en determinados momentos de la historia. La padece desde que murió su padre, una enfermedad que será un obstáculo en más de una ocasión.

Hay que destacar el gran trabajo de documentación que ha tenido el autor para buscar libros de recetas de la época de chefs de otros países y que aparecen en la historia, así como la habilidad para enmarcar todos los hechos que van sucediendo, incluso en el lenguaje que, al menos a mí, me ha hecho mirar el diccionario más de una vez para buscar palabras que no conocía.

Algo que ha plasmado el autor muy bien son los dos mundos que convivían en Castamar en esa época, el mundo de los nobles y el de los criados, a la vez las diferentes jerarquías que encontrábamos en cada uno de los dos mundos. A veces me recuerda un poco lo que veíamos en las series británicas como Downtown Abbey o Arriba y abajo, pero en otra época y en nuestro país.

En esta novela uno de los ingredientes que no podía faltar y más en el siglo XVIII son las intrigas palaciegas entre nobles que se va desentrañando a lo largo que avanzamos en los capítulos. En este libro nos encontramos todo tipo de ingredientes que atraen a los lectoras, una buena historia de amor, intrigas, odios, venganzas, ambición y secretos. Todos estos ingredientes en una ambientación que el autor ha cuidado al máximo y que nos hace una novela muy visual, y que perfectamente podía ser llevada a la pantalla en forma de serie, es perfecta para hacer una serie de ella. Me encantaría ver que, dentro de no mucho, empezaran a rodar la serie de “La cocinera de Castamar.”

Para mí este libro ha sido una vuelta a las novelas históricas, esas que te dejan resaca y te mantienen todo el día pensando en los personajes y que acontecerá en las próximas páginas, de estos libros que estas deseando volver a coger para seguir leyendo.

Sin más, solo me queda aconsejar a todos los que paséis por esta entrada, que si os gusta una buena novela histórica tenéis que leer “La cocinera de Castamar.”
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Ante un autor o autora novel siempre siento esa intriga que me invade…
Por un lado me encantan las primeras novelas ya que para mí el autor aún no está viciado ni resigue una y otra vez los clichés que le son más efectivos y aún conserva esa ilusión de estrenar su primera novela, por otro lado se tiene que presentar y el lector tienen la opción de valorar si tiene futuro o es un éxito pasajero.
Os aseguro que tras leer el debut literario de Fernando J. Múñez estoy esperando que ya tenga alguna otra novela en mente para publicar, esta novela se puede convertir en un gran boom.
Su obra La cocinera de Castamar me ha enamorado completamente y me ha dejado con varias horas de sueño ya que su historia hace olvidar las manecillas del reloj.
En esta obra nos haremos amigos y cómplices de Clara, una joven a la que la vida ha golpeado duro pero nos enseñará que es una soñadora y que si aprende a ser valiente puede ver el sol tras las nubes grises.
Tras perder a su padre de forma repentina y sufriendo agorafobia desde tiempos pretéritos debe dar un vuelco a su vida para poder continuar con su camino.
Su oportunidad se esconde entre los fogones de Castamar y tendrá la oportunidad de endulzar la vida del duque también abatido por la tragedia.
Cansado, harto de su propio hartazgo y lleno de pena por la muerte de su esposa vive recluido en la mansión.
¿Pueden dos soledades unirse en una nueva oportunidad?
No penséis sólo en el amor, esta novela es mucho más que eso, es crecimiento personal, resiliencia, afrontar los problemas, abrirse a los demás, ayudar, ser generoso, ver al otro y percibir su dolor…
Es inmensamente completa a nivel emotivo, envuelto en un canto a la vida y a la superación personal.
Gracias a las detalladas descripciones de los escenarios, de los ropajes, de los ambientes y la sociedad que nos regala el autor es muy fácil volar hasta la mansión y ver como se vivía.
Olores, sabores, colores y emociones salen de la obra para atraparnos.
Estos dos corazones rotos y desengañados de la vida encontraran una nueva sonrisa en la que poder espejarse.
¿Os vais a perder la oportunidad de conocerlos y acompañarles?
¡Venga va! Planeta apuesta por esta obra que seguro que arrasará.
Es una obra que os invita a soñar y de la que nos saldréis ilesos.

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🏔Ambientación. En algún punto de Castilla en el siglo XVIII nos ubican al ducado de Castamar.

🍳¿Qué temas principales nos encontramos? Pues claramente es una historia romántica sazonada con luchas de poder, racismo, secretos, odio, recetas, venganza, historia… Vamos que como podéis leer, no le falta de nada.

👩‍🍳🧑‍🍳Clara es nuestra protagonista que tras la muerte de su padre entra en los fogones de Don Diego y esté queda prendado de ella. Una mujer decidida pero que va creciendo a medida que la historia avanza. Por otro lado Diego, bastante solitario y taciturno, nos van a regalar una historia de amor de época. En un entramado de este calíbre, no podía faltar un “malo”, en este caso D. Enrique, a quién es difícil no ponerle cara y odiar a muerte, eso sí, muy bien representado.

🍴Lo más potente que tiene la historia es la complejidad y lo bien estructurados que están sus personajes, pero he necesitado mucha más fluidez en sus mas de 750 páginas, a la hora de contar la historia que he disfrutado de menos a más a medida que me involucraba en la lectura, pero sin llegar a conquistarme.

🔪Esta es la segunda novela que leo del autor, y la primera no fue para mi y decidí no traerla para reseñar pero en esta ocasión no he querido dejarla escapar ya que la he visto mucho por aquí y creo que otra valoración quizá pueda venir bien para comparar.
No sé si estoy legitimada para poder decir que el autor describe cada escena con demasiado detalle, incluso llega a resultarme demasiado pomposo, como con necesidad de recrearse en su sabiduría o aprendizaje.

Hacía mucho, muchísimo tiempo, que tenía este libro mirándome desde la estantería, pero siempre encontraba otro que se pusiese por delante. “No, luego en verano que tengo más tiempo, no luego en invierno que se lee más a gusto debajo de la manta…” Total que no había manera. El otro día ordenando las estanterías lo tuve en la mano un buen rato y decidí abrirlo y ya no pude soltarlo más. Literal.

Lectura maravillosa con mil y un personajes, a cada cuál más interesante, y un montón de historias entrelazadas, muy bien hiladas y perfectamente narradas que hacen que te sumerjas en un mundo, el de Castamar, del que no quieras volver a salir.

El autor consigue con su extraordinaria pluma crear una historia intensa, pero fresca, con personajes muy humanos con miles de defectos cada uno de ellos, pero que los hace más cercanos y terrenales y con los que consigues empatizar rápidamente.

No podría quedarme con un solo personaje como mi favorito, como tampoco podría quedarme con uno solo de los malos, malísimos como el peor. La avaricia, la envidia, las traiciones y los secretos vuelan por el palacio de Castamar y hay que estar muy pendientes para no perdernos ni uno solo de ellos.

He disfrutado muchísimo de esta novela y sus casi 800 páginas. de la primera a la última. Y he pasado hambre, también. Qué manera de transmitir olores, sabores y sensaciones tiene Fernando J. Muñez. Impecable.

Una historia que merece mucho la pena, entretenida, con amor, aventuras, traiciones, lealtades, secretos y mentiras. Y con mucha comida. Imprescindible.

La novela esta ambientada en Madrid, en el año 1720, mas o menos tras la guerra de Sucesión. Nuestra protagonista, Clara Belmonte, tras el fallecimiento de su padre, tiene que poner a trabajar como cocinera en la mansión y propiedad del Duque Don Diego de Castamar, viudo desde hace mas de 10 años y que no ha podido superar aún.
Clara, tendrá que ocultar un secreto que le pone muy difícil las cosas, además la ama de llaves, no le pondrá las cosas fáciles desde el primer momento, pero nuestra protagonista, es una trabajadora nata, y no esta dispuesta a hacerse pequeña ante nadie. No lo tendrá nada fácil, ya que en esta casa existen miles de secretos, envidias, celos…
Según va avanzando la historia, iremos viendo como se vive en esta mansión, con muchísimos personajes, tendremos por un lado a los señores, los cuales vivirán sus fiestas, y su vida muy acomodada, y además tendremos al servicio de toda la casa, donde también todos tendrán sus secretos y su vida.
Clara es la protagonista como ya he dicho, un personaje que desde el principio adoras, empatizas con ella y cada vez te va gustando mas, una mujer fuerte y valiente que se enfrentara a todo lo que le viene encima. Otro de los personajes a destacar, ser el Duque y su “hermano” Gabriel, que es de lo mejor para mi gusto en esta novela.
Una novela donde hay de todo, desde amor, personajes dispuestos a todo por conseguir un puesto importante, malhechores, mentiras, intrigas, traiciones… no es una novela romántica como pueda creerse en un principio, como veis habrá de todo desde el minuto uno.
Aunque es una novela larga, de verdad que tal y como esta contado, y las descripciones del ambiente hace que te metas en la historia y te lo leas de una manera que no quieras parar y saber que va pasando con todos nuestros personajes.
Recomiendo mucho la lectura he disfrutado un montón, y ahora que han hecho la serie, voy a ponerle cara a todos los personajes y espero que no me defraude.

Hay novelas que te atrapan sin remedio y, en unos segundos, te transportan a otra época, en la que te sientes tan vivo como sus personajes. Cada historia es un hilo del que deseamos tirar hasta descubrir, por completo, el lienzo, gigantesco, de la sociedad española del siglo XVIII. Pocos viajes me resultan tan apasionantes como estos, a través de los siglos, colándome entre las vidas de aquellos que bien pudieron gastar sus días en épocas remotas, pero a los que movían ideales que siguen plenamente vigentes, como el amor, la muerte, la venganza, el placer, el poder...

Clara es una joven de buena familia, que ha recibido una esmerada educación, ya que su padre era uno de los médicos más reputados de la capital. Desgraciadamente, su vida acomodada se ve truncada por la muerte de su progenitor, desde la que padece una particular afección, lo que no le impide ocupar un puesto en la cocina del Duque de Castamar. Este lleva una década apartado del mundo, desde la pérdida de su esposa en un accidente con su caballo. Poco a poco, a través de su comida, tan sensorial y evocadora, se irán estrechando lazos entre ella y el duque, quien comenzará a regalar a Clara una colección de libros de cocina, acompañados de una sucesión de notas intercambiadas.

A fuego lento, por tanto, se irá preparando una conspiración, la verdad sobre el accidente de Alba de Castamar y también se gestará el amor. Tanto entre nobles, como entre criados, permitiéndonos conocer las similitudes y diferencias entre 《los de arriba》 y 《los de abajo》, en una novela genial, de fácil lectura y exhaustiva documentación, como es La cocinera de Castamar (2019), de Fernando J. Múnez, adaptada recientemente en la serie de televisión del mismo título por @antena3com.
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