"¿Quién no ha deseado alguna vez ser invisible? ¿Quién no ha deseado alguna vez dejar de serlo?". Estas preguntas son la única pista que nos dan antes de comenzar el libro. No hay sinopsis. Y no os quiero contar yo mucho más. Porque creo que esta historia hay que leerla así, sin saber mucho de lo que trata. Es como un puzzle en el que al principio cuesta poner cada pieza en el orden correcto pero que poco a poco va encajando y cobrando sentido. Y cuando lo hace te golpea, vaya si te golpea. Te hace caer de bruces ante la realidad, te hace sentir rabia, indignación, impotencia, pero también te despierta. Te obliga a mirar y a actuar. En esta historia hay superpoderes, dragones y monstruos, pero no es una historia de fantasía. Es muy real. Sólo que es una realidad que demasiadas veces se vuelve invisible. Y no podemos dejar que pase eso. Me habían dicho que era un libro imprescindible, de esos que tendrían que ser obligatorios en los colegios e institutos y yo, que me pierde todo lo que tenga que ver con infancia y educación, tenía que leerlo. Si soy sincera iba un poco desconfiada, pensé que sería algún tipo de autoayuda y la verdad, entre eso y tanta recomendación dudaba bastante. Pero que bien que le di una oportunidad. Porque vale, quizá no es una maravilla de la literatura, y es verdad que la forma de estar escrito a ratos no me ha convencido pero es que qué más da. Es lo que menos me ha importado. Porque esta historia llega, y llega a quien tiene que llegar. Cumple su cometido. Cuántos libros hay impecablemente escritos pero que no conectan más que con un puñado de personas. Aquí el autor conecta con el lector, es un libro que pueden leer niños, adolescentes y adultos, y a todos les aportará algo necesario, sin duda. Así que definitivamente me uno a la petición: debería ser lectura obligada en todos los institutos. Pero creo que todos le tendríamos que dar una oportunidad. + Leer más |