Hay algo que define a Juan José Millás por encima de cualquier tipo de historia: su estilo narrativo. Aparentemente sencillo y fácil de leer, incluso complejo en cierto sentido, pues sin que apenas te des cuenta y mediante esa engañosa sencillez, es capaz de envolverte y llevarte hasta dónde el autor quiera. Lo pienso cada vez que leo un libro suyo: las historias que nos narra no destacan por su compleja o elaborada trama, son historias corrientes, también acompañadas con momentos de ensoñación y un punto de fantasía. En realidad, es la manera en que te lo cuenta, la capacidad de transmitir lo que sienten sus personajes, y eso puede parecer algo simple, pero en realidad es todo lo contrario. En este caso, Millás nos cuenta la historia de Elena Rincón, una mujer que acaba de perder a su madre, algo que le hará cambiar su modo de vida. Pero el principal detonante será el descubrimiento de unas libretas escritas de su puño y letra. Tras leerlas, conocerá la verdad de algunos hechos acaecidos en su vida que le harán entender y cuestionarse muchas cosas. A partir de este percance, Elena abrirá los ojos y se dará cuenta de lo sola que está; con una hija y unos hermanos con los que apenas tiene contacto y un marido infiel, con quien pese a compartir casa, se siente a miles de kilómetros de distancia. Porque al fin a entendido que debe tomar las riendas de su vida y abandonar la zona de confort, compuesta por la falsa estabilidad económica que le proporciona un marido enfrascado en negocios turbios y presuntamente ilegales. 'La soledad era esto' fue Premio Nadal en 1990, y en ella, Millás consigue, una vez más, envolverlos con una historia de contrapuntos: una mujer en el medio de una gran urbe y sintiéndose completamente aislada del mundo. Algo nada anormal en la actualidad y sobre lo que deberíamos ser capaces de reflexionar más. + Leer más |
En 1916, durante la Primera Guerra Mundial, llegan a la península ibérica dos barcos con seiscientos alemanes provenientes de Camerún. Se han entregado en la frontera guineana a las autoridades coloniales por ser España país neutral. Se instalan, entre otros lugares, en Zaragoza, donde forman una pequeña comunidad que jamás regresará a Alemania, aunque no podrán escapar al devenir de la historia cuando se produzca el auge y la caída del régimen nazi. Entre sus descendientes están Eva y Fede, quienes, más de un siglo después, se encuentran en el cementerio alemán de Zaragoza en el entierro de Gabi, su hermano mayor. Junto con su padre, ellos son los últimos supervivientes de los Schuster, una familia que llegó a tener un importante negocio de alimentación hoy desaparecido. Con una intriga que crece página a página, Los alemanes es una ficción sobre la culpa, el poder y la corrupción que alumbra el infierno que puede llegar a ser, en ocasiones, la familia.
«Narra con maestría un suceso muy poco conocido de la historia española relacionado con las mutaciones del nazismo y con hondas consecuencias en el mundo actual. Oscuros secretos familiares encierran un pasado amenazador capaz de destruir el presente. ¿Heredan los hijos la culpa de los padres? Una novela apasionante que pone a prueba la conciencia de los personajes y que sacude la del lector».
Del acta del jurado del XXVII Premio Alfaguara de novela, integrado por Sergio Ramírez, Juan José Millás, Laura Restrepo, Rosa Montero, Manuel Rivas y Pilar Reyes.