Mujercitas

Que hoy se publique la reseña de Mujercita es algo casual, ni planeado ni nada, pero me ha parecido una fecha muy propia para una novela así. Ya ves que entre la colección singular del Austral y que me ha entrado una vena por leer clásico es casi como estoy terminando el año. Y supongo que es con lo que empezaré porque estoy descubriendo cada joya que no es muy normal.

La novela se divide en dos partes. La primera cuanta la vida de una familia de 4 hermanas durante un año, y la segunda parte cuenta como cada una se va convirtiendo en adulta y que decisiones toman para llegar a su destino. La primera parte es la que más me ha gustado, entre la presentación de cada uno con su personalidad y como van aprendiendo las diferentes lecciones, es una manera increíble para aprender con ellas. La segunda parte, bueno es más maduro y realista, dando un todo más adulto y experimentado.

Hay bastantes personajes en esta novela pero las principales son las cuatro hermanas March, Meg, Jo, Amy y Beth. Cada una con una personalidad muy diferentes pero entre ellas se complementan y eso me ha encantado. Creo que es global, pero Jo se lleva la palma. Creo que es la que más visión de futuro tiene, es más afín a la vida actual. También te digo, que tener las personalidades tan marcadas nos hace ver las diferencia que existían en la sociedad que describe la autora.

Resumiendo, una delicia de libro, muy actual y a la vez muy conservador ya que todo confluye en las 4 hermanas y en la época que vivieron. Una novela donde nos muestra las costumbres y sacrificiales de una época lejana. En serio, si tenéis alguna duda, deshaceros de ellas y darle una oportunidad, no os vais a arrepentir.
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Este es un clásico que había pospuesto por mucho tiempo y que con ocasión de la nueva adaptación de Greta Gerwig me puse a escuchar. Si bien lo tomé en audiolibro, creo que la experiencia de conocer a Jo, Meg, Amy y Beth es la misma.
Disfruté con sus aventuras y me enamoré de las enseñanzas de Marmee. Lloré con las dificultades de la familia Hummell y su conexión con Beth.
Al finalizar solo quería saber más de ellas y si en navidades posteriores se sentarían bajo un árbol a hablar de sus sueños conquistados.
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&#xNaN;Publicada en el año 1868 e inspirada en la Guerra civil. El libro me sorprendió gratamenete, a pesar de tener algunas secciones un poco pesadas, el resto me gustó. La forma de la autora para retratar diversos temas como la lucha de las mujeres entre la familia, desarrollo personal, estereotipos de género y costumbres, me parecen de suma importancia y relevantes hasta nuestros tiempos.

&#xNaN;Sin duda mi personaje favorito fue Jo ya que rompe con todos los convencionalismos y es una rebelde de su época 💜

&#xNaN;La considero una lectura necesaria para tener una perspectiva femenina en cuanto a la sociedad de aquellos tiempos y también si quieren iniciar con un clásico

Me ha gustado mucho este clásico y no se me ha echo nada pesado. La trama es muy sencilla pero que te engacha. La unión de las hermanas March con su madre me ha gustado mucho y transmiten muchos valores.
Espero leerme el segundo libro «Aquellas mujercitas» a ver como termina esta historia familiar.

En esta sencilla historia seguimos los pasos de la familia March compuesta por cuatro hermanas (que son las protagonistas indiscutibles), y el señor y la señora March. El cabeza de familia está ausente sirviendo en el ejército, por lo que la novela está ambientada en esos duros meses de espera hasta que el patriarca regrese a casa, iniciando su andadura pocos días antes de Navidad. de entre las chicas, la que más destaca es Jo March, una niña vivaracha, enérgica, imaginativa que siempre está desafiando las reglas de lo que se espera de una señorita. Lleva una vida sencilla y humilde junto a sus hermanas: Meg, la hermana mayor que actúa casi como una madre con las demás; Beth, la virtuosa del piano y la más dulce de todas; y Amy, la más pequeña y la que más acusa la relativa pobreza de la familia March pues echa mucho de menos épocas más prósperas.

La trama se centra en las cuatro hermanas y en su día a día mientras trabajan para contribuir a la economía familiar y juegan en alocadas aventuras para aprovechar su tiempo libre. Asimismo, también veremos cómo evoluciona su amistad con el vecino de al lado, Laurie, nieto del señor Laurence y que, desde su ventana, envidia la vitalidad y la diversión de las chicas mientras él se pasa el día enterrado en libros bajo la vigilancia de su aparentemente estricto abuelo.

He de decir que todo el mundo habla tan bien de esta obra que yo me esperaba más. No es que tuviera altas expectativas, pero por lo menos creía que me iba a gustar o que me iba a dejar huella como a la mayoría de sus lectores y no ha sido así. Me ha resultado una historia lenta y aburrida que no va más allá de seguir la evolución de las cuatro hermanas, sus juegos, sus riñas y su aprendizaje. Pese a que son pocas páginas y la letra es grande, me costó mucho terminar la novela porque su lectura no me estaba aportando nada más allá de un ligero aburrimiento. Aunque no es la primera historia carente de acción que leo, no esperaba que esa falta fuera un impedimento para disfrutar de los personajes y de las enseñanzas que transmiten.

Algo que no me ha gustado son las moralejas que la señora March trataba de inculcar en sus hijas. Soy consciente de que la época en que Mujercitas fue escrita no tiene nada que ver con la actual, pero la impresión constante es que la madre muchas veces no permite a sus hijas comportarse como niñas de su edad y que, en general, tanto ella somo las hermanas dramatizan situaciones de lo más normales. Por ejemplo, si las hermanas discuten por una tontería, automáticamente lo asumen como algo gravísimo y desproporcionado y se consideran niñas malas y egoístas por ello, cuando es completamente normal que hayan discutido por el tema que sea. Cada cosa que hacen o dicen tiene que tener un trasfondo moral detrás y un aprendizaje por parte de las niñas que llegó a ser un poco cansino.

Otro ejemplo es cuando llegan las vacaciones y las hermanas quieren estar ociosas como premio por todo su trabajo durante el año. La madre convierte esto en una lección y les enseña que disfrutar plenamente de las vacaciones sin hacer nada está mal y que incluso cuando se tiene tiempo libre hay que seguir siendo productivo aunque sea en menor medida. Insisto en que entiendo perfectamente que esto es lo normal teniendo en cuenta el contexto histórico. Las mujeres estaban atadas por normas sociales muy estrictas y debían amoldarse a ellas, por lo que es entendible que detrás de cada gesto, cada palabra y cada acto aparezca su madre como voz de la conciencia. Pero por más que lo comprenda, no quita que se me hiciera muy pesado.

Lo que destaco de esta obra es la caracterización de las hermanas March. Algo importante de esta novela es que las niñas tienen sus propios sueños e inquietudes y se las anima constantemente a luchar por aquello en lo que creen y a esforzarse por conseguirlo. A pesar de lo comentado más arriba, los March no son padres estrictos y permiten a sus hijas ir y venir con libertad y hacer un poco lo que quieran, siempre y cuando se comporten como señoritas y no sean maleducadas o la líen demasiado. Así pues, se alentará a Jo a continuar escribiendo para ser una escritora de éxito algún día o a Beth a no dejarse arrastrar por la timidez y seguir deleitando a los demás con su maestría al piano. Tampoco se les inculca que deben casarse con hombres bien posicionados (pese a la condición modesta de los March) que es la educación que uno se espera para las mujeres de la segunda mitad del siglo XIX; al contrario, los padres las animan a creer en el amor y casarse cuando ellas quieran y con quien quieran. Si ponemos la novela en perspectiva uno puede darse cuenta de que es bastante rompedora. Aunque las hermanas March siguen estando encorsetadas por los cánones de la época y por lo que se espera de ellas, Jo se permite hacer lo que le da la gana cuando le da la gana y es la más transgesora mientras que sus hermanas, pese a cumplir los roles con más sumisión, también tienen un punto de rebeldía que las hace destacar.

No puedo decir que haya disfrutado especialmente de Mujercitas, pero sí he podido comprobar por qué a tanta gente le gusta, especialmente el espíritu indomable de Jo que también se ha convertido en mi hermana favorita. Es una lectura que, aun así, recomiendo porque es muy interesante presenciar cómo una autora de finales del XIX lucha en su obra contra los cánones impuestos a las mujeres e intenta revelarse contra ellos a través de sus personajes y, por supuesto, de su vida personal, que tampoco fue nada fácil.

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Ha sido un libro que tenía muy pendiente porque en su momento vi las adaptaciones que se han hecho sobre él en la gran pantalla (la última estrenada este pasado 2019) y me llamó mucho la atención la historia.

Me ha gustado pero decepcionado un poco porque esperaba que tuviese algo más de profundidad la historia y, me imagino, el siguiente libro “aquellas mujercitas” tendrá algo más de desarrollo.

Nos encontramos con la historia de las hermanas March, que, a lo largo de los capítulos nos van mostrando sus diferentes y complementarias personalidades, y los personajes que las acompañan en el transcurrir de su vida. Tanto Laurie como la tía o la empleada Hanna me han parecido personajes fundamentales (ni que decir tiene que la madre es un personaje clave también) y un punto muy positivo que he notado en la narración es que ninguno carece de un carácter bien marcado que la autora se encarga de narrar bien. En resumen, me parece que tiene el elenco perfecto para la historia y las descripciones y diálogos muy acertados.

No obstante, me han parecido casi microrelatos de su día a día con una moraleja al final de cada uno. Creo que para poder dar una opinión mejor debo continuar la lectura del siguiente libro.

¿Quién no conoce este clasicazo?

A mediados de 1800, nace la archiconocida historia de las hermanas March, y con ellas, un clásico que no pasa de moda.

En plena Guerra de Secesión, las cuatro niñas protagonistas han de ayudar a su madre a sacar la casa adelante como sea posible, sin dejar de lado los estudios y por supuesto ayudando a los vecinos del pueblo; mientras, el cabeza de familia se encuentra sirviendo al Ejército.

Ya en su momento, cuando salió publicada, la novela tuvo un exitazo tremendo y vendió una barbaridad para entonces; pero es que a día de hoy, es todo un referente feminista, ya que los personajes son completamente opuestos a lo que se supone que debía de ser en la época; dejándonos ver el crecimiento personal y social de cada una de las niñas, cada cual con carácter diferente y súper bien marcado, que deben aprender a hacer frente a los problemas que la pobreza de la época con lleva.

¿Qué decir de Mujercitas que a estas alturas no se sepa, en realidad?

Es un libro al que tengo cariño porque fue de los primeros “serios” que leí de niña… de hecho mi primer Mujercitas, fue en realidad el primer Mujercitas de mi madre, que entonces tenía unas ilustraciones preciosas que me encantaba disfrutar y recrear a mi manera en mis momentos de “pues voy a pintar”. Así que en fin, sin ser una de mis obras favoritas, sí le guardo bastante aprecio.

Teniendo en cuenta que para mí no es uno de esos libros que releería más, sí entiendo y comparto que sea un súper clásico además de, como decía antes, un referente literario.

La verdad es que es una historia súper entretenida y en general bastante dinámica, donde el tratamiento de los personajes es simplemente sublime.

Lectura obligatoria.

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Sinceramente me esperaba más, no sé muy bien el porqué. Quizás es cosa de las expectativas o puede que de la edad.

Realmente no pasa demasiado a lo largo en el libro, simplemente el día a día de las hermanas que son tan perfectas que a veces roza lo inverosímil. Igualmente se ve cierta evolución en ellas según avanza la historia y sus personalidades son muy diferentes entre si, lo cual son puntos a favor.
Quizás es más recomendable para gente joven, pues tiene cierto punto educativo.

De todas formas le daré una oportunidad a la segunda parte, a ver si me gusta más.

A veces siento que vivo en otro planeta. Hasta 2019 no vi Matrix por primera vez y no ha sido hasta 2021 cuando he leído Mujercitas, ¡y aún no he visto ninguna de las películas!

Aunque parezca extraño, estoy segura de que muchas personas, al igual que yo, tampoco crecieron con estas encantadoras hermanas. Que han descubierto tarde o que todavía desconocen la magnífica historia de los March, de Laurie y de todos los amigos de la familia. Porque estos personajes son muy queridos y respetados por vecinos, familiares (aunque la tía March se haga la dura, sabemos que en el fondo tiene un corazón blandito también), amigos y conocidos.

Pese a haber tardado tanto, tenía una ligera -y equivocada- idea de lo que podría encontrarme: una historia ñoña y cursi, tal vez más apropiada para niños y niñas que para adultos. Incluso creía que me iba a aburrir un poco. Y bueno, sí que resulta algo cargante lo aleccionadora que es por momentos, o incluso el hecho de que no haya ningún personaje perverso, pero terminó pareciéndome algo secundario.

Mientras lo leía me llamaba mucho la atención el contraste entre el papel que las protagonistas debían asumir por ser mujercitas y algunas conductas y actitudes transgresoras que al mismo tiempo mostraban (desde el arrojo de Jo para no ser todo lo que se espera de una chica, a la independencia de las hermanas por trabajar fuera de casa o las críticas al castigo corporal como herramienta educativa).

Lo que no podía imaginar es que me iba a pasar las navidades sin poder soltar el libro mientras lo pasaba en grande con el club Pickwick, reía imaginando el sombrero de Jo e incluso lloraba con ellas. Para mí, ha resultado ser uno de esos libros que se te queda dando vueltas en la cabeza, de los que de pronto te sorprendes pensando en ellos, una lectura cálida que reconforta y te saca una sonrisa, llena de escenas que te gustaría compartir con la familia.

Sin lugar a dudas, esta solo ha sido la primera de las muchas veces que volveré a 𝑴𝒖𝒋𝒆𝒓𝒄𝒊𝒕𝒂𝒔, que se ha llevado 5 merecidas estrellas✨ y de la que estoy leyendo ya la segunda parte.

Me ha encantado, lo he disfrutado muchísimo. Es una historia muy familiar llena de aprendizajes, se ha convertido en mi clásico favorito.
Mi hermana favorita ha sido Jo, le da igual qué piensen los demás, ella actua según siente.
La narración es estupenda.