No me pertenecía en absoluto, le pertenecía a Rebeca. Todavía pensaba en Rebeca. Nunca me amaría por culpa de Rebeca
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No me pertenecía en absoluto, le pertenecía a Rebeca. Todavía pensaba en Rebeca. Nunca me amaría por culpa de Rebeca
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¡Qué tontería derramar mis emociones por un vulgar cuarto de hotel!
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La felicidad no es un bien que pueda atesorarse; es una manera de pensar, un estado de ánimo
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La felicidad no es un bien que puede atesorarse; es una manera de pensar, un estado de ánimo.
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Cada uno de nosotros tiene un demonio propio que nos persigue y atormenta, y al final de cuentas hemos de luchar con él.
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A veces en esas botellas hay demonios que asoman cuando más quieres olvidarlos.
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Éramos gente común a la que no deberían pasarle estas cosas
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Ninguna crisis puede romper la corteza de los hábitos
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Morir en la horca era rápido. No dolía. Se rompía el cuello y ya ... Pero no, no era así. No sé quién dijo que no siempre funcionaba. Alguien que había conocido al director de una prisión. Te ponen una bolsa en la cabeza, te paras en una pequeña plataforma, y luego el piso se abre debajo de ti. Son tres minutos exactos los que se requieren para ir desde la celda hasta la horca. No, en realidad son cincuenta segundos, creo que había dicho alguien. No, eso es absurdo. No podían ser cincuenta segundos ...
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Te gustaría tener un heredero, ¿no es cierto? Para tu amado Manderley
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¿Quién escribió «Agnes Grey»?