Si te dicen que caí, gran aventi de aventis, es una de las novelas fundamentales de la narrativa española. Su lectura, un auténtico placer y su relectura, como ha sido este el caso, un enorme gozo. Con qué belleza se nos narra una historia tan turbadora, tan inquietante, incluso degradante, siempre poderosamente visual, muchas veces contadas con esa falsa inocencia de los que quizás nunca pudieron ser verdaderamente inocentes. Como buena aventi, es una combinación de realidad, rumores y mitos, donde se mezclan deseos, rencores, frustraciones, anhelos, desesperanzas y, a pesar de todo, nostalgia, mucha nostalgia, y que desemboca en esa confusión de historias, dobladas y desdobladas, donde los personajes parecen vivir varias vidas y sufrir varias muertes distintas, todas posibles, siendo su máximo exponente esa "¿Ramona o Aurora o Carmen, has oído hablar de ella, la has visto alguna vez?" que constituye el mito central del libro, su columna vertebral. Una novela-testimonio de lo que fueron algunas vidas de la posguerra en Barcelona (parece que, en ciertos casos, absolutamente reales), de los derrotados (y su reverso, los vencedores), a los que Marsé envuelve en un halo de misterio bajo la visión nostálgica de alguien que fue un niño borracho de héroes de tebeos y de películas, en un mundo repleto de miserias materiales y humanas. Pero, ¿qué más da si solo es una aventis? Como dice Marsé en un momento del libro: “¿Qué decir de un rosario de embustes que el roce de tantos dedos y labios acaba convirtiendo en un rosario de verdades, o al revés? ¿Qué puñeta tienen esas mentiras de Sarnita que en su boca se hacen más verdaderas que la verdad verdadera?” Párrafo que continúa de la siguiente forma: “¿Qué decir de esos cuentos de miedo que hacen reír a los mayores, y de esas historias del malo que empieza a volverse bueno y del bueno que acaba siendo malo?” De los dos tipos hay en el libro, pero destaca la degeneración de los que, no pudiendo revolverse, acabaron sobreviviendo de mala manera, en cualquiera de sus sentidos, el material y el moral o político en sus distintas combinaciones (el mismo título, Si te dicen que caí, reúne, además de la caída obvia, todas esas posibles combinaciones). Si te dicen que caí es una gran aventi que, al contrario que aquellas, no quiere escapar de la realidad, sino enfrentarnos con lo que para muchos fue su vida en aquellos terribles años, esos de los que algunos están empeñados en que no se recupere su memoria. + Leer más |
En 1962, Juan Marsé recorrió Sevilla, Cádiz y Málaga acompañado por su amigo Antonio Pérez y el fotógrafo Albert Ripoll Guspi. Su propósito: escribir una crónica, con fotografías y fragmentos tomados de la prensa, que mostrara cabalmente la realidad que el franquismo silenciaba. Los problemas financieros y la presión de la censura consiguieron que el libro terminado y entregado no llegara a publicarse. Hasta el mismo Marsé creyó que aquel original se había perdido para siempre. Pero cincuenta años después, aquel trabajo que iba a firmar con el seudónimo de Manolo Reyes (el Pijoaparte, que protagonizaría pocos años después «Últimas tardes con Teresa», la novela con la que Marsé se consagró), ese retrato social y moral de aquella España, finalmente se publica. Andreu Jaume, a cargo de la edición, cuenta cómo fue ese emotivo viaje al pasado con Marsé durante sus últimos meses de vida.
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Texto de Andreu Jaume narrado por Antonio Martínez Asensio.Crédito Imagen ilustrativa: Año 2008, Lisbeth Salas.