Rachel se va de viaje

He releído Rachel se va de viaje veinte años después. Vi un video promocional de Marian Keyes en que decía que todos estos años, las lectoras, le habían preguntado a menudo por Rachel y que había sido de su vida y que por eso, se había animado a retomar su historia. En su momento me gustó el libro, y como espero leer muy pronto "Otra vez, Rachel"; decidí releer esta primera parte para ir calentando motores.
Rachel vive en Nueva York y tiene veintiséis años en los años noventa
(Rachel's Holiday, se publicó en 1997). Es irlandesa y trabaja aquí y allá con la esperanza de conquistar el sueño americano, aunque debido a sus adicciones, se esfuerza más bien poco en ello. Porque Rachel es drogadicta con todas las letras, aunque claro, como la mayoría de los adictos, no es consciente de su problema. Por lo tanto, su internamiento en el centro de rehabilitación "The Cloisters", será vista por ella, como una oportunidad para descansar, broncearse y conocer gente famosa. A partir de ese momento y de manera muy solvente, la autora nos mostrará por un lado, la vida de la protagonista en NY y su relación con las personas de su entorno y por otro, su adaptación al programa de rehabilitación que seguirá en Irlanda durante dos meses. El libro desborda la fina ironía tan característica de la autora y aunque el tema de las adicciones es muy duro, te saca más de una sonrisa.
Creo que principalmente trata de autoconocimiento y realmente "el viaje de Rachel" es el de una mujer que muy lentamente va aprendiendo a aceptarse, conocerse y valorarse. En él se abordan las relaciones familiares, la baja autoestima y la falta de objetivos. Los personajes son más bien excéntricos, aunque tienen más de una capa y muy importante: tiene uno de los mejores "crushes" que he leído nunca, Luke Costello. El libro está escrito y ambientado en los noventa, pero aunque algunos comportamientos se ven algo desfasados hoy en día, en general pienso que ha envejecido bien.
Estoy deseando saber que ha sido de Rachel... y lo haré muy pronto, eso seguro;)


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Fue el primer libro que leí de su autora y me mantuvo completamente enganchada a su historia. El mayor motivo de ello, fue que transmite realmente bien la evolución psicológica de su protagonista y eso me apasiona en una novela... Trata un tema tan complejo y peligroso como las drogas, de un modo realista y a la vez sensible y humorístico. La forma de comunicar ese entorno y todas sus complicaciones, a mi modo de ver, es magistral.

Aquí tenemos a otra hermana de la familia Walsh;Rachel, que en este libro también las va a pasar canutas... nuestra Rachel toma alguna pastilla, no está enganchada, para nadaaaaa, simplemente tiene problemas y las necesita, o esa es la excusa que ella se pone, hasta que un día se ve en un hospital, es una adicta.

En este libro Marian Keyes, nos ofrece una visión de la adicción, cruel y realista, con su dosis amargo de humor y de reírse de si misma (ya que si bien algunos puntos son autobiográficos) y el título hace referencia a el viaje que tiene de hacer la protagonista para superar los obstáculos de su enfermedad.

La superación del día a día ya sea en la clínica, como fuera de ella, en su casa con sus padres , la madre tiene un papel más importante, y si bien es un poco dura, no creo que sea muy "divertido" tener a una hija drogadicta, y luego están sus hermanas (Helen me chifla! Si, es un pelín "jodil" pero tiene su encanto....)

Un libro con un aspecto más "adulto" y menos risueño del que Marian Keyes nos tiene acostumbrados, puesto que aquí pone a todos los personajes en tensión y quizá no refleje su buen hacer como escritora, aunque os aseguro que es indispensable para conocer al personaje, pero sobretodo para conocer a la escritora.
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Rachel una mujer de 27 años, Irlandesa que vive en Nueva York, se despierta un día en el hospital debido a una sobredosis "accidental", su familia decide meterla a rehabilitación, aunque ella les dice hasta el cansancio que es un error, que ella no es adicta y que lo que sucedió fue un accidente.

No cabe duda de que Keyes tiene una manera muy original de contar sus historias.

Con un tono ligero y además cómico, nos cuentan una historia con un tema muy duro, me parece que ese tono sarcástico y humor negro tan bien manejado es lo que hace que sea muy fácil leer este libro a pesar de todo lo que se cuenta.

No puedo negar que hubo muchos momentos en que me costaba seguir, porque honestamente toca temas muy difíciles y de una realidad aplastante, sin embargo definitivamente no podía parar, no pude evitar reír, llorar, sentir pena, miedo, en fin creo que pase por todos los sentimientos posibles con este libro, incluido el amor y desamor.

Me ha gustado mucho muy recomendable.
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Una historia en tono jocoso de la toxicomanía severa de Rachel, la protagonista que ella niega hasta aceptar una cura de desintoxicación en su Irlanda natal Es un viaje por los infiernos hasta el reconocimiento, la aceptación y la curación.