—Los guardias no sirven de nada en una biblioteca. ¡Qué equivocado estaba! Las bibliotecas estaban llenas de ideas, quizá las armas más peligrosas y poderosas de todas. |
—Los guardias no sirven de nada en una biblioteca. ¡Qué equivocado estaba! Las bibliotecas estaban llenas de ideas, quizá las armas más peligrosas y poderosas de todas. |
Estoy diciendo que... me voy a marchar dentro de cuatro años y no sé cómo esto podría terminar bien para ninguno de los dos. Estoy diciendo que dentro de cuatro años, voy a ser libre, y nunca he sido libre en toda mi vida. Y quiero saber cómo se siente uno en esa circunstancia.
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Había saltado al abismo. Ya solo podía rezar para que hubiera una red al fondo
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La muerte o la libertad aguardaban en aquella mesa. Su pasado y su futuro estaban sentados en un mismo trono de cristal.
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Debes escuchar lo que te digo. Nada es una coincidencia. Todo tiene un propósito. Estabas destinada a venir a este castillo, igual que estabas destinada a ser una asesina, a aprender las destrezas necesarias para la supervivencia. El valor de corazón es muy raro. Deja que te guíe.
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Odio a las mujeres así. Están tan desesperadas por recibir la atención de los hombres que estarían dispuestas a traicionar y a hacer daño a miembros de su propio sexo. ¡Y decimos que los hombres no son capaces de pensar con el cerebro! Al menos a los hombres se les ve venir.
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Las bibliotecas estaban llenas de ideas, quizá las armas más peligrosas y poderosas de todas.
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Estar allí, tumbada sobre un colchón, le producía una sensación extraña: la caricia de la seda en la piel, la presión de la almohada contra la mejilla. También había olvidado el sabor de cualquier alimento que no fueran gachas de avena rancias y pan duro, e incluso la increíble sensación de tener el cuerpo limpio y la ropa recién lavada. Todo aquello le resultaba ajeno.
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—No, no. La pregunta está bien —dejó escapar un largo resoplido por la nariz y miró la mesa—. Me gusta la música —dijo lentamente— porque cuando la escucho me… me pierdo dentro de mí misma, no sé si eso tiene sentido. Me vacío y me lleno al mismo tiempo y siento que el mundo entero gira a mi alrededor. Cuando toco, no estoy…, para empezar, no estoy destruyendo, sino creando —se mordió el labio—. Antes quería ser curandera. Cuando era… mucho antes de que este se convirtiese en mi oficio, cuando era casi demasiado joven para acordarme, quería ser curandera —se encogió de hombre—. La música me recuerda esa sensación —se echó a reír entre dientes—. Nunca se lo he contado a nadie —reconoció, y entonces vio a Dorian sonreír—. No os burléis de mi.
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—No entiendo por qué tienes que obligar a alguien a que haga una reverencia cuando el propósito del gesto es mostrar lealtad y respeto.
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Es un retelling de...