Trono de Cristal I de Sarah J. Maas
Estar allí, tumbada sobre un colchón, le producía una sensación extraña: la caricia de la seda en la piel, la presión de la almohada contra la mejilla. También había olvidado el sabor de cualquier alimento que no fueran gachas de avena rancias y pan duro, e incluso la increíble sensación de tener el cuerpo limpio y la ropa recién lavada. Todo aquello le resultaba ajeno.
|