Era una criminal: una máquina de matar, una reina de los bajos fondos… y aun así…, aun así no era más que una niña a la que habían enviado a Endovier con diecisiete años.
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Era una criminal: una máquina de matar, una reina de los bajos fondos… y aun así…, aun así no era más que una niña a la que habían enviado a Endovier con diecisiete años.
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—No estoy casado —dijo en voz baja— porque no soporto la idea de casarme con una mujer inferior a mí en mente y espíritu. Eso supondría la muerte de mi alma.
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Ponedme a luchar contra hombres de verdad. Quizás entonces me moleste en emplearme a fondo.
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El amor no garantiza un matrimonio satisfactorio.
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Quiero un marido que caliente mi cama, y solo la mía
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Las bibliotecas estaban llenas de ideas, quizá las armas más peligrosas y poderosas de todas.
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No le debe lealtad a nadie salvo a sí misma, y no vacilará en atravesarte el corazón con un cuchillo.
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Se supone que los príncipes no tienen que ser atractivos. ¡Son criaturas quejicosas, estúpidas y repugnantes!
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—No entiendo por qué tenéis que obligar a alguien a que haga una reverencia cuando el propósito del gesto es mostrar lealtad y respeto.
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(…) hay personas que necesitan que las salves tanto como tú precisas ser salvada —contestó—. Puedes negarlo todo lo que quieras, pero hay personas, amigos tuyos, que necesitan tu presencia aquí.
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Es un retelling de...