Del color de la leche

Me ha conmovido tremendamente. Qué personaje tan delicioso nuestra protagonista, tan vital, tan fuerte, tan sincera y tan llena de sentido común. Mary es una de las cuatro hijas de un granjero, analfabeta pero sin pelos en la lengua y con una manera sencilla y lógica de ver la vida, como todos los que no tienen tiempo para verla de otra forma. Y Mary aprende a leer y a escribir y nos cuenta su historia, una historia dura de trabajo diario de sol a sol realizado con el ánimo de quien sabe que así son las cosas y no se las cuestiona. Y yo, ingenua de mí, no esperaba que tuviese que pagar un precio tan alto por ese aprendizaje, no pude prever ni el desarrollo ni el final de esa historia que me dejó un profundo poso de tristeza. Os aconsejo que conozcáis a Mary, estoy segura de que os llegará al corazón.

En del color de la leche no se tarda ni 5 minutos en empatizar con Mary, la joven narradora de 15 años que se dispone a compartir con los lectores su vida como granjera en la Inglaterra rural de 1830, en unas notas o libro que ella orgullosamente está logrando escribir. Y es que, para una granjera de esta época, el acceso a la lectura, escritura o cualquier otro tipo de conocimiento estaba más que fuera de su alcance. Por eso mismo, el camino que recorre hasta aprender las letras, se convierte en la historia que quiere transmitir. Con el cabello del color de la leche y a pesar de su malformación en una pierna, Mary es una trabajadora incansable, que ama su granja y a su familia sobre todas las cosas, a pesar del carácter violento de su padre o de la indiferencia de su madre. Compartiendo su tiempo con otras hermanas de edades similares a la suya, la chica pasa sus días atareada de sol a sol, sin perder nunca su sentido práctico de las cosas, su adorable inocencia, su honestidad, ni su apabullante sinceridad. Pero un buen día, su padre le obliga a abandonar su hogar para acudir a servir a una hacienda cercana. de mala gana, Mary cumple esta orden para enfrentarse al vacío de no estar entre los suyos, aunque también al descubrimiento de una casa repleta de comodidades y, sobre todo, al acceso a un nuevo mundo que se abre ante sus ojos cuando el señor de la casa se ofrece a enseñarle a leer y escribir.
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El personaje de la protagonista es genial, por su naturalidad, su humor, sus capacidades...

Ella es lo que sostiene el libro porque la historia me ha parecido algo mil veces contado y que se desarrolla de una manera que no ha acabado de atraparme ni emocionarme como esperaba.

Cuando un libro se me queda metido entre las costillas, a la altura del esternón, tardo mucho tiempo en olvidarlo. Cuando termino un libro así, quiero quedarme a vivir en esa historia y no me siento capaz de ir a dormir con otro libro. Siento que cometo una infidelidad y que ni siquiera yo estoy preparada.

Acabé "Del color de la leche" y me quedé tan asombrada que tardé una semana en poder coger otro libro.

Es una historia más bien corta pero narrada de forma muy intensa. Nos cuenta la historia de Mary (eme, a, erre, i griega) una campesina de quince años que vive en una granja con su familia a principios del S. XIX y que no hace otra cosa que trabajar de sol a sol. Ella desea con todas sus fuerzas escapar de esa condena familiar y cuando se libera de ese yugo, se le impone una penitencia todavía peor.

La estructura de la novela es fascinante y me encanta el vocabulario que emplea la protagonista ya que su historia pudo haber sido la de una niña en nuestros días, en cualquier país. Me ha encantado como desde el primer momento te cuenta que es su libro y que lo está escribiendo con su propia mano, sin que el lector advierta la importancia que cobrará ese detalle. Y me ha encantado como al final todo cobra sentido.Qué niña tan valiente fuiste, Mary.

De verdad, no sé si esto es una buena reseña o una mierda. Pero no puedo hablar de lascosasquepasan porque sería destripar todo. Pero de verdad, lean este librito porque es una locura.

“Del color de la leche” está relatada por una adolescente que acaba de aprender a leer y escribir, por lo que el choque entre la forma de escribir simple, sin mayúsculas, tal como piensa y sin filtros contrasta brutalmente con lo duro de la historia que nos cuenta.
Mary, una quinceañera con discapacidad física que lleva toda su vida trabajando sin descanso en la granja familiar, es enviada a la casa del vicario a cuidar de la mujer de este y, si bien esto le traerá ciertas comodidades, su corazón estará siempre dividido y le quedará claro que no es oro todo lo que reluce.

Del color de la leche es un libro sobre acogedor. de esos que te quedas pensando e impactada de su desenlace. Contada en primera persona, Mary, la protagonista de esta marilllosa lectura, hace que te desbordes de rabia a medida que vas conociendo la vida tan cruel a la que estaban sometidas las mujeres del S.XIX. Un libro intenso y duro que se quedará para siempre en mi memoria. Altamente recomendable ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

Con Mary tuve un flechazo. En cuanto empecé a leer supe que era uno de esos personajes que se iba a quedar conmigo mucho tiempo.

Nacida en una humilde familia es la menor de cuatro hijas y pasa sus días dedicada a las duras tareas del campo, junto a sus hermanas. Mary tiene quince años y una pequeña discapacidad física que no le impide esforzarse al máximo, aunque esto nunca sea suficiente para su padre, que siempre lamentó no tener hijos varones.

Sin embargo, si hay algo que destaca en Mary es su personalidad, con un carácter afable y tremendamente sincera. Es incapaz de mentir, o quizás sea que simplemente no quiere hacerlo. Esa característica hará que algunas personas sean capaces de ver mucho más allá de su aspecto o su edad.

Un día, su padre la envía a trabajar a casa del vicario, cuya mujer está enferma y necesita compañía y cuidados. Este trabajo marcará un antes y después en su vida, ya que deja atrás el campo que tanto anhela (y a su abuelo, ¡qué personaje tan entrañable!) para acceder a un mundo con más posibilidades pero también más peligros.

Allí aprenderá a leer y escribir pero el precio que pagará por ello es alto. Sin embargo, es gracias a ese aprendizaje al que podremos conocer lo ocurrido, ya que si no hubiera sido así quedaría simplemente silenciada, como tantas y tantas mujeres a lo largo de la Historia.

El libro fue publicado por Sexto Piso en 2013 y por mis manos ha pasado la duodécima edición. No me extraña en absoluto porque como dice Valeria Luiselli en el prólogo "es un libro escrito con la urgencia palpitante de un pequeño clásico". Ojalá Mary enamore a muchos lectores más.

Definitivamente este libro es de lo más extraño e inquietante cuando comienzas a leerlo. La narradora, una chica de quince años llamada Mary, es medio analfabeta, pero hace un intento por contar su historia, o por lo menos su versión de la misma. Los hechos narrados entonces son los que ella ha visto, por lo que a veces nos faltan datos, pero se entiende el punto de vista, ya que sino no sería verosímil. Mary escribe en el año 1831, y es hija de granjeros, por lo que su nivel de escritura es más bien pobre, aunque llamativo dada su condición en aquella época. Por eso resulta interesante su manera de escribir, sin mayúsculas al principio de cada frase, ni en los nombres propios. Pero Mary tiene una cualidad especial que hace que quieras leerla desde el principio, te engancha como un escritor sofisticado: todo lo que relata es totalmente creíble.

A medida que avanza el libro, van apareciendo diferentes personajes, y Mary nos los va presentando con mucha naturalidad. Su familia, granjeros que trabajan todo el día, y que, según ella misma asegura, no lo hacen de noche porque a su padre le conviene que descansen para que rindan más al día siguiente. En este entorno surge la duda continuamente de por qué Mary sabe escribir, aunque algo mal.

Es una novela corta, que recomiendo leer no solo por la originalidad a la hora de escribir de la autora, Nell Leyson, sino también por un final que te deja con la boca abierta.

El prólogo de esta edición de Valeria Luiselli también es digno de mención. de hecho, conviene leerlo antes, sin miedo a que desentrañe nada importante de la historia. Su lectura prepara al lector para lo que va a venir a continuación.

Llevaba tiempo sin enamorarme de un personaje. Mary es uno de esos que te dejan huella y se quedan contigo durante mucho tiempo. Ésta también ha sido una de las mejores novelas de año, de las que dejan poso, y eso para mí es lo realmente importante de los libros: que me “sacudan” y no me dejen indiferente. Ojalá y hubiese muchas más Mary en el mundo.
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Corto pero intenso, con una historia increíble escrita en primera persona, adentrándose en la mente de una adolescente de principios del siglo XIX. Un giro en la trama que se da, literalmente, en la última página. Me ha encantado la ambientación de la novela, mostrando claramente el contraste entre clases sociales.

El final es crudo para la protagonista, que narra toda la verdad de lo que le ha ido sucediendo, haciendo un recorrido por todo lo que le ha pasado en el último año y las consecuencias que le han llevado hasta donde está.
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