Del color de la leche

Desde el principio la novela llama la atención por su singularidad (no diré cuál para no romper el factor sorpresa). A través de la perspectiva cruda y sin filtros de su protagonista Mary*, la novela te sumerge en su mundo de una forma profundamente conmovedora, destacando por su narrativa excepcional de inicio a fin. Es una obra que se perfila como una de mis mejores lecturas del año 2024, dejándome expectante por lo que aún está por venir.

*Dejo un extracto que me gustó bastante y que muestra esa manera afilada de contar las cosas de Mary...

"¿por qué, le pregunté, tenemos que dar gracias a dios cuando he sido yo la que ha salido y ha cogido la comida y yo la que la ha cocinado? [...] y voy a ser yo, dije, la que recoja todo después de comer."

Diría que una de las primeras cosas que sorprende cuando empiezas a leer “Del color de la leche”, de Nell Leyshon, es la falta de mayúsculas y del formalismo en los diálogos.
Diría que la extrañeza inicial dura poco, porque su escritura te arrastra.
Diría que la voz narrativa te lleva, hasta el final, de la mano, apresurada, porque la urgencia de la protagonista se vuelve tuya. Porque Mary te habla a ti y quieres saber por qué.
Podría decir todo esto, pero seguiría faltando algo. Algo que solo es posible descubrir leyendo esta novela dura, arcana y elocuente al mismo tiempo, que da voz a esa joven de quince años que toma la palabra como arma, para dar a conocer su historia, que es a la vez la de tantas otras.
La acción nos lleva a la Inglaterra rural de 1830. Mary, que tiene el pelo del color de la leche y un defecto en una pierna, vive con sus tres hermanas, sus padres y su abuelo en una granja, donde trabaja hasta que su padre decide enviarla a cuidar a la mujer del vicario. Él decide, ella no. En esa nueva casa, su voz, esa que a los lectores nos resulta singular y atrayente, seguirá sin valer nada, pero su vida cambiará. Y es por eso que Mary nos habla desde el papel, sin esas mayúsculas que ya no notamos que faltan. Y puede hacerlo porque en esa casa, el vicario la ha enseñado a leer y a escribir. Él decide, ella no. Pero las letras ya no son rayas incomprensibles para ella. Aunque el precio que ha tenido que pagar es caro.

No, no es sólo un libro corto es una pequeña joya.
Está escrito en primera persona por Mary, está contada desde la inteligente inocencia de su protagonista, con un lenguaje propio de su nueva alfabetización. La chica analfabeta que consigue aprender a leer y escribir a un precio muy alto.
Todo el libro está escrito en minúsculas, con expresiones y muletillas que algunas veces son un poco repetitivas pero que la autora logra que empaticemos con la pequeña Mary.
La narradora que te está contando sus confidencias, su vida se reduce a trabajar, cuidar, comer y dormir.
Una historia cruel y dura, llena de enseñanzas, de lucha , de dolor, de incomprensión… en una época difícil para la clase trabajadora y más aún si cabe para las mujeres.
Totalmente recomendable

Del color de la leche
Tremenda novela. Me ha dejado una sensación de tristeza que me va a acompañar durante un tiempo. Que conste que me ha costado entrar en la historia porque está narrada de una forma muy rara. al principio su protagonista no me ha caído en gracia, pero he ido entendiendo su carácter y al final me ha roto el corazón. Qué gran personaje. Que vida más dura.
Se lee en dos ratitos, así que si os llama la atención os animo a que conozcais a Mary, eme, a, erre, i griega. Será difícil olvidarla.

Hace mucho tiempo que tengo este libro en "la lista" pendiente de leer, pero ayer en un arrebato, hablando con un librero maravilloso de la casa del libro de Vigo, y después de comentarle que hacía días que me costaba mucho engancharme a un libro, me lo recomendó.

Por si acaso me estás leyendo librero anónimo, gracias de verdad. Me ha encantado, lo he devorado, es que era un no parar de pasar páginas. Es un libro precioso, escrito de una forma peculiar (que se explica a medida que vas avanzando) pero tan tan bien la narración que no encuentras el momento de hacer una pausa. El relato es muy duro, de esos que te dejan huella, que te acuerdas al cabo de los años de que te han marcado, pero es tan precioso, es tan maravillosa Mary con esa forma apasionada y positiva que tiene de ver la vida, que te hace sonreír.

Súper súper lectura de este mes!

En del color de la leche no se tarda ni 5 minutos en empatizar con Mary, la joven narradora de 15 años que se dispone a compartir con los lectores su vida como granjera en la Inglaterra rural de 1830, en unas notas o libro que ella orgullosamente está logrando escribir. Y es que, para una granjera de esta época, el acceso a la lectura, escritura o cualquier otro tipo de conocimiento estaba más que fuera de su alcance. Por eso mismo, el camino que recorre hasta aprender las letras, se convierte en la historia que quiere transmitir. Con el cabello del color de la leche y a pesar de su malformación en una pierna, Mary es una trabajadora incansable, que ama su granja y a su familia sobre todas las cosas, a pesar del carácter violento de su padre o de la indiferencia de su madre. Compartiendo su tiempo con otras hermanas de edades similares a la suya, la chica pasa sus días atareada de sol a sol, sin perder nunca su sentido práctico de las cosas, su adorable inocencia, su honestidad, ni su apabullante sinceridad. Pero un buen día, su padre le obliga a abandonar su hogar para acudir a servir a una hacienda cercana. de mala gana, Mary cumple esta orden para enfrentarse al vacío de no estar entre los suyos, aunque también al descubrimiento de una casa repleta de comodidades y, sobre todo, al acceso a un nuevo mundo que se abre ante sus ojos cuando el señor de la casa se ofrece a enseñarle a leer y escribir.
Enlace: https://viviendomilvidas.wor..

Una novela que me ha sorprendido gratamente. Por la forma y el contenido. Cómo está escrito y la historia que cuenta. Me han sorprendido mucho los giros, la forma en que narra y cómo desarrolla la trama de una historia en realidad tan dura.
No me extraña que fuera premiado como Mejor Libro del Año por los Libreros madrileños.

"Del color de la leche" es una novela impresionante que combina una narrativa única, personajes memorables y una trama conmovedora. Se me ha quedado agarrada durante un tiempo y me ha costado volver a entrar en otra novela después de esta lectura emotiva y reflexiva.

Mary tiene quince años y ha aprendido a leer y a escribir. A un alto precio. Y esto es lo que nos quiere contar: “éste es mi libro y estoy escribiéndolo con mi propia mano. (...)
no soy muy alta y mi pelo es del color de la leche.
me llamo mary y he aprendido a deletrear mi nombre. eme. a. erre. i griega. así es como se escribe”.

Mary no tiene pelos en la lengua, es directa, sincera, no se anda con rodeos, da igual quien sea su interlocutor. Eso le genera amor y odio a partes iguales. Como ella dice: “no puedo evitarlo. porque soy como soy. mi lengua es rápida como la lengua del gato cuando se bebe a lametones la leche del cubo”.

Mary es inteligente en un microcosmos en el que serlo no es una ventaja para una mujer de su condición. Vive en un mundo duro, marcado por las estaciones y el trabajo de la granja en la que vive con sus padres, su abuelo y sus hermanas. Su vida es dura pero ella es feliz. Mary dice: “me preocupo por muy pocas cosas. si no puedo hacer nada, entonces ya no me preocupo. si puedo hacer algo, entonces lo arreglo y ya no tengo que seguir preocupándome más”.

Pero de repente su vida cambia, pues la obligan a ponerse a servir en casa del vicario. Y Mary se transforma a lo largo de la narración, lo vemos en los ojos de los que la rodean, en la descripción que de ella nos hacen los demás personajes.

La voz narrativa que nos regala Nell Leyshon en esta novela es excepcional. Es una pequeña joya que no os podéis perder. He acabado el libro con el corazón encogido, no de tristeza, sino de muchas emociones combinadas difíciles de explicar.

No lo dudéis más y sumergíos en la historia de Mary, que acompañando las estaciones del año nos narra los sucesos que la llevarán hasta el momento desde el que nos escribe. Y lo hace con descripciones tan deliciosas como esta:

“… por la mañana y por la noche se formaban capas de niebla, y eso hacía que las colinas se volvieran suaves y el aire, espeso”.

Gracias, Mary, por tu historia.

No sé cómo he podido tardar tanto en descubrir a Nell Leyshon, sobre todo este título, que consigue que tengas el vello de punta en cada una de sus páginas. Será uno de esos libros que se me quedarán en la memoria por un largo tiempo, mas aún tras pensar que tristemente ha sido la realidad de multitud de mujeres en los años en los que se basa la novela.
A lo largo de un texto breve, crudo y emotivo conocemos a la valiente Mary, una granjera de tan solo quince años que vive sin conocer algo más allá de su casa/granja, lugar en el que trabaja prácticamente desde el amanecer hasta la hora de acostarse, acompañada de tres hermanas, su madre y un padre abusivo, pasando penurias, frio y hambre.
“Este es mi libro y lo estoy escribiendo con mi propia mano.»
A modo de diario y para que quede constancia de su día a día, es Mary la que escribe este libro de un modo bastante peculiar. Está escrito de manera simple e incluso con alguna falta ortográfica, para ponernos en el lugar de una joven que apenas sabe leer y escribir, para ver el mundo como ella lo vio y para reflejar las circunstancias en las que vive.
Apenas comienza su historia nos relata su pasado en la granja, en la que su función consiste prácticamente en trabajar, trabajar y trabajar. Si no tenía bastante con esto, vemos también cómo su padre, empeñado en ganar la mayor cantidad de dinero, la vende al vicario como sirvienta con el fin de cuidar a su enferma esposa. En este lugar hay momentos en los que se siente libre, llegando incluso a aprender a leer y escribir, pero nada de esto le saldrá barato tras tocarle vivir en una época en la que las mujeres están completamente a merced de los hombres.
Me ha encantado el personaje que nos presenta Nell Leyshon, la actitud que tiene y lo directa que es. Escrito con un estilo que me ha recordado al de Sara Mesa; te inquieta, te incomoda, pero no puedes dejar de leerlo. Por momentos parece previsible y me veía venir lo que le iba a suceder a la pobre Mary, pero el final me ha resultado bastante inesperado y esperanzador.
Un libro muy, muy recomendable.
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