La canción de los maoríes

Si la primera parte de esta trilogía me encantó, la segunda lo ha vuelto a hacer. Siempre se dice que las segundas partes no son tan buenas, sin embargo Sarah Lark ha conseguido seguir enganchándome a esta bonita historia.
En este libro la autora se centra en la vida de Kura y Elaine, las nietas de las dos protagonistas del Primer libro "En el país de la Nube Blanca", Gwyn y Helen. También se desarrolla en Nueva Zelanda, y aunque no es una novela histórica, muchos de los personajes existieron en la realidad.
Las grandes aspiraciones de Kura por pertenecer al mundo de la ópera, y la ilusión de Elaine por tener una granja, se ven afectadas por una serie de acontecimientos que hacen que no puedas dejar de leer.
Amor, desilusión, muerte, persecuciones, misterio y sobre todo las ganas de seguir adelante de las dos mujeres, te enternecerá el corazón.
Es un libro largo, tiene 673 páginas, pero me lo leí en 3 días. No podía parar de leer.
Os lo recomiendo.

1893 Nueva Zelanda. Elaine O'Keefe y Kura Warden, descendientes de Gwyneira y Helen (protagonistas del 1º libro) son dos primas con distinta manera de ver la vida. Una bondadosa, alegre, soñadora, amante de los animales, con ganas de tener una granja como su abuela. La otra, altiva, fría y con aires de diva, que quiere triunfar en el extranjero como cantante.
Las dos se enamoran de William Martin, un seductor caza fortunas, esto cambiará sus vidas.

Un libro sobre la colonización de Nueva Zelanda y los nuevos avances, el crecimiento de las ciudades y sus comercios, la búsqueda de oro, la minería (y su falta de seguridad) la llegada del ferrocarril, las primeras máquinas de coser singer.

Una segunda entrega brillante, a la altura del primero.
Esta trilogía tiene todo lo que una novela histórica tiene que tener para atraparme: muchos personajes, mucha trama, mucho contexto, mucho paisaje. Disfruté cada capítulo y cada escena y me quedé con ganas de más pese a que tenía 700 páginas, así que no veo la hora de comenzar con el tercer y último libro, que desde ya estoy viendo que me va a costar despegarme de estas familias.