Reía y mientras riera seguiría teniendo un motivo para vivir, aunque estuviera condenado a muerte.
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Reía y mientras riera seguiría teniendo un motivo para vivir, aunque estuviera condenado a muerte.
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Nunca seremos capaces de establecer con seguridad en qué medida nuestras relaciones con los demás son productores de nuestros sentimientos, de nuestro amor, de nuestro desamor, bondad o maldad, y hasta qué punto son el resultado de la relación de fuerzas existente entre ellos y nosotros.
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Todos necesitamos que alguien nos mire. Sería posible dividirnos en 4 categorías, según el tipo de mirada bajo la cual queremos vivir. La primera categoría anhela la mirada de una cantidad infinita de ojos anónimos (...). La segunda categoría la forman los que necesitan para vivir la mirada de muchos ojos conocidos (...). Luego está la tercera categoría, los que necesitan de la mirada de la persona amada (...). Y hay también una cuarta categoría, la más preciada, la de quienes viven bajo la mirada imaginaria de personas ausentes. Son los soñadores.
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La disyuntiva era: hacer teatro o no hacer nada. Hay situaciones en las que las personas están condenadas a hacer teatro. Su lucha contra el poder silencioso (...) es la lucha de un grupo de comediantes peleando contra un ejército.
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Amarrar el amor al sexo ha sido una de las ocurrencias más extravagantes del Creador.
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Es precisamente esa frontera (la frontera tras la cual termina mi yo), la que me atrae.
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El carácter único del "yo" se esconde precisamente en lo que hay de inimaginable en el hombre.
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¿Cómo es posible que alguien que estime tan poco a la gente dependa tanto de su opinión?
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Se alegran de que la inflación de cobardía trivialice su actitud y les devuelva el honor perdido.
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¿Es inocente el hombre cuando no sabe?, ¿un idiota que ocupa el trono está libre de toda culpa sólo por ser idiota?
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Son considerados los padres de la filosofía occidental: