-Flotan —gruñó la cosa—, flotan, Georgie. Y cuando estés aquí abajo, conmigo, tú también flotarás
|
-Flotan —gruñó la cosa—, flotan, Georgie. Y cuando estés aquí abajo, conmigo, tú también flotarás
|
Algunas cosas hay que hacerlas, aunque sean peligrosas. Es la primera cosa importante que descubrí sin que me la dijese mi madre.
|
Entonces lloramos abrazados y yo pensé que ése era el fin, que con esas lagrimas habíamos acabado de enterrarlo. Pero ¿quién sabe cuánto tiempo puede durar el luto? Es posible que treinta o cuarenta años tras la muerte de un hijo, un hermano, uno despierta a medias, pensando en esa persona con la misma sensación de vacío, de sitios que tal ves no se llenen nunca…quizá ni siquiera en la muerte.
|
Pon distancia y trata de mantener la sonrisa. Sintoniza un rock and roll en la radio y ve hacia toda la vida que existe con todo el valor que puedas reunir y toda la fe que logres invocar. Sé leal, sé valiente, aguanta. El resto es oscuridad.
|
No hace falta mirar atrás para ver a esos niños, una parte de tu mente los verá siempre, vivirá con ellos para siempre, amará con ellos para siempre. No son, necesariamente, la mejor parte de ti, pero alguna vez fueron el depósito de todo lo que podías llegar a ser.
|
Es mejor no mirar atrás. Es mejor creer que habrá finales felices en todas partes. Y bien que puede ser así. ¿Quién puede decir que no existen los finales felices? No todos los barcos que se pierden en la oscuridad desaparecen para siempre; si algo nos enseña la vida, al fin de cuentas, es que, a fuerza de abundar los finales felices, es preciso poner en duda la racionalidad de quien no cree que Dios exista.
|
Siempre nos recordaremos en los sueños.
|
La realidad es un concepto bastante indigno de confianza, quizá no más sólido que un trozo de lona extendido sobre cables entrecruzados como hebras de telaraña.
|
Los Barrens, los de siempre. No parecían tocados por los últimos veintisiete años; para Bill, la autopista elevada, único detalle nuevo, parecía irreal, algo tan efímero como un paisaje falso proyectado en una pantalla trasera para ambientar la escena de una película. Los arbustos y los matorrales centelleaban entre la niebla. Bill pensó: «Creo que a esto nos referimos cuando hablamos de la persistencia del recuerdo, a esto o a algo parecido, algo que se ve en el momento debido y desde el ángulo debido, imágenes que activan la emoción como el motor de un avión de propulsión. Uno lo ve con tanta claridad que todo lo que ha pasado mientras tanto desaparece. Si es el deseo lo que cierra el círculo entre el mundo y la necesidad, el círculo está cerrado.»
|
¿Y si no había acto de fe posible hasta que uno se veía rotundamente arrojado al aullante medio de las cosas, como un recién nacido que saliera disparado del vientre materno sin paracaídas? Una vez iniciada la caída, uno se veía obligado a creer en el paracaídas, en la existencia, ¿no? Y tirar de la argolla durante la caída se convertía en la declaración final sobre el tema, de un modo u otro.
|
¿De qué nacionalidad es Stephen King?