A todos los chicos de los que me enamoré

I'm always wondering about the what-ifs, about the road not taken

Is love is like a possession, maybe y letters are lie my exorcisms.

Ahora me doy cuenta de que son las pequeñas cosas, los pequeños esfuerzos, los que mantienen una relación. Y ahora también sé que en alguna pequeña medida tengo el poder de hacerle daño y también tengo el poder de hacerlo sentir bien

Si el amor es como estar poseído, quizá mis cartas de amor sean como un exorcismo. Mis cartas me liberan

Lara Jean Covey, nuestra querida protagonista, mantiene en secreto una serie de cartas amorosas. Pero no cartas que recibió, sino cartas de amor escritas por ella a cada uno de los chicos de los que se enamoró. Esa fue la manera que encontró para dejar escapar tanto sus emociones, como sus pensamientos por ellos. Cuando acaba de volcar cada uno de sus sentimientos, escribe la dirección del chico y las oculta en su armario, a salvo de todo el mundo. Pero de un día para el otro, esas cartas tan preciadas para Lara Jean son enviadas y toda su vida amorosa, que hasta el momento era inexiste, está fuera de control.

Con esa pequeña sinopsis, Jenny Han logra atraparte enseguida. De inmediato, quieres saber qué le pasó a Lara Jean y cómo fue que esas cartas salieron de su escondite secreto. Amé a cada uno de los personajes, aunque Margot me hace rabiar a veces.

Si el amor es como estar poseído, quizá mis cartas de amor sean como un exorcismo. Mis cartas me liberan. O, al menos, es lo que se supone que deberían hacer.

Me tumbo de lado. ¿Qué se debe de sentir al tener a un chico que te quiere hasta tal punto que llora por ti? Y no un chico cualquiera. Josh. Nuestro Josh.

Creo que ahora comprendo la diferencia entre querer a alguien de lejos y querer a alguien de cerca. Cuando los ves de cerca, ves su verdadero yo, pero también consigues ver tu verdadero tú.

Lo hago para fingir confianza, porque dicen que cuanto más finges, más cierto te acaba pareciendo.

Y estoy segura, de repente estoy tan segura de que todo es como debería ser, que no debo temer el adiós, porque el adiós no tiene que ser para siempre