Cien años de soledad

Novela cumbre del realismo mágico. Es una auténtics delicia leerla. Describe la historia de la familia Buendía. Me ha gustado mucho. Un clásuco que hay que leerse. Esta edición ilustrada merece la pena. Los dibujos son muy bonitos. Novela totalmente recomendable.

100 años de soledad de Gabriel García Márquez o la herencia cultural de América Latina

Publicada en 1967 este libro es uno de los mejores exponentes de la novela hispanoamericana y del realismo mágico. Nos cuenta la historia de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones en la población ficticia de Macondo. La historia de la familia Buendía se mezcla con hechos que ocurrieron en realidad en Colombia o que experimentó Márquez durante su carrera periodística en los convulsos años políticos de América Latina. El ejemplo más claro de esto es la masacre de los trabajadores de la compañía bananera que estaban en huelga en la novela, aludiendo a la masacre de las bananeras de 1928.

La novela tiene un ritmo cíclico, que no reiterativo, los mismos hechos se suceden en los descendientes con similares consecuencias. La única consciente de este hecho es Úrsula, la matriarca de la familia, consciente pero incapaz de romper la tragedia familiar marcada por el destino y escrito en los manuscritos de Melquiades.

Son muchos más los temas tratados en la novela como la superstición de Pilar Ternera junto al poso de la religión cristiana que crean un sincretismo que vemos en la novela con el diluvio o el uso de las cartas, la falta de fe ortodoxa y sin embargo el miedo constante al castigo por el incesto. Los fantasmas se pasean y vuelven de la muerte ya que hay una muerte en la propia muerte. La valentía en constantes guerras civiles del coronel Aureliano Buendía por el bando liberal y la corrupción política, la soledad de muchos de los personajes que preparan sus mortajas o se encierran en la casa esperando la muerte…

Es una novela demasiado amplia para tratar todos sus temas sin entrar en simbología, con Aurelianos y Amarantas que debes constantemente ubicar en el árbol genealógico para no perderte. Leerlo me ha dejado más pensativa que contenta, a pesar de lo mucho que me ha gustado leerlo, pero creo que es precisamente por su parecido y crítica con la realidad por lo que me he quedado con ese poso. Para poner un final más esperanzador, dejo parte del discurso de Gabriel García Márquez al recibir el Premio Nobel: “Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.

Una lectura especial que he disfrutado y que me ha permitido conocer el realismo mágico, del que mucho me habían hablado y que me ha atrapado. No todo me ha convencido y esperaba que me iba a gustar más de lo que me ha gustado, pero no por ello la dejo de recomendar. (Todo más detallado en el blog).


Enlace: https://lectoraempedernida88..

Un complejo libro de personajes que funciona como una matrioska. Cuenta la historia de los diferentes protagonistas, dentro de la historia de un clan familiar, dentro de la historia de un pueblo, dentro de la historia de un país.
Úrsula, la matriarca, dice que la vida vuelve siempre al mismo punto, pero no estoy muy de acuerdo. En Macondo el transcurso del tiempo es evidente, al igual que lo es en las personas que lo habitan. Macondo nace inocente bajo las leyes humanas y mágicas de sus habitantes y quiénes llegan allí de paso; luego crece y florece con los negocios que alimentan el cuerpo y el alma; se reproduce y con ello llegan también los conflictos externos a Macondo, pero también internos por cómo sus habitantes reaccionan ante los acontecimientos: las plagas empezando con la del insomnio, las guerras, el imperialismo; y finalmente cae en la decrepitud empezando con las enfermedades que la asolan en forma de diluvio de cuatro años; la demencia senil que hace que se borre de la memoria su historia; culminando con la destrucción final. En ese sentido, Macondo es un personaje más. al inicio es tan joven que hasta carece de palabras para las cosas, al final se sucumbe al orden natural de las cosas en un marco cuasibíblico, donde la novela está plagada de profecías que se van cumpliendo.
El tema de la soledad en los personajes es recurrente y triste. También es llamativo que todos ellos se vean aquejados del mismo mal cuando por la casa de los Buendía pasan tantas personas.
La vejez se ve muy bien retratada. Pese a la existencia de personajes con el cariz de Matusalén (llega a decirse de algún personaje que tiene más de 140 años), la impresión que me dio fue que nuestro momento es la juventud, el resto es el limbo o el infierno, y lo peor es que dura mucho.
Me gustó también la crítica social a varias instituciones: a la invasión imperialista que trae un progreso efímero y una muerte inevitable.
La iglesia aparece bajo un prisma muy negativo y siempre en oposición a las leyes de la naturaleza humana, las del espíritu de los fundadores de Macondo. Solo hay que fijarse en que cuando Fernanda se hace cargo de la casa con sus normas tan férreas, resulta que la casa está descuidada por completo como se deduce cuando por fin se revuelve la casa para limpiarla a fondo.
Y, sobre todo, la novela es una crítica a la familia: esa familia contaminada por un hado representado por el bebé con cola de cerdo, en el bebé que manifiesta físicamente la decadencia del ser humano y de esa familia incapaz de comprender al otro, donde todos se ven obligados a pasar por fases introspectivas en el cuarto de Meliquíades: ese útero con todo lo espiritual (los pergaminos) y lo humano (las vasenillas) donde varios de los personajes se encierran en busca de un renacimiento personal. al final, la iluminación, el código resuelto es el destino trágico de todo un pueblo.
Por último, hay que señalar que el libro no es tan confuso como se dice. Si bien se repiten muchos nombres, hay ligeras variaciones para reconocerlos, y como cada episodio de 25 páginas se centra principalmente en la historia de uno de los personajes, con el árbol genealógico basta. Sí es cierto que su lectura es exigente porque en cada párrafo se narran muchos acontecimientos, lo cual también hace que el libro consiga absorber al lector a un nivel tan íntimo. Durante su lectura, cuando me despedía de algún amigo, les advertía: “me voy a Macondo”. Me gustó el tiempo que pasamos juntos.

Gracias a varios retos literarios (Popsugar #9: libro que contenga un árbol genealógico, #28: libro con realismo mágico; ·24retosdelectura #10: un número en el título, #24: libro que contenga al menos una muerte y un nacimiento; Retópata #21: libro protagonizado por varias generaciones de la misma familia) he tenido la oportunidad de conocer este clásico moderno de la literatura en habla hispana. Este año ya he releído otra de sus obras, bastante más breve y esa larga extensión ha sido una razón importante para que resultara en ocasiones monótona, la repetición de un nombre propio en varios personajes no ayudó a disminuir esa confusión, a pesar de que los capítulos de realismo mágico, que resultaban creíbles a pesar de su irrealidad hicieran lo posible para amenizar el relato. Puede que dentro de un tiempo vuelva a Macondo para revisitar la historia de la familia Buendía...

Gracias a varios retos literarios (Popsugar #9: libro que contenga un árbol genealógico, #28: libro con realismo mágico; ·24retosdelectura #10: un número en el título, #24: libro que contenga al menos una muerte y un nacimiento; Retópata #21: libro protagonizado por varias generaciones de la misma familia) he tenido la oportunidad de conocer este clásico moderno de la literatura en habla hispana. Este año ya he releído otra de sus obras, bastante más breve y esa larga extensión ha sido una razón importante para que resultara en ocasiones monótona, la repetición de un nombre propio en varios personajes no ayudó a disminuir esa confusión, a pesar de que los capítulos de realismo mágico, que resultaban creíbles a pesar de su irrealidad hicieran lo posible para amenizar el relato. Puede que dentro de un tiempo vuelva a Macondo para revisitar la historia de la familia Buendía...

Simplemente increíble, puede que sea algo confuso pero vale totalmente la pena.
Desde lo únicos que son los personajes hasta los eventos históricos que ocurrieron en Colombia, también en como se relaciona todo lo anterior con el realismo mágico. Lo amé.

Antes de empezar, testamento firmado, aclarar que mis impresiones no son la verdad absoluta ni lo pretenden, no aseguro, ni pido disculpas.

"Demos a los cuerdos de su propia medicina, una parte de locura y tres de confusión" ( 091, fragmento de la canción "Huellas")

Alicia, excomulgada del país de las maravillas es transportada por miles de hormigas caníbales y renace en una cienaga con su nuevo nombre. Macondo.

A diferencia de las fantasías de Carroll, las de Márquez, pese a insólitas, son reales y teje una historia de soledad, de errores, obstinaciones y huidas que de forma cíclica se repetiran una y otra vez.

Cuando leí el primer capítulo, tuve que volver a empezar, no era consciente pero el maldito Márquez ya me había clavado el puñal, después solo lo fue retorciendo más y más y yo, rendido, deleitarme en la locura de su prosa.

La narrativa de Cien años de soledad es una obra arquitectónica con infinidad de detalles, de piruetas, música, poesía, perfecta en su composición y ejecución.

Si fuera poco esto, el inicio de los capítulos, el primero con el hielo, el del coronel, las 32 batallas, el de los 4 meses lloviendo, son aplastantes.
Me he sentido atropellado de principio a fin.

No, no soy ni seré capaz de entender la obra en su totalidad, dudo que haya ser humano capaz.
En su inmensidad, hay ricones detrás de otros rincones y en mi lectura, mariposas amarillas revoloteando alrededor.

Una obra escrita de manera magistral, de una Latinoamérica más profunda, que puedo imaginar, pero no oler (sé a que huelen mis pinos, tierra y lodos, pero cada lugar tiene su olor) y estoy en clara desventaja.

El aislamiento, el olvido, la culpa y una novela que da a los cuerdos de su propia medicina.
Una maravilla.

¡Un ejército de mariposas amarillas que me acompañarán por siempre jamás!

A veces hay obras que no es necesario que te gusten para saber que lo que has leído es una auténtica obra de arte. Esto ocurre con Cien años de soledad.

Cien años de soledad arranca con la fundación de Macondo, un pueblito ficticio presumiblemente situado en Colombia cerca de Riohacha, este si un pueblo real. Cuando Jose Arcadio Buendía mata a Prudencio Aguilar porque este se cachondeo de su virilidad, el fantasma del segundo atormentó a Jose Arcadio Buendía durante meses. Fue así como Jose Arcadio decidió irse con su mujer Ursula Iguarán y otros vecinos buscando un nuevo pueblo que habitar. Así se funda Macondo y comienzan los cien años de soledad de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones.

Cien años de soledad es un libro redondo. Una historia novedosa, con unos personajes complejos pero redondos, unas escenas inolvidables, el pueblo literario más legendario de la literatura mundial; y todo esto bajo el marco y la influencia del realismo mágico. Y es que cualquiera que no haya leído nada de este género podrá pensar que este tipo de género es una fantasía poco explotada, pero no tiene nada que ver. El realismo mágico que trae a escena García Márquez es de una sutileza bellísima. Es como si el entorno se manifestase ante los hechos que ocurren. Yo nunca había leído nada de este estilo y tenía prejuicios ante este estilo narrativo, pero tengo que decir que me ha maravillado.

Hay libros que todo el mundo debería darles la oportunidad de intentar conocer. Este es uno de ellos. Sé que a muchos no les gustará o no estarán en el momento perfecto de leerlo. Pero os puedo asegurar que si lográis conectar con la historia, os espera uno de los viajes literarios más apasionantes de vuestra vida lectora.

Cien años de soledad trata un siglo en la vida de la familia Buendía, cuyo patriarca, José Arcadio Buendía, fundó el pueblo ficticio de Macondo, en Colombia. La novela es considerada una obra maestra de la literatura latinoamericana.

La historia es narrada por un narrador omnisciente ya que los hechos están contados en 3º persona, el narrador no participa en los hechos y él sabe lo que sienten y piensan todos los personajes todo el tiempo.

Esta novela pertenece al "realismo mágico" una de las tendencias más originales de la narrativa hispanoamericana contemporánea porque integra elementos mágicos, fantásticos y reales.

Me parece un libro muy original, donde cada personaje tiene su propia historia, sus propios sentimientos, pero lo que a todos les une es LA SOLEDAD, esa que aunque estés rodeado de personas piensas en lo que te hace falta, que muchas veces sus vidas podrían haber sido sencillas pero No lo fueron, todo lo contrario, la novela transmite lo "vacíos" que están los personajes, que tienen pocas ilusiones, que se contradicen, que lo mismo aman que odian, vamos una "montaña rusa de sentimientos".

Que al final de una generación completa te quedas con el sentimiento de que ahí nadie ha sido feliz, de que todo queda destruido, que todo lo que habían construido poco a poco se fue perdiendo, sobre todo a manos de uno y otros, y de que ya no queda nada, sólo silencio, polvo y sobre todo SOLEDAD.