La casa de los niños

Debo decir que la historia, a pesar de ser dura, no me ha llegado a conmover. No sé si el excesivo respeto, con que el autor la ha tratado, ha enfriado el desarrollo de su narrativa, pero pensé que me iba a tocar más la fibra sensible.
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La historia no la conocía y me ha encantado saber de ella. Ambientada en los Países Bajos, nos va a dibujar cómo se vivió allí la invasión de la Alemania nazi y la persecución contra los judíos que vivían en paz.
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Cuando comenzamos la lectura, te incita a seguir, y más, al descubrir que en su estructura tiene capítulos cortos que dan una mayor agilidad.
Sin embargo, la gran cantidad de personajes que salen en la obra, algunos prácticamente desdibujados y otros más recurrentes, junto con la confusión que me provocaba la multiplicidad de narradores sin identificar, me provocó que en ocasiones me liara bastante y me saliera de la historia.
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¡Qué pena!, porque mira que la idea es muy buena y en eso debo aplaudir la iniciativa del autor.
Me hubiera gustado más si me hubiera indicado el personaje narrador a principio de capítulo, porque el descubrirlo casi al final no te genera empatía con la acción.
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Resumiendo: la historia, muy buena, la documentación y labor de investigación del escritor, loable, pero me falla la manera de narrar. Creo que si hubiera estado planteada de otra manera y con un poco más de emoción, dotar a los personajes con más sentimientos, así como la forma de relatar, me hubiera gustado más.
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Aun así, es un bonito homenaje a esas personas que dieron sus vidas por salvar a otras en pro de la defensa y la libertad humanas, y nos lleva a una profunda reflexión de otro momento de la Historia que no debería volverse a repetir.

Que me gustan los libros históricos es algo que está claro. Que el período sobre el que más leo es la segunda guerra mundial, es más que evidente. Que las historias de la gente que no se resigna son lo mío es algo un poquito más difícil de saber, pero creo que ya lo he manisfestado.
Un libro sobre una forma de resistencia al régimen nazi en los Países Bajos ocupados y que ayudaba a los niños (esos que son los menos culpables de aquello que pasa a su alrededor, pero que por desgracia son víctimas demasuado habituales) tenía todas las papeletas para que lo disfrutase. Pues no ha sido así. Es más, ha sido una gran decepción...

En este libro me he encontrado dos inconvenientes fundamentales. El primero y que más me ha entorpecido su lectura fue la forma en que está escrito. Los capítulos son cortos y están narrados en primera persona por uno de los personajes principales. Hasta ahora genial. El problema surge cuando no sabes quién es el que está relatando su historia. No hay indicaciones de quién es el narrador al principio de cada capítulo y tampoco encontraba diferencias en la forma de expresarse (cosa, por otra parte poco verosímil debido a los diferentes niveles educativos que hay entre ellos). Esto al principio, cuando no conocía a los personajes, suponía que algunas veces tuviese que releer algunas páginas ya que me sentía perdida en la lectura.

Mi otro problema es más subjetivo, ya que el libro no es lo que esperaba. Yo creía que se iba a centrar más en la casa de niños y cómo consiguieron salvar a más de 600 niños judíos de la muerte segura que les esperaba en los campos de concentración a los que iban a ser deportados. En la red y la labor de los tres héroes que salvaron todas estas vidas. Pues pasa muy por encima, da nociones de su funcionamiento pero no entra demasiado en detalle centrándose más en lo que sucede a su alrededor y en una familia judía cuyos hijos pasan por la casa...

No es un mal libro, está muy bien documentado y es muy sencillo de leer si obviamos el "problemilla" que tuve con los narradores. Es solo que me pareció que no explotaba el potencial que tenía y se quedó corto en la historia...

2/4/23
Lectura conjunta del grupo de histórica.Cuando a todos nos dicen del holocausto nos viene a la cabeza Polonia y los campos de concentración.Y cabe recordar que fueron muchos los países ocupados con gran mayoría de población judía.
En este libro nos cuenta él episodio de esa barbaridad en los Países Bajos,la misma brutalidad de personas que habían sido amigas hasta la fecha.Personal que por arte de.magia les lavaron él cerebro y cambiaron de manera de ver las cosas.
Nos cuenta ,las vidas de unos cuantos personajes ,que fueron de ellos ,y que papel tuvieron en esta historia real,que fue la.salvación de cientos de niños judíos.
Narra las historias de los que intervinieron en este proceso,con distinto desenlace.
Muy buen libro,y además este tipo de libros se deberían leer en escuelas,ya que lo que ocurrió ,nunca debe repetirse.Ninguna persona es mas que otra persona,todos somos iguales.Recomiendo esta lectura al 100%.Muchas gracias.

Antes de todo dar las gracias a Mario por la delicadeza con la que ha tratado la historia.
Siendo unos hechos desgarradores, consigue con mucha sutileza contarnos la vida de un grupo de héroes que se jugaron la vida para salvar a más de seiscientos niños de una muerte segura.

Ha sido fantástico leer un libro también documentado, donde no he dejado de aprender. Con unos personajes entrañables, humanos y muy valientes, con los que no puedes evitar empatizar.

No cabe duda que el corazón lo tendrás encogido durante todas sus páginas.
Es increíble lo que puede llegar hacer el ser humano, sigo sin poder entenderlo.

" La casa de los niños"
@marioescobar.oficial @edicionesb_es

Enero 2022
Película perfecta

Esta es la historia de personas que decidieron hacer el bien a fondo perdido, sin réditos, sin esperar que les fuera devuelto. Sabiendo que su vida estaba en juego y efectivamente algun@s la perdieron.

Esta es la historia de personas que, de modo individual, supieron que no podían quedarse quietos ante la barbarie.

Henriëyte H. Pimentel, Walter Suskind y Johan van Hulst, con la ayuda de otros muchos neerlandeses , consiguieron poner a salvo a 600 niños judíos que esperaban con sus familias el exterminio sin ellos saberlo.

" En la vida me ha tocado el papel de oficial de las SS pero cuántas veces me he preguntado qué hubiera pasado si el destino me hubiera puesto en una familia judía"
( F. aus der Funten)

Mil veces he reflexionado sobre cual habría sido mi comportamiento si hubiera vivido tal o cual situación.
¡ Somos una caja de sorpresas para nosotros mismos!

Como si de un documental novelado se tratara nos llega el sufrimiento, la resignación, la rebeldía, y la importancia del sentir que "estás en casa" de unos personajes con "aura" que luchan por no perder su humanidad.

El bien y el mal, la ética, la posibilidad de elegir son también personajes de esta novela.

Un estilo diferente el de M. Escobar.
Tendré que leer más a este autor para ver si solo es parte de esta historia aunque me da que es "marca de la casa".

" Ya no experimentaba tristeza o alegría, notaba el corazón frío".

Pues al revés os dejará el corazón esta historia basada en la más pura realidad de la 2GM.
Veremos que en momentos difíciles siempre hay personas dispuestas a darlo todo por los demás.

Preciosa historia Mario, gracias por traerl@s a mi vida .

«Haz tu trabajo y las cosas te irán bien, pero deja al resto que cumpla con su destino».
 
Dónde se queman libros se terminan quemando personas. Heinrich Heine. Sí, se quemaban libros y se destrozaban bibliotecas, privadas y públicas, librerías, pequeñas y grandes, y la policía, no podía hacer nada. La persecución cultural que emprendió Hitler sorprendió, pero luego, y esto es lo terrible, profesores y miembros de las SS, marcaron el inicio de la censura y la persecución de intelectuales, periodistas, novelistas y poetas. El valor de la palabra escrita asusta a los poderosos, no vaya a ser que el pueblo llano, borregos que siguen la voz del amo sin reflexiona nada más, un día lean y descubran que la realidad no es tal como se pregona.
 
 
Cuando uno lee novelas como La casa de los niños, y yo que tengo el placer de compartirla con mi hijo mayor y descubrir sus primeras impresiones, me doy cuenta que lo que más le asusta es saber que los nazis eran seres humanos. Y el alcancé de este pensamiento es aterrador. Y cuando empiezas a narrar aquellos oscuros años de terror, crueldad y miedo, la mirada se fija en un solo hombre, Adolf Hitler, ¿quién fue?, ¿cómo acumuló tanto poder?, ¿cómo consiguió que una nación fuese capaz de tal atrocidad?, ¿Por qué los judíos no hicieron nada? ¿Qué sintió Gran Bretaña cuando descubrió el horror? Ellos cerraron las vías de escape a Jerusalén a miles de judíos. ¿Y Estados Unido?
Adolf Hitler no era de familia pudiente, ni su padre un gran político, era funcionario de aduanas y él hubiese seguido sus pasos sino fuese porque tenía otros planes para su futuro, quería ser artista. Fue un mal estudiante, con problemas de aprendizaje y, creo recordar, que repitió curso y fue expulsado de la academia de arte de Viena.  
                Cuando le relaté a mis hijos que aquel hombre, que dijo a una nación qué hacer con los judíos y todo aquel que no cumpliera con los rasgos arios, despejaba las calles de nieve para ganarse unas perras, acarreó maletas y fue obrero de la construcción, no daban crédito. Quizá fuese en ese momento que detecto a sus grandes enemigos, la gente pudiente y con dinero, la mayoría judía.  
                La Primera Guerra Mundial le descubrió la vida militar, el patriotismo que alimentó su campaña y sus años de barbarie. Lo gracioso, es que, en aquella época, hubo dos etiquetas significativas, Histérico y no apto para el mando, leí que ponían sus expedientes. Esto demuestra que, aunque fuera un hombre de pocas cualidades, hace veraz esa frase motivadora de psicología positiva, sí quieres puedes. Cuando acabó la guerra con la derrota de Alemania, descubrió su verdadera vocación, la política. Hitler dijo al pueblo alemán lo que quería escuchar, le dio un enemigo de piel y huesos al que culpar de sus desgracias, al que vencer para aumentar la autoestima. Los primeros años ofreció su mejor cara con un gran discurso de prosperidad, la mejor versión de sí mismo, visualizando en su mente su verdadero objetivo, rodeándose de grandes mentes y teniendo claro que no había límites para él.
 
«Prefiero morir a vivir de rodillas».
 
                María Escobar nos recuerda que no todos los alemanes fueron nazis, que algunos decidieron cambiar el curso de la historia con sus hechos. Aquí tenéis la odisea, real, de personas que salvaron a más de seiscientos niños en el momento más feroz del nazismo. Pero también descubriréis qué llevó a alemanes normales a convertirse en seres perversos.
 

¿Puede que dentro de la miseria humana existan personas que arriesguen su vida por darles una mínima esperanza a los demás?
Este libro me ha emocionado. El saber que está basado en una historia real y que esto sucedió de verdad hace que sienta una profunda admiración hacia todas las personas de la red de la casa de los niños, poniendo en riesgo sus propias vidas a diario para conseguir salvar aunque fuese a unos pocos. Obviamente nunca serán suficientes, pero a los que se consiguieron salvar ya es todo un triunfo.
Me ha gustado mucho la manera de escribir del autor, contándonos todas las historias de la mano de los diferentes personajes, que de un modo u otro acaban entrelazando sus vidas.
Tengo que destacar que es un libro duro por el tema que trata, pero el autor lo trata con el máximo respeto y no se recrea en las desgracias de los personajes.
Me parece un libro muy necesario para no olvidar la historia. Creo que es importante conocer lo que padecieron estas personas por el simple hecho que alguien decidiera que eran inferiores y su vida no tenía valor.

La casa de los niños nos habla de una historia real llevada a cabo durante la segunda guerra mundial, cuando varias personas decidieron arriesgar sus vidas para salvar las de muchos niños judíos a través de un peligroso plan que consistió en borrarlos de los registros de una guardería en la que estaban temporalmente mientras sus familias esperaban a ser deportados en trenes hacia campos de exterminio, y llevarlos junto a familias holandesas durante un tiempo hasta que pudieran reencontrarse, si fuera posible, más tarde con sus padres.
Una historia conmovedora, donde nos enseña cómo, a pesar del peligro que corrían estos héroes al enfrentarse al régimen alemán, no dudaron en proteger y cuidar a esos pequeños.
La historia es dura, ya que tuvieron que dejar muchos atrás y elegir quiénes, por parecer arios, podrían intentar salvarse.
He devorado la historia, el autor sabe transmitirnos la crudeza pero también el heroísmo y esperanza de los protagonistas.
Además nos cuenta la historia de una de esas familias judías y como hacen todo lo posible por escapar de esa cruda realidad.
Una historia conmovedora, realista que te hace sentir muchas cosas.
La he disfrutado mucho y para ser el primer contacto con el autor he quedado muy contenta y seguro leeré más obras del mismo.
Enlace: Http://www.instagram.com/lab..

En Holanda ondea la bandera nazi y miles de judios esperan el día de su deportación.

El profesor Johan van Hults es testigo del miedo y las malas condiciones en las que esperan los niños judíos así que decide hacer algo al respecto pues no puede quedarse impasible. Asi que contactara con varias personas y junto a ellos diseñaran un entramado de pasadizos secretos para intentar salvar a los niños.

🔷 Hoy os traigo este libro en el que el autor, a través del relato de una familia sefardí, nos cuenta la historia real de unas personas que salvaron a más de 600 niños.

Una historia dura, en la que vemos lo peor de lo que es capaz el ser humano pero también lo mejor, la de esas personas que se arriesgaron por salvar a todos los que pudieron.

Veremos parte de lo que se vivió en los Países Bajos con la invasión nazi y todo ello a través de gran parte de personajes reales o inspirados en personas que vivieron aquello.

Una historia muy bien documentada y que nos hace no poder soltar el libro, pues con sus capítulos cortos y como van ocurriendo los sucesos, me mantuvo espectante y deseando saber que pasaría y como saldria todo, pues muchas veces, las cosas se complican un poco.

Siempre es un placer leer al autor y conocer un poco más de los sucesos que ocurrieron en aquella época en diferentes sitios.

Las novelas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial siempre me atraen poderosamente y es que, como ya sabéis, es uno de mis períodos históricos favoritos y posiblemente el más recurrente en mis lecturas así que cuando vi esta novela basada en hechos reales, cuya historia comparaban con la de Oskar Schindler, no tuve ninguna duda y a por ella fui. Hoy os hablo de la casa de los niños.
Corre el año 1942 y los Países Bajos se encuentran bajo el dominio nazi. En Ámsterdam se establece el teatro Hollandsche Schouwburg como centro en el que los judíos de todo el país aguardan para ser deportados. Frente a ese teatro hay una guardería cuya directora, Henriëtte Pimentel contactará con el director de ese centro de agrupamiento, el judío Walter Süskind, para intentar que los niños que allí permanecen reciban un mínimo de cuidados. Ambos, junto con el profesor Johan van Hulst, diseñarán un entramado con el que conseguirán salvar la vida de cientos de niños.
La casa de los niños se divide en tres grandes partes subdivididas a su vez en prólogo y capítulos de corta extensión y abarca el período comprendido entre 1942 y 1945, más un epílogo que avanza hasta 1971. Salvo el prólogo, donde Mario Escobar utiliza un narrador en tercera persona, todos los capítulos corren a cargo de distintos narradores protagonistas que se van alternando para dar conocer al lector sus propias vivencias desde puntos de vista muy distintos. Normalmente el narrador protagonista es una figura arriesgada, pero que bien llevada, implica al lector de forma vívida en la trama y aquí me encontré con el primer escollo en esta lectura: imposible conocer al inicio de cada capítulo quién estaba hablando ya que todos y cada uno de los narradores se expresan exactamente igual independientemente no solo de su condición personal, sino que tampoco a través de su narrativa trasladan al lector sus distintos estados de ánimo.
Un tema no solo interesante, sino que podía haber estado cargado de emoción naufraga en una ejecución carente de tensión en la que las diferentes historias narradas no guardan cohesión alguna y en la que prosa y el vocabulario traspasan la línea que separa lo sencillo de lo básico. Sé que, llegado este punto, y os aseguro que podría seguir, os estaréis preguntando por qué continué con la lectura y creedme si os digo que me arrepiento, pero lo cierto es que esperaba tanto de la historia que en todo momento confiaba en que remontara, en que mejorara… Obviamente me equivoqué y para cuando quise asumir mi error el final estaba demasiado cercano.
Nunca es plato de gusto reseñar un libro que no nos ha gustado ni convencido en ningún aspecto, pero como siempre os digo en estos casos esto no deja de ser nada más que una opinión personal y a buen seguro encontraréis otras opiniones muy distintas a la mía.

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