No me acuerdo de nada

En general me ha gustado mucho este libro y lo he leído rapidísimo, porque Nora Ephron es tan ingeniosa y divertida que te cautiva y te atrapa. Y está claro que ella lo sabe.
Y creo que quizás este es el punto que no me ha terminado de convencer sobre este libro en el que la autora relata -con su característica sencillez y honestidad- anécdotas de su propia vida, que sirven para reflexionar sobre algún tema, ridiculizarlo o simplemente hacerte reír; pero también ha habido algún capítulo que no me ha aportado nada, ni me ha hecho gracia, simplemente me ha dejado indiferente. En ciertos momentos esta lectura me ha recordado a cuando leí The White Album de Joan Didion y me pareció pretenciosa y pedante, siempre hablando de la gente famosa que había conocido, de lo intelectual e importante que era, etc. Pero, al menos, en No me acuerdo de nada estos nombres de famosos y esta presuntuosidad constante sí que servían para hacer autocrítica o para tratar algún tema o momento de su vida concreto, como su relación con su madre o sus hermanas.
Aún así, me encanta su estilo simple y directo y que hable sin pelos en la lengua de todo lo que le apetece; y volveré a leerla y a ver sus películas mil veces más.

A través de sus memorias, Nora nos envuelve en mini relatos divertidos en los que incluye anécdotas y su propia opinión sobre temas tan diversos como podría ser la adicción al Scrabble online o su primer trabajo tras graduarse gestionando el correo en un gran periódico de Nueva York. 💭

La verdad que me ha gustado mucho la forma de narrar de la autora, pero aún más el humor y la ironía con los que trata los problemas a los que se ha ido enfrentando en su vida. Leerla ha sido como sentarse con una amiga y que te cuente sus historias, divertida y amena. ☕

Nora me ha caído genial, su forma de narrar me ha encantado, y ahora quiero, y necesito, leer más de esta gran autora que nos ha dejado un legado increíble. ❤️‍🩹
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Tenía muchas ganas de adentrarme en el mundo de Nora Ephon, y la pasada Feria del Libro de Madrid fue el momento de hacerme con este libro.
Nos encontramos con 22 historias cortas en las que la autora,cineasta y periodista sabiendo ya que estaba enferma y que posiblemente fuera de lo último que publicaría. A lo largo de estas pequeñas historias nos introduce en pasajes de su vida, nos da consejos para afrontar esta y también nos hace reír con muchas de sus anécdotas.
Jugando con el hecho de que debido a su edad se está quedando sin memoria y hay muchos hechos de su vida que apenas conoce, nos narra anécdotas de su vida pero todo con un tono humorístico y divertido a la vez que realiza reflexiones profundas sobre lo que significa hacerse mayor y llegar a la vejez.
Ephron tiene un tono directo y sencillo, y consigue crear una atmósfera en la que da la sensación de que estamos teniendo una conversación con una amiga o un familiar.
Es un libro muy cortito (176 páginas) y muy refrescante que se lee de manera muy amena. El libro perfecto para desconectar y empezar las vacaciones de verano.
Además de a una autora he descubierto la figura de Nora Ephron, guionista y directora de entre otras muchas películas de Cuando Harry encontró a Sally o Tienes un email. Esto me ha sorprendido mucho y me ha gustado descubrir a esta mujer tan interesante.

Directora, productora, escritora, guionista y periodista. Nora Ephron empezó su carrera escribiendo en periódicos, un trabajo que nunca abandonó. No me acuerdo de nada es una recopilación de artículos donde hace un repaso de su vida pasada y presente, personal y profesional desde el humor y una sinceridad a ratos desgarradora que deja entrever una inteligencia (y una personalidad) fuera de serie. Leer este libro no me ha cambiado la vida, lo sabía mientras lo leía y soy plenamente consciente de ello ahora. de hecho, no acabo de entender este concepto (por lo menos cuando pienso en mí). Pero también es verdad que a medida que avanzaba, la admiración por Nora Ephron iba en aumento. Me ha sorprendido la diversidad de los artículos, lo bien que escribía y la honestidad con que lo hacía. Lo puedes leer de inmediato o puedes dosificarlo, se disfruta de las dos maneras porque no es pesado; es superficial y profundo, es personal y completamente brillante y lo más seguro es que te deje con el corazón un poco encogido –o quizás soy yo que me parece que el paso del tiempo me está ablandando en contra de mi voluntad-. Sea como sea y lo hagas como lo hagas, léelo, vale mucho la pena.

¿Necesitas un libro breve? ¿Una obra para colar entre dos lecturas densas? ¿Unas páginas que te hagan emocionarte, pero también sonreír y hasta reír? Pues creo que lo he encontrado.

No me acuerdo de nada (Libros del Asteroide, 2022), de Nora Ephron (1941-2012), fue la última obra que publicó y, en ella, recoge distintos momentos de su pasado, sus alegrías y fracasos, el paso del tiempo y sus huellas o todas esas pequeñas cosas que forman nuestra cotidianidad. Tan única. Tan igual a la de cualquier otro ser humano. Siempre con humor. Sin perder, ni permitir que perdamos, la sonrisa.

Nora tuvo una vida fascinante. En su juventud,conoció a Eleanor Roosevelt. Creció entre dramaturgos que escribieron guiones para personajes como Katherine Hepburn. Fue becaria en la Casa Blanca de Kennedy. Estuvo casada con Carl Bernstein, el periodista que, junto con Bob Woodward, descubrió el escándalo del Watergate. Escribió películas que han pasado al imaginario colectivo como Cuando Harry conoció a Sally (1989) o Tienes un email (1998). Incluso un pastel de carne llevó su nombre. Y, pese a todo ello, nos sumergimos sus páginas y nos sentimos parte de ella. O que ella es, en realidad, una parte de nosotros.
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Si no puedes ser feliz limpiando los platos, no puedes ser feliz.

Esa frase me desgarró tanto que pensé ponerla en mi piel, pero ¿le hago justicia?

Si nunca me conformo, si no he terminado el contrato de alquiler de una casa y ya estoy buscando la siguiente, a ver si en esta los vecinos son tranquilos, si dura el agua caliente…

¿Realmente necesito tatuarme una lección que de tanto pensar cómo ilustrarla y en qué hueco del cuerpo plasmarla ya se ha grabado en la mente?

Me la tatuaría para poder releerla cuando la necesite, cuando los nervios me impidan pensar algo tan simple como contar hasta tres antes de responder mal a un cliente.

Si no puedes ser feliz cortando jamón (finito, pero que no se rompa), no puedes ser feliz. Puede parecer un consejo o una amenaza. Todo depende de cómo lo leas. ¿Pero de qué me vale? Si la uniformidad elimina todo rastro de identidad, oculta toda tinta que no sea blanca nada, marrón mierda o verde dinosaurio.

¿Está bien tatuarme la frase de una autora que no he leído más que mencionada en el libro de otro autor (Plantéate esto, de Chuck Palahniuk)?

No sería la primera vez que hago algo así. Tengo tatuada una frase de Green Day que no sabía que era de Green Day. Para mí, Jesus of Suburbia y la frase I don't care if you don't care era, es y seguirá siendo de Hellions.

Total, que no se puede ser tan poser dos veces, que tenía que adentrarme en la autora antes de pensar en tatuajes.

Y qué gran decisión.

La que no fue tan buena fue empezar a leer “para ver si me entra sueño, que ya son las dos y mañana toca madrugar.”

Porque lo que pasa con Nora es que parar de leer no es tan fácil como cerrar el libro. Su voz resuena. Es esa amiga que no quieres que se calle nunca, que siga criticando, que disfruta especialmente de su plato cuando tiene cerca a un comensal del que reírse.

Nora resulta interesante hasta cuando habla de enredos entre famosos que no conoces. Como leer los carteles en un zoo, con nombres en latín que se te olvidarán nada más te encuentres con el siguiente, pero divertido.

Nora hace de los fracasos una anécdota y de cualquier anécdota una lección, aunque no la pidas. Nora da hambre y quita sueño.

No me acuerdo de nada me recuerda a esa serie documental de la que no me acuerdo del nombre y no voy a buscar, pero bueno, era esa en la que se supone que el capítulo iba a ir sobre un risotto y acababa por investigar el efecto mandela y las conferencias alrededor de esto hasta que, cuando ya te has olvidado del tema principal, te vuelve a hilar el risotto de su abuela. Se parecen en la naturalidad con la que se pasean entre los extremos del relato.

Hablaría de los fragmentos en los que te hace reír cuando realmente tenía la intención de hacerte llorar, como el capítulo en el que Nora fue un pastel de carne, o en el que tuvo una relación complicada con el Scrabble o ese otro en el que habla de su cortísima (e innecesaria) vida como heredera. Pero temo que, si Nora lo viese, me criticaría. Porque a una minimalista no se le expone por fascículos, se le lee de un tirón.

Este fue el último que escribió antes de morir y el primero, pero no el último, que leeré de esta autora que, como bien dicen, es un género en sí misma.

Y bueno, como diría Palahniuk: bendita seas, Nora Ephron, que una de tus muchísimas tumbas esté siempre en mi cabeza.

En esta pequeña novela Nora nos cuenta muchas anécdotas y situaciones de su vida, todo con un sentido de humor que te lleva a reirte en más de un momento.
Es capaz de dibujarte una sonrisa incluso contando algunos aspectos de su vida que son bastante tristes.
Nora Ephron fue una guionista, directora de cine, productora, periodista, novelista, ensayista y dramaturga estadounidense. Entre sus obras más exitosas está Cuando Harry conoció a Sally, de la que fue guionista.
Fue también guionista de la serie “Embrujada”, aunque comenzó siendo periodista, empezando desde lo “más abajo” dentro de un periódico.
Seguro que no cuenta ni una décima parte de sus vivencias, pero con lo que nos muestra es suficiente para llamar la atención de cualquiera.
Consciente del mundo machista en el que vivía(en los 60 más aún), del negocio salvaje al que pertenecía, no tiene pudor para contar lo que vivió sin tapujos.

¡Hello my darlings! Primera reseña del año, aunque ya llevo leídos algún libro más. Se trata de “No me acuerdo de nada” de Nora Ephron, traducido por Catalina Martinez Muñoz y publicado por @librosdelasteroide

❄️ Este es un cortita, no sé si llamarlo autobiografía, ensayo o memorias…, que para poder hablaros de él, es necesario conocer algo de la autora, fue escritora, periodista, guionista y directora de cine, de películas como “Harry encontró a Sally” o “Tienes un email”, hija de dramaturgos, creció en un ambiente rodeada de cineastas y personas influyentes, en una familia acomodada.

❄️ En estas páginas nos vamos a encontrar anécdotas, opiniones y reflexiones de la vida de la autora, unas divertidas o otras conmovedoras, que se podrían contar perfectamente en una cena con amigos.

❄️No llevan un orden, ni tienen un nexo en común, habla de envejecer, un ensayo sobrecogedor sobre el teflón que me ha impactado, de un plato de cocina que lleva su nombre en un restaurante, del trabajo, de cómo las mujeres fueron haciéndose un hueco en el mundo periodístico, las quejas en silencio, de internet, de cómo ha llegado un momento en el que en cualquier conversación con amigos se recurre al móvil, a Google, para consultar cualquier duda que surja, la gente ya no chasquea los dedos y dice ¡ya me acuerdo! Se pierde improvisación. Habla del éxito y por supuesto, del fracaso.

❄️Muy recomendable para todos aquellos lectores que no les gusta la no ficción y para todos los demás, por ser muy curioso.
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No me acuerdo de nada de Nora Ephron
¿Cómo llegué a este libro? Me crucé con él en ebiblio Madrid. Conocía a Nora por el cine, pero no había leído nada de ella. (1941–2012)

No me acuerdo de nada es su último libro, escrito cuando ya sabía que padecía leucemia, publicado en 2010, poco antes de su muerte a los 71 años.

Son 22 historias cortas en las que nos va contando situaciones, anécdotas y sentimientos personales, con mucho sentido del humor. Empezando por el título, un guiño a su pérdida de memoria por su vejez.

Reseña completa en mi blog:
Enlace: https://www.cruzromon.com/no..

Necesitaba una lectura ligera y cortita y me topé con esta en Ebiblio. No conocía a la autora ni al libro, pero el título captó mi atención. Una búsqueda rápida en Internet me reveló que la autora era la directora de "Tienes un e-mail" y "Julie & Julia" y la guionista de "Cuando Harry encontró a Sally" y esto terminé de convencerme.
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Ahora ya sé que la estadounidense Nora Ephron fue novelista, guionistas, directora de cine, productora, periodista, ensayista y dramaturga. Además de inteligente, divertida, irónica y muy ingeniosa.
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En "No me acuerdo de nada" hace un divertido repaso de su pasado, de lo bueno y de lo menos bueno, a la vez que reflexiona sobre lo supone llegar a la vejez.
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Nora Ephron escribe muy bien. Es directa, sencilla, muy divertida y logra crear una complicidad muy agradable con el lector. Leer este libro es lo más parecido a mantener una cómoda conversación con una amiga. Una conversación en la que me ha hablado de su aversión por la tortilla de claras o su confianza en la sopa de pollo como remedio para el resfriado. En la que me ha contado sus fracasos matrimoniales o lo duro que fue empezar a trabajar en un mundo reservado a los hombres. Me hubiera encantado contarle que para mí no hay tortilla de patata sin cebolla, que comería sopa todos los días sin poner de excusa un resfriado, que también he tenido alguna relación desastrosa y que el mercado laboral sigue siendo una carrera de obstáculos para las mujeres.
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"No me acuerdo de nada" es un libro honesto, divertido y brillante, en el que la autora es capaz de mezclar lo cotidiano con lo excepcional y lo frívolo con lo más trascendente. Un ejercio de inteligencia que te deja con una gran sabor de boca.
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Nora Ephron murió tan solo dos años después de la publicación de este libro y me parece la mejor de las despedidas.