seguro que vengo mañana aquí, justo aquí, a este mismo lugar, justo a esta hora, y seré feliz recordando el día de ayer.
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seguro que vengo mañana aquí, justo aquí, a este mismo lugar, justo a esta hora, y seré feliz recordando el día de ayer.
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No sé callar cuando el corazón habla en mi interior.
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¿Por qué no decimos lisa y llanamente lo que tenemos en el corazón si sabemos que no son palabras lanzadas al viento? Y no que todos tenemos una mirada más severa de como es en realidad; pareciera que todos temieran ofender sus propios sentimientos si los muestran muy pronto...
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Sí, cuando somos desgraciados, sentimos más la desdicha de los otros; el sentimiento no se divide, sino que se concentra.
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Y te preguntas: "¿Dónde están tus sueños?". Y meneas la cabeza y te dices: "¡Qué rápido pasan los años!". Y de nuevo te preguntas: "¿Y qué has hecho tú con tus años? ¿Dónde has enterrado tu mejor época? ¿Has o no has vivido? Mira -te dices-, mira, en el mundo empieza a hacer frío".
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“¡Dios mío! ¡Todo un minuto de felicidad! ¿Acaso es poco para toda una vida humana?”
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¿Como es posible portarse tan bárbara y groseramente como él se ha portado conmigo?¡Ni siquiera una palabra! ¡Hasta a la persona más insignificante del mundo se la trata con más compasión!
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- ¡Pero que inhumano y cruel es esto! empezó de nuevo -.¡Ni siquiera un renglón! Si al menos dijera que no me necesita, que no quiere nada conmigo... ¡Pero eso de no ponerme unas líneas en tres días seguidos!
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¡Dios mío, como ha terminado todo esto!¡Qué fin ha tenido!
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¡Como hierve de amor el corazón! Es como si uno quisiera fundir su propio corazón con el corazón de otro, como si quisiera que todo se regocijara, que todo reira.¡Y que contagiosa es esa alegría!
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises