Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
¡Como hierve de amor el corazón! Es como si uno quisiera fundir su propio corazón con el corazón de otro, como si quisiera que todo se regocijara, que todo reira.¡Y que contagiosa es esa alegría!
|
Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
¡Como hierve de amor el corazón! Es como si uno quisiera fundir su propio corazón con el corazón de otro, como si quisiera que todo se regocijara, que todo reira.¡Y que contagiosa es esa alegría!
|