Mientras los dos esto decían, había tomado Cardenio la novela y comenzado a leer en ella; y pareciéndole lo mismo que al Cura, le rogó que la leyese de modo que todos la oyesen.
-Sí leyera -dijo el Cura-, si no fuera mejor gastar este tiempo en dormir que en leer.
-Harto reposo será para mí -dijo Dorotea- entretener el tiempo oyendo algún cuento, pues aún no tengo el espíritu tan sosegado que me conceda dormir cuando fuera razón.
-Pues desa manera -dijo el Cura-, quiero leerla, por curiosidad siquiera: quizá tendrá alguna de gusto.
Acudió maese Nicolás a rogarle lo mesmo, y Sancho también; lo cual visto del cura, y entendiendo que a todos daría gusto y él le recibiría, dijo:
-Pues así es, esténme todos atentos; que la novela comienza desta manera…