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Críticas sobre Voz (48)
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Lit
 14 October 2019
Nos encontramos en Estados Unidos en un futuro, a juzgar por diversas informaciones que se nos dan, no demasiado lejano. Tras las elecciones presidenciales, la situación del sector femenino estadounidense ha cambiado radicalmente: se les ha prohibido trabajar, obligándolas a quedarse en casa a ocuparse de sus familias, tienen prohibido leer libros y se les ha limitado el habla a 100 palabras diarias, controladas mediante pulseras que sueltan descargas eléctricas al sobrepasar ese límite. Las niñas llevan esas mismas pulseras a partir de los 3 meses y sus clases en el colegio se limitan a las tareas hogareñas y a saber contar.

Nuestra protagonista principal es Jean, experta en neurolingüística, quien lleva un año prácticamente encerrada en casa al cuidado de su marido y sus cuatro hijos, hasta que el hermano del presidente sufre un accidente dejándole afectada el área de Wernicke, en la que Jean es experta, y será entonces cuando se le “ofrecerá” retomar el proyecto que le obligaron a abandonar un año atrás.

El punto fuerte de este libro es la ambientación. Resulta escalofriante lo real que se siente todo lo que se nos cuenta, sobre todo porque también sabremos cómo se llegó a ese punto a través de flashbacks de la vida de la propia Jean. Se nos habla de las manifestaciones feministas, de cómo poco a poco la presencia de mujeres en el gobierno ha ido decayendo. Mientras gran parte de la población estadounidense no hacía caso o no le daba demasiada importancia, otro pequeño sector se fue fortaleciendo hasta alcanzar finalmente el poder: el Movimiento Puro.

Jean nos desvela que el presidente realmente no es el centro del problema si no que, para cuando él alcanzó el poder, todo estaba decidido a través de otra persona: el reverendo Carl Corbin, quién consigue, poco a poco y con tesón, que el conocido Cinturón Bíblico (los estados sureños donde gobierna la religión) consiga expandirse de cinturón a corsé y de corsé a traje completo, quitándole la voz a las mujeres, el derecho a decidir sobre sus cuerpos y persiguiendo a todo aquel a quién consideren impuro.

Voz no es un libro fácil de leer. Probablemente necesitaréis parar en algún momento u otro por las crueldades y brutalidades que se llevan a cabo, por las decisiones que toman algunas personas tras estas prácticas o por el simple rechazo que provocan las afirmaciones del Movimiento Puro. Hay escenas terriblemente duras y gráficas, las ganas de adentrarte en el libro y matar a ciertos personajes de manera lenta y, sobre todo, dolorosa, son realmente intensas. Voz es una lectura que asociareis toda la vida a la palabra impotencia. Eso es lo que sentimos al empezar y esa misma impotencia extenderá los tentáculos para aferrarse bien a nosotros y nos irá estrangulando progresivamente a medida que avancemos en el libro, alcanzando puntos álgidos en cada aparición del reverendo Corbin o de alguno de sus seguidores.

Ya cuando la conocemos, Jean tiene varios frentes abiertos en su propio hogar: no solo tiene que lidiar con su nueva situación si no que la preocupación por dos de sus hijos la carcome poco a poco. Sonia tiene tan solo seis años y ya hace un año que lleva la pulsera. Dalcher consigue transmitirnos perfectamente la preocupación de Jean, no solo como madre sino también como experta neurolingüística, en las carencias de aprendizaje de su hija pequeña, la desesperación al darse cuenta de que en el colegio están empezando a premiar a las niñas que menos hablan y que el contador de su hija ha permanecido todo el día a 0.

Otra fuente de preocupación es Steven, el mayor de sus cuatro hijos (la autora podría haber prescindido de los gemelos pues no tienen ningún tipo de importancia en la historia), pues Jean es testigo casi silencioso del lavado de cerebro al que se somete a su propio hijo. Las máximas del movimiento Puro son claras: la mujer está al servicio del hombre, no tiene derecho a opinar ni a decidir, su palabra no sirve para nada y cualquier comportamiento que se desmarque de las leyes del señor es castigado duramente y sin piedad.

La impotencia de Jean al ver a Steven predicando estas mismas leyes traspasa las páginas y te revuelve el estómago darte cuenta de que la protagonista siente miedo de su propio hijo.

Quizá fue así como ocurrió en Alemania con los nazis, en Bosnia con los serbios, en Ruanda con los hutus. A menudo me he preguntado eso, cómo es posible que los niños se convirtieran en monstruos, cómo aprendieron que matar estaba bien y que la opresión era justa, cómo en una sola generación el mundo pudo cambiar el giro sobre su eje hasta convertirse en un lugar irreconocible.

Vayamos ahora con los puntos que no han terminado de convencerme.

Aunque sé de qué trata El cuento de la criada a grandes rasgos, no lo he leído así que no tengo claro si en ese libro ocurre lo mismo que aquí o si, por el contrario, esa distopía es a nivel mundial. Me resulta poco creíble que en cualquier país se atente contra los derechos humanos de manera tan escandalosa y el resto del mundo no haga nada. Sí, se nos dice que las relaciones con Europa son tensas, pero ¿de verdad tengo que creerme que el resto del mundo no se ha aliado para detener esto? de verdad quiero creer que no.

Por otro lado, en el momento en el que Jean vuelve al trabajo ocurren dos cosas: enseguida nos damos cuenta de que el accidente del hermano del presidente esconde algo mucho más grande y, a la vez, descubrimos que Jean es todo aquello que persigue el movimiento Puro. Ni una ni la otra han conseguido convencerme. En relación a la conspiración oculta, la trama me ha parecido demasiado acelerada, demasiado conveniente y no he terminado de creerme que ate cabos y encuentre nuevas pistas tan rápidamente. En cuanto a Jean, es más de lo mismo, todo lo que la rodea me parece demasiado y no terminé de creerme el personaje en sí, pese a todo lo que se juega, hubo muchos momentos en los que sus reacciones no me parecieron congruentes. En su situación yo habría estado cagada de miedo y es exactamente lo que ella nos dice que le ocurre, pero no me ha parecido que sus acciones fueran acordes a ese miedo, si no que en muchos momentos actúa de manera desbocada, como si no le importaran las consecuencias.

Personalmente, el final no me ha gustado y no porque haya sido feliz o triste, sino porque, siguiendo con la estela de la “investigación” previa me ha resultado demasiado acelerado, poco creíble y con ese regusto a salida fácil que cada vez me gusta menos encontrar. Sé que puede parecer que siempre espero muerte y destrucción en según qué tipo de historias y que si no lo encuentro ya me quedo descontenta, pero no es así para nada. Lo que espero de una historia es que sea coherente y que la supervivencia o muerte de los personajes lo sea también.

Si algo he aprendido leyendo a George R.R. Martin no es solo a no encariñarme con ningún personaje, si no a aceptar que hay muertes que son inevitables, que no están ahí porque sí o para salir fácilmente del paso, sino por el bien de la historia, porque esta lo necesita y esa es la sensación que le queda al lector/a. Seguro que alguna vez os ha pasado que, tras el cabreo inicial al perder a un personaje querido, lo habéis pensado algo mejor y os habéis dado cuenta de que esa muerte era totalmente necesaria. Pues lo mismo ocurre con la supervivencia de algunos personajes que se mantienen vivos pese a todo o no sufren ninguna consecuencia. Esto es lo que encuentro más a menudo de lo que me gustaría.
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Sarita
 26 August 2019
Temática distópica muy “copia y pega” del Cuento de la criada. Esperaba como promete la portada un giro de tuerca pero no.

La acción no llega hasta el final del libro. No me ha gustado. Si no has leído El cuento de la criada puede que te agrade, si lo has hecho no pierdas el tiempo.
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Blackrose_val
 05 June 2019
Cien al día. Ni una más. Esa es la cifra de palabras que la neurolingüista Jean McClellan y el resto de mujeres tienen derecho a pronunciar cada día. Una sola palabra por encima de esa cifra y cientos de voltios de electricidad recorrerán las venas de cualquier mujer que se atreva a sobrepasarla. Ese es el mandato del nuevo gobierno. Los libros les han sido prohibidos, sus cuentas bancarias han sido transferidas al hombre de la familia más cercano y se han suprimido todos los empleos para ellas.

Pero cuando el hermano del presidente sufre un extraño ataque, a Jean la "contratan" para que lo cure.
Pronto descubrirá que la están utilizando para eliminar por completo las voces de las mujeres.

Me ha encantado. Jean es una mujer fuerte que, aunque a veces me ha molestado un poco su manera fría de pensar, me ha hecho reflexionar a su vez. He sentido mucha rabia en algunos momentos y la he entendido perfectamente al principio cuando uno de sus hijos varones se pone bastante insoportable, aunque ha habido veces que no he compartido su opinión. La trama es amena y te va dejando con la intriga, dejando al margen la distopía feminista, se centra en lo importante que es el lenguaje y poder expresarse, seas hombre o mujer. de hecho, hay varios tecnicismos bien argumentados y metidos en el hilo. Los personajes secundarios van dejando entrever sus vidas y cómo les afecta este nuevo gobierno, y cómo poco a poco puedes ir consumiéndote pero a la vez hacer todo lo posible por salir de ello, aunque sea muy difícil y no te dejen hacer nada. El final ha sido sorprendente, me ha dejado con buen sabor de boca aunque una cosa me ha disgustado un poquito 😁
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egarciavergara
 13 May 2019
La historia está narrada desde la perspectiva de Jean, nuestra protagonista, con ella vamos conociendo a través de flashbacks cómo llegaron a la situación actual, como al principio nadie se pensaba que terminarían las cosas tan mal, como toda su vida cambio de la noche a la mañana; también conocemos su presente, cuidando del hogar, viendo como su hija Sonia de 5 años no habla apenas y es educada en el colegio para que sea el ama de casa perfecta o como su hijo mayor Steven cada vez está más metido en el movimiento Puro y como todo esto la hace sentir, su impotencia, rabia y sus sentimientos encontrados con las personas que la rodean. La trama es intensa, adictiva, con el claro mensaje de sensibilizar y remover conciencias y sentimientos, porque la historia podría pasar fácilmente en nuestra actualidad. Según iba leyendo y viendo como se iban sucediendo las cosas mi malestar crecía, he llegado a pasarlo realmente mal por Jean y todas las mujeres de la novela. Otras cosas a su favor son que engancha muchísimo, quieres saber qué va a pasar y deseas conocer mucho mejor ese mundo construido por la autora tan complejo y escalofriante, te ves envuelto en todo ello y ya es difícil soltar el libro. Asimismo la pluma de la autora ayuda a meterte en la piel de los personajes y el entorno que les rodea, es una narración repleta de emociones, tiene buenas descripciones y diálogos, es bastante directa además de aportar algunos Plot Twist interesantes e incluso llega a mantener la tensión hasta el final.
Enlace: https://letraslibrosymas.blo..
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Losmundosdeblue
 11 February 2019
una historia impresionante, me ha gustado, me a puesto de mal humor, nerviosa y de muchos estados diferentes, creo que es un libro que hay que leer, y no le doy mi 5 porque me faltaba mucha mas acción, a sido demasiado light todo para mi gusto, pero teneis que leerlo
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Lawerson
 11 February 2019
Cien al día. Ni una más. Esa es la cifra de palabras que la neurolingüista Jean McClellan y el resto de mujeres y niñas tienen derecho a pronunciar cada día. Una sola palabra por encima de esa cifra y cientos de voltios de electricidad recorrerán las venas de cualquier mujer o niña que se atreva a sobrepasarla. Ese es el mandato del nuevo gobierno en Estados Unidos, una cápsula alejada del resto del planeta. Las mujeres no pueden escribir, los libros les han sido prohibidos, sus cuentas bancarias han sido transferidas al hombre de la familia más cercano y se han suprimido todos los empleos para las mujeres. Pero cuando el hermano del presidente sufre un extraño ataque, a Jean le devuelven temporalmente el derecho a trabajar y a hablar más de 100 palabras al día, con el objetivo de que continúe investigando la cura de la afasia, un extraño trastorno de una parte del cerebro que controla el lenguaje. Pronto Jean descubrirá que la están utilizando y que ha pasado, sin saberlo, a formar parte de un plan mucho más grande, cuya intención no es encontrar la cura de la afasia, sino conseguir algo más macabro que podría suponer el punto final y el inicio de una época completamente nueva, lista para empezar de cero.

Si sois de las personas que han leído o visto la serie de El cuento de la criada, quizás esta premisa os resulte terriblemente conocida. En una época en la que el poder femenino está más activo que nunca, da miedo que algo como ésto pueda suceder. Pero nadie nos dice ni nos protege de una posible situación tan horrenda. Ese es el escenario que plantea Christina Dalcher en Voz, un libro que no solamente sirve para ver un futuro distópico que podría convertirse en la realidad de miles de mujeres sino que, con él, se pretende incitar a la lucha por nuestros derechos, seguir con la gran estela que, desde hace unos años, estamos construyendo entre todas. Porque cuando nos quitan aquello con lo que podemos hacernos oír, nos convierten en esclavas. La vida de Jean es escalofriante, y es justo lo que nos hace ver la autora desde el principio. No más de cien palabras al día, seas mujer adulta o una niña. No hay derechos de opinión, no hay libertad, no hay unión ni hermandad. Todo cortado de raíz. Es por ello que el libro se hace tan duro, un patriarcado que, de la peor manera posible, se ha hecho con el control de una situación que detestaban ver. Y eso lo vemos en nuestra realidad cada día. Nos manifestamos, nos unimos para gritar, para provocar le cambio que necesita nuestra sociedad, y siempre hay alguien asustado por el gran poder que tenemos, viendo como su zona de confort podría desmoronarse, negando cualquier derecho que tenemos antes de poder mejorar y salir de esa burbuja. Desde ahí parte este Estados Unidos tan aterrador. Así pues, Voz es un canto más que se nos une en nuestra lucha diaria. Desde le primer momento nos vamos a sumergir, a través de una narración en primera persona, en una sociedad muy marcada por el poder masculino por encima de todas las cosas. Son ellos los que deciden, los que nos ponen una venda alrededor de la boca. El libro al principio es una lectura a través de la rabia y la impotencia de ver cómo las mujeres son tratadas como si fuéramos escoria, sin ninguna opinión que dar, una lucha a través de pequeños gestos que intenta eliminar como sea el pensamiento tan radical que se impone desde los colegios o los institutos, un nuevo orden basado en la religión que le enseña a los hombres el "perfil correcto" de una mujer: sumisa, bonita, educada, que cumple con lo que el marido dice sin rechistar, solo para tener hijos, quedarse en casa y cuidarlos. Sin embargo, Jean no ha nacido para eso.

Es una lectura bastante interesante, que te hace reaccionar y sentir mil cosas, que va consiguiendo ganar pequeñas batallas. Es una lectura muy directa a lo que quiere contar, siendo bastante precisa, recalcando constantemente la importancia de salir a la calle y no quedarse en casa de brazos cruzados creyendo que, nunca, podría suceder o aplicarse una situación como la que finalmente sacude la vida de Jean y millones de mujeres. Y, de repente, la cosa cambia. Hay un giro en los acontecimientos de Voz que incluso me hizo reír por la simple ironía. Es a partir de ese momento cuando esos pequeños actos de rebeldía se convierten en algo más, una lucha mucho más grande. La trama, que hasta entonces se había quedado en un ritmo lineal donde nos mostraba este mundo de silencio, viaja a través de situaciones que dan mucha tensión y una primera acción que no culminará hasta el final del libro. Empiezan las primeras reacciones, aparece la esperanza, están los cambios. Y un propósito que podría suponer la muerte para nuestros protagonistas. Es un sin parar, una carrera a contrarreloj, más cuando hay otro de los grandes giros de la trama que te enseña la verdad, dejándote fría, haciendo que todo, absolutamente todo, sea de vital importancia.

Sin embargo, sí que tengo que decir que el final me ha supuesto algo precipitado. Es como si la autora no supiera muy bien de qué manera acabar el libro y lo hubiera hecho todo corriendo. Esa segunda mitad del libro es bastante emocionante, hay peligros acechando en cada esquina bajo la apariencia de un guarda de seguridad, cámaras de vigilancia o los propios compañeros de trabajo. No te puedes fiar de nadie. Pero ya por el final empiezan a suceden un sinfín de cosas que son explicadas de la manera más superficial y breve que ha podido encontrar la autora para dejarlo como algo que encaja con todo lo que ha narrado anteriormente como posible final. Como digo, no es algo que me ha logrado convencer del todo. No me hubiera importado tener más páginas para poder ver con mucho más detalle cada una de las cosas que suceden en las últimas veinte páginas. Incluso hay momentos que no me han quedado del todo claros porque se mencionan un una línea y en tres palabras, como si no tuviera gran importancia. Es lo que más me ha chirriado del libro, un final que no le hace para nada la justicia que merece toda esta historia de lucha que ha ido creciendo desde el principio.

Otra cosa que también me gustaría mencionar es el tema médico que envuelve a Jean y a gran parte de la trama. Como leéis en la premisa, hay una situación en la que una enfermedad que hay que curar se convierte en el centro de todo. Es posible que Christina Dalcher tenga conocimientos médicos previos al libro, que entienda de términos, de palabrejas extrañas, pero yo no. Y cuando en el libro empezaba a leer hipótesis, trabajos, cosas médicas me liaba bastante y no lo entendía del todo. Tampoco me ha parecido algo bien llevado, a lo mejor la autora perfectamente sabía de qué estaba hablando pero, si no tienes conocimientos médicos, algunas cosas suenan a chino.

Por todo lo demás, Voz es un libro a tener en cuenta. Con un potente mensaje que te hace pensar y reaccionar, nos incita a seguir luchando, a no rendirnos, con una protagonista que vive en un peligro constante para darle la libertad a todas las mujeres que viven esclavas por culpa de cien palabras. Un grito feminista que no acallará mientras sigamos el sonido de esta voz que habla tan alto.
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Lid02
 10 February 2019
Voz es una lectura de la que no sabía que esperarme. Nada más empezarla me encontré con una maravilla pero al llegar a la segunda mitad del libro se me fue yendo el ánimo. Por una parte ha estado cargada de sentimientos pero por otra le ha faltado profundización. He intentado explicarme lo mejor posible en la reseña pero me ha costado, espero que os guste...

Imagina que no tienes permitido un teléfono, que el correo solo puede recogerlo tu marido, que apenas puedes comunicarte con tus hijos a los cuales empiezan a adoctrinarle este nuevo sistema. Imagina ver como tus hijos asumen como correcta esta sociedad y no puedes hacer nada. Imagina que empiezan a tratarte como el sistema dice que eres, que tienes una hija que no puede pronunciar más de 100 palabras al día, que tiene miedo de hablar, que ves como le privan de su capacidad de opinión y de aprendizaje, que sabes que cuando crezca sus posibilidades son casarse con un hombre al que debe respetar y dar hijos o ser prostituta. Imagina ser Jean.


Artículo original: https://librosdelcielo.blogspot.com/2019/02/voz-de-christina-dalcher.html
© Libros del cielo
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Laia
 16 November 2018
Este es, sin duda, un libro para los amantes de El cuento de la Criada.
Una sociedad de mujeres reprimidas y con sus voces silenciadas, con un final completamente distinto (y mucho más satisfactorio).

La sociedad da un cambio de 180º cuando un nuevo presidente sube al poder con un reverendo como mano derecha. Las mujeres son removidas de sus trabajos, forzadas a ser amas de casa y limitadas a 100 palabras al día. Los hombre son libres de hacer todo aquello que les plazca, desde jugar hasta ir a prostíbulos, pero las mujeres no, y el adulterio, el sexo fuera del matrimonio y hablar más de la cuenta (si el contador de palabras se lo permite) son castigados con campos de trabajo forzoso o incluso la muerte. En esos campos hay tanto mujeres que se "han pasado de la raya" como homosexuales y personas que hablaron pública y privadamente por los derechos de los colectivos reprimidos.
Nuestra protagonista, Jean, es ama de casa, madre de cuatro hijos, la más pequeña una niña. En lo único en lo que es capaz de pensar es en lo mal que esta nueva sociedad va a tratar a su hija, así que hace todo lo que puede para remediarlo.
Todo el libro tiene un asunto claramente religioso, y realmente me gustaría creer que no hay hombre ni mujeres que creen que el silencio y en la cocina con un delantal preparando la cena para el marido es lugar de la mujer.

Con un ritmo fácil y lleno de acción Voz nos lleva entre las paginas rápidamente. Es adictivo, inspirador y con una trama realmente interesante.
Estoy sin palabras para expresar lo mucho que este libro me ha gustado.
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