Saltaré las olas

Imogen va a Irlanda para hacer una nueva vida, su novio de siempre la ha engañado. Su mejor amiga le ofrece un cambio de aires y acepta. Trabajando como enfermera en Howth, un pueblo pesquero, conocerá a mucha gente con historias entrañables cada uno. También conocerá a Liam, el dueño de la pequeña cabaña que renta y claro que se convertirá en el interés amoroso... pero al igual que Imogen arrastra un pasado triste y para poder avanzar deberán soltar todo lo que los retiene.
La pluma de Elena Castillo es hermosa, fluida, limpia y te hace soñar con un lugar maravilloso. Sus personajes bien construidos y un romance a fuego lento, es una lectura perfecta para el verano.
Es de esos libros que te llenan de felicidad el corazón.

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Es la primera vez que leo algo de esta autora y he de decir que me ha sorprendido bastante. Elena no solo sabe contar una historia hermosa, sino que además tiene una manera de escribir que te mete de lleno en la historia, consigue atraparte y que no quieras parar de leer.

Los personajes principales son Imogen y Liam. Imogen es una enfermera que sufre una ruptura y que trata de empezar de cero en el país de origen de su familia, Irlanda. A lo largo de la historia, vamos viendo cómo evoluciona su personaje, empieza siendo una mujer insegura, rota y con miedo, pero vemos como esa personalidad va desapareciendo y en su lugar, aparece una Imogen más segura de sí misma, con más ganas de disfrutar de todos los momentos que le brinda la vida y sobre todo, más feliz. Liam, es un pescador que regresa a su casa después de haber estado unos años fuera. La evolución de Liam, tiene altibajos a diferencia de la de Imogen, pero aun así, es bastante bonito el desarrollo de este personaje, ver cómo va dejando el pasado atrás y liberándose así de las cuerdas que lo atan.

Es una historia romántica y dramática, característica de ésta editorial. Me ha gustado mucho el desarrollo, la trama está muy bien escrita y creo que es algo original. Los pies de cada capítulo son sencillos y tiene unas 288 páginas, por lo que es una lectura amena y rápida si lo que buscas es desconectar un poco de ciertos géneros o simplemente no tienes mucho tiempo para leer libros más largos.

El lugar donde se desarrolla la historia me parece muy idónea, ya que Irlanda es uno de mis países pendientes para visitar (una de las razones por las que cogí este libro en la librería) y sus paisajes tan verdes, de costa, de vida tranquila y con vistas tan increíbles me parecen maravillosas para esta historia.

La portada me gusta mucho, se observan los acantilados de Irlanda y a Imogen mirando en el horizonte. La encuadernación es en tapa blanda, que aunque se estropea algo más cuando lo llevas contigo a los sitios, es más cómodo de transportar.

Sin duda haber leído por primera vez a esta autora, ha hecho que se despierte en mí la necesidad de leer más libros de ella. Sin duda recomiendo mucho esta lectura. Y ustedes, ¿lo habéis leído? ¿Tenéis ganas de leerlo? ¡¡ Nos leemos!!
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Me gustó muchísimo, es un libro que lo lees en un dos por tres.

Imogen vive en Filadelfia y acaba de romper una tóxica relación de 8 años en la cual ella terminó por perderse a sí misma por complacer a su tonto ex novio Andrew. Metiendo en sus valijas lo que queda de su corazón roto, se encamina a Irlanda, donde ha conseguido un puesto de trabajo por el plazo de un año, Allí compartirá casa con Liam, un extraño muchacho cuyo semblante misterioso nos mantiene expectantes. La historia entre Imogen y Liam se construye poco a poco, con algunos misterios de por medio que serán revelados entre cierta tensión. El corazón de Imogen se recompondrá paso a paso, mientras comienza a cumplir los pasos de la lista que ha nombrado “La mejor versión de mi“

– Pertenecer a algo
– Perder el sentido del ridículo
– Aprender a hacer algo nuevo
– Asumir un riesgo
– Renovarme por dentro
– Volver a abrir mi corazón

Pude ver en Imogen una parte de mi en determinada situación de mi vida, donde tuve que afrontar una separación bastante agotadora de una persona que no influía en mi de forma positiva. Su forma de verse a sí misma es bastante pesimista, y cree que no podrá contar con la fuerza suficiente como para volver a empezar después de haber perdido la “estabilidad” que ella conocía; comienza aquí un viaje de descubrimiento y crecimiento, donde ella tendrá que comenzar de cero y ver quién es en realidad, y a dónde quiere llegar con ello.

Las escenas de la clínica son desgarradoras pero a su vez tienen una belleza narrativa particular; es muy gratificante ver como Imogen influye en la vida de las personas que cuida, involucrándose activamente en sus tratamientos y logrando en ellos cambios profundos. Mi personaje preferido ha sido Owen, uno de los pacientes de la clínica. Me encanta su sentido del humor y su pasión; es un romántico empedernido que lucha con todas sus fuerzas por hacer feliz a la persona más importante de su vida, sin importar las circunstancias. Un caballero chapado a la antigua que les robará el corazón.

Literalmente lo leí en un día. Si bien cuenta con muchos clichés típicos de la literatura romántica, no se me tornó pesado ni nada por el estilo. La descripción del paisaje es algo maravilloso; como lectora, sentí que estaba viviendo las acciones junto a los personajes. Castillo tiene una pluma fluída, en donde los detalles no son excesivos ni tediosos. Los giros de la trama son interesantes y mantienen al lector ansioso por descubrir qué hay detrás de la cerrada personalidad de Liam, qué oculta tras esos increíbles ojos cristalinos, cargados de tanta angustia.

Un libro fresco, lleno de mensajes esperanzadores y una historia de amor de lo más romántica; ideal para una calurosa tarde de verano o para leer en la playa.
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Imogen necesita un cambio de aires pues le acaban de romper el corazón y además quiere demostrarle a su familia que puede cuidarse ella sola. Su mejor amiga le organiza un viaje a Irlanda, la tierra de sus antepasados, donde vivirá de inquilina en la casa de Liam O'Shea y donde trabajará como enfermera. Liam regresa a su hogar después de pasar una larga temporada fuera, lo cual genera que todo el pueblo empiece a hablar sobre ello. Lo que Liam no se esperaba era encontrarse con una compañera en su casa pues sus hermanos no se lo habían contado. Mientras Imogen se adapta a su nueva vida, Liam tendrá que lidiar con todo eso que le atormenta y con la presencia de su nueva inquilina a la que tratará de ayudar en todo momento.

Los dos protagonistas son muy complejos y al mismo tiempo evolucionan a lo largo de la historia. Me parecieron muy cercanos y los sentí como si fueran reales. En primer lugar, Imogen, aunque no tuvo un pasado demasiado turbio, necesita volver a empezar. Tiene en todo momento claros sus objetivos y lucha por ellos. le cogí mucho cariño rápidamente porque es una chica risueña que además es amante de la literatura. le apasiona su trabajo y ayudar a los demás, lo cual me parece maravilloso. Comete errores y no es para nada perfecta, pero eso es lo que la hace todavía más humana. Está rota porque le destrozaron el corazón pero lo importante es que intenta recuperarse y seguir hacia delante.

Resultado de imagen de irlanda tumblr acantiladoPor otro lado, Liam es un chico del cual al principio no sabemos apenas nada pero del que vamos descubriendo cosas a medida que va avanzando la trama. Es dulce, atento y tiene un corazón enorme que merece ser cuidado. Tiene un pasado que lo condiciona mucho en el presente ya que ha sufrido demasiado. Su historia personal me partió el alma y creo que es una persona muy fuerte por lograr mantenerse a pie a pesar de todo. Experimenta una evolución notable a lo largo de la novela y yo terminé muy enamorada de él por todos esos pequeños y bonitos detalles que tiene.

Los personajes secundarios juegan un papel muy importante en la trama y son realmente interesantes. Ava, la mejor amiga de Imogen, es esa persona que todo el mundo desearía tener en su vida o que a mi por lo menos me encantaría tener. Transmite mucha energía positiva y hace todo lo posible para que la protagonista esté bien. Es una amiga increíble que me hizo reír mucho. Todos los hermanos de Liam, especialmente Declan, son muy divertidos y me hubiera encantado conocerlos un poco más.

La historia está narrada en tercera persona desde la perspectiva de Imogen lo cual permite al lector conocer todos sus pensamientos. Sin embargo, eché un poco de menos algún capítulo desde el punto de vista de Liam porque me hubiera encantado llegar a conocer lo que se le pasaba por la cabeza en determinadas situaciones.

No había leído nunca nada de Elena Castillo pero sí que había escuchado maravillas de su forma de escribir. Ahora que por fin he probado su prosa debo decir que tengo muchas ganas de volver a leer algo de ella. Tiene una manera de describir los sentimientos de los personajes muy íntima y además de una forma amena que hace la lectura muy entretenida. Los diálogos son muy sencillos de leer y a la vez divertidos en algunas ocasiones.

Imagen relacionadaEn general la autora ha construido una historia madura que, aunque sea bastante sencilla, contiene muchos elementos que la hacen diferentes del resto. Saltaré las olas no trata solo sobre la relación entre los dos personajes, sino que también son muy importantes la amistad y la familia. Trata temas como la pérdida y cómo afrontarla, el sanar un corazón roto y el ayudar a los demás.

La ambientación es una auténtica maravilla. No había leído nunca nada situado en Irlanda y debo decir que ahora estoy muy enamorada de Howth. Elena Castillo describe muy bien todos los lugares por los que pasa la protagonista lo cual me sirvió para poder imaginármelos en mi cabeza con mucha facilidad. La casa del acantilado es preciosa y me encantaría poder vivir en un sitio así. Toda la cultura irlandesa también esta presente y me pareció realmente interesante.

La relación que se forja entre Imogen y Liam es de ese tipo de romances que me fascinan, pues se desarrolla con calma a lo largo de mucho tiempo. Sus sentimientos van apareciendo de manera casual y van creciendo a medida que van estrechando lazos. al principio hay mucha tensión que me mantenía todo el rato con ganas de que pasara algo entre ellos y las escenas que comparten me parecieron preciosas.

El ritmo es muy bueno en todo momento, la lectura no se me hizo para nada pesada sino todo lo contrario. Las páginas volaron literalmente porque estaba bastante enganchada. La autora me mantuvo intrigada desde el primer momento con el romance y yo todo el rato necesitaba más y más. La historia cuenta, además, con muchos giros en la trama. Algunos de ellos me sorprendieron y me dejaron bastante impacta, mientras que otros me los esperaba y se me hicieron algo predecibles.

El final me pareció el broche perfecto para toda la trama y me dejó con una sonrisa en la cara.
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Tercer libro que leo de Elena Castillo y tercera vez que termino con la sensación de que me falta algo. En Saltaré las olas me he encontrado con unos personajes con mucho, muchísimo jugo que sacar pero poco definidos. Acabo el libro con la impresión de que no los he llegado a conocer y no me gusta nada esa sensación. El libro tiene mucha parte narrativa. Mucha, muchísima. Y poco diálogo y esto también hace que en ocasiones se me haya hecho lento. Luego está el hecho de que en más de la mitad del libro no ocurre absolutamente nada. Imoge va a trabajar, vuelve a casa, duerme, sale a conocer el pueblo, duerme, pasea, duerme, trabaja, lee, duerme. Sí, a nuestra protagonista le gusta dormir, eso es algo que me queda claro desde el principio. Pero nada más, no pasa absolutamente nada más. La autora te va dejando pinceladas de los personajes pero tan, tan pocas que no ha conseguido engancharme a ninguno de ellos por completo. Luego la cosa va cogiendo ritmo, pero es tan previsible todo que no me ha sorprendido. Y luego viene el drama que al no haber conectado ni con la historia ni con los personajes lo he leído como ah! pues muy bien. Uffff no sabéis la rabia que me da que un libro no me haga sentir, os prometo que la sensación es frustrante. Y luego está Liam al que si, entiendo su drama, pero que en ningún momento me he creído enamorado de Imogen. No. Ni un te quiero en todo el libro. Ni una muestra de amor. Ni un gesto que me diga sí, es tu hombre. Lucha por él. ¿Me entendéis? Y diréis, pero habrá algo que te haya gustado y que te ha hecho darle las 3 estrellas ¿no? Pues si. Iban a ser dos estrellas y media pero le he subido medio punto porque el mensaje de superación en general en el libro es muy bueno y por la ambientación, la maravillosa ambientación. Irlanda es un personaje más de la novela, sin duda. Y ahí, si que si, te doy un diez Elena Castillo.

No conocía para nada a la autora y creo que tuvo un gran acierto en su escritura. Esta es rápida, fluida y sentía que las páginas se iban volando.

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Sobre sus personajes, me han encantado. Creo que tienen una gran caracterización, sus personalidades son perfectamente definidas y me ha gustado bastante que Imogen haya encontrado su lugar en el mundo, un lugar al cual pertenece y se ha ganado después de tantas desilusiones y tristezas que da la vida.

El romance me ha gustado. Sentía que la relación de ambos se cocía a fuego lento y echaba en falta muchas más interacciones de Liam que siempre tiene algo que interesante qué decir, que anima a nuestra protagonista a probar cosas que no conoce y que la está ayudando a sentir su casa como un hogar.

Saltaré las Olas es una historia de crecimiento personal, llena de rica cultura irlandesa perfectamente documentado, con personajes perfectamente definidos que más de una vez me hizo plantearme que sus personalidades eran reales. Con un romance que se cuece a fuego lento, me ha gustado bastante pero a veces sentía que la historia iba constantemente en la vida diaria de los personajes sin demasiados hilos argumentales.
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Elena Castillo nos lleva completamente a Irlanda, la ambientación es increíble de verdad, cada capítulo lo he disfrutado mucho.
La relación entre Imogen y Liam ha ido lenta cosa que me ha gustado, no se centra solamente en la conexión entre ambos personajes, también nos cuenta cada una de las maravillas de este país y de la ciudad en la que se encuentra Imogen. Además de la profesión de Imogen y sus ganas de ayudar a las personas es totalmente admirable.

Soy amante de las historias románticas y más si cuentan con drama, esta historia ha sido tan adictiva, sencilla, hermosa y dulce que me ha dejado con ganas de leer más de Elena Castillo. Había leído muy buenas opiniones de los libros de esta autora y por fin me he puesto con uno de sus libros, con una portada hermosa y una ambientación increíble que nos llevara a Irlanda.

Imogen Murphy ha estado viviendo bajo la sombra de su ex novio, no puede seguir más con esta vida en donde no es ella misma para complacer a otra persona. Necesita conocerse completamente, así que cuando su mejor amiga Ava le da la idea de mudarse y conseguir un trabajo junto a ella en Irlanda, sabe que es el momento de reconstruir su vida y darse la oportunidad de sanar su corazón y evitar aquellas miradas de lastima de su familia.
En aquel pueblo de Howth en Irlanda le espera ya el puesto de enfermera de residencia y una habitación que ha conseguido alquilar en un acantilado hermoso. Este maravilloso lugar es el impulso para tomar esta decisión y alejarse durante un año.
Ava ha sido de gran ayuda y apoyo para que Imogen deje a un lado la tristeza y pueda seguir con su vida normal.

Liam O'Shea no esperaba encontrarse a alguien en su casa después de tantos años en los que estuvo ausente, cuando su familia le da la noticia justo en el día de su llegada no tiene más remedio que alquilarle la habitación a aquella chica. No le vendría nada mal un poco de dinero al rentarle la habitación vacía de aquella casa que fue de sus padres.
Como buen casero Liam no duda en ayudar a aquella chica a adaptarse a esta nueva vida e ir conociéndose poco a poco, aunque no coincida mucho con ella.
He quedado maravillado por esta hermosa historia, la autora nos incluye sucesos secundarios que dejaran impactado al lector, es la manera en el desarrollo de dichos sucesos lo que me ha sorprendido y cautivado completamente.
Elena Castillo mezcla una variedad de situaciones que hacen que el lector disfruta totalmente de este grandioso libro de principio a fin. Con menos de trescientos paginas nos adentramos en una hermosa historia, con unos personajes en donde el pasado los atormenta, en donde es necesario sanar las heridas de la perdida y el desamor. Dos personas que juntaran cada una de las piezas de un corazón roto para unirlas de una manera hermosa.


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Desde que tenía 15 años, Imoge ha estado en una relación amorosa que la absorbió por completo a tal grado de olvidarse de quien es pues ha pasado todo su tiempo tratando de ser alguien compatible para su pareja. Pero esa relación ahora ha llegado a su fin e Imoge no tiene ni idea de quien es o lo que quiere hacer. Su numerosa y amorosa familia no es de gran ayuda pues no dejan de sobreprotegerla en este momento cuando más espacio necesita, así que decide hacerle caso a su mejor amiga e irse a Irla donde un nuevo trabajo y una casita aislada en los riscos la esperan.

Al llegar a Irla se encuentra con que no estará tan sola como pensaba pues su arrendatario, un pescador solitario, está de regreso en el pueblo tras años de ausencia y junto a él descubrirá un mundo de primeras veces y segundas oportunidades donde los corazones rotos ayudan a sanar a otros.
La mejor forma de curar un corazón es rescatar a otro.

Si tuviera que describir este libro con una sola palabra sería: Precioso. Y es que la historia que Elena Castillo nos narra aunque muy sencilla, es una historia llena de sentimientos que va a llegar a cualquier lector.

Gran parte de ese acercamiento se debe a sus dos protagonistas. Primero tenemos a Imoge quien al principio no es más que una mujer asustada llena de inseguridades que tras el pasar de las hojas se va abriendo para mostrarnos a una mujer madura llena de amor con un inmenso deseo por ayudar a los demás. Ver la evolución de Imoge sin duda ha sido lo mejor del libro pues la autora nos demuestra que sin importar lo doloroso que sea siempre va haber algo mejor esperando a que nos decidamos a dar el paso.

Liam por su lado es un personaje mucho más torturado y cuesta un poquito más llegar a él, pero cuando al final conocemos toda su historia es simplemente imposible sentir empatía por él. Me ha gustado mucho la forma en que la autora nos ha presentado a este personaje roto que al igual que Imoge nos deja con un buen sentimiento.

Ahora, la historia de amor entre ambos no es precisamente original ni inesperada pues desde el comienzo es obvio TODO lo que va a pasar entre ellos, pero pese a lo cliché de la situación la historia de amor es tan linda y cálida que uno simplemente no puede dejar de desfrutar de ellos.
Porque vivir es como nadar en el mar. La gente puede darte la mano y mantenerte a flote, que parezca que no te hundes, pero con el tiempo te conviertes en un lastre demasiado pesado y si te sueltan, si tú no mueves los pies y nadas, te ahogas.

Otro gran punto a favor del libro son sus personajes secundarios, en concreto les tengo que hablar de Owen, un anciano que vive en la residencia donde Imoge trabaja quien tiene una trágica historia de amor que contar, una historia de amor que estuvo a punto de sacarme la lagrimita.
También está Rosie, una adolescente con problemas alimenticios que también tiene mucho que decir pues al igual que todos los que viven en la residencian son personajes rotos que nos permitirán ver su lucha diaria y sus segundas oportunidades que les permitirá regresar a la vida.
Ya te lo dije una vez, la vida es un lienzo sobre el que pintar. Tú decides con qué pinturas y qué quieres plasmar. La vida puede empezar una y otra vez, incluso hoy, aunque duela.
En resumen, pese a su historia sencilla y un tanto predecible, Saltaré las olas es una lectura llena de sentimientos que trasmite calidez en cada página.

Como nos pasa con todos los libros de Elena Castillo, no hemos podido resistirnos a echarle el guante, y nos ha durado bastante poco. Es una historia que nos ha gustado mucho, que nos ha tocado la fibra sensible, pero de sus tres novelas, es la que menos nos ha gustado.



Nada más empezar el libro nos encontramos con una Imogen destrozada, con una familia demasiado protectora, y con una amiga "loca" que la convence para irse a trabajar a Irlanda. Ava, su amiga, le ha conseguido una habitación en una casa y un trabajo en horario nocturno en una clínica que es una mezcla entre residencia de ancianos y psiquiátrico (por las patologías que allí se tratan).

Su casero es Liam, un ser un tanto huraño (a veces) y muy simpático (la mayoría del tiempo) con el que va a crear una relación de amistad y se van a ir conociendo poco a poco. Ambos van a tener que descubrir una nueva vida, y una nueva forma de enfrentarse a los problemas y al pasado, ya que Liam ha estado fuera cinco años.

La manera en la que la autora trata la historia, como mima a sus personajes para que sean sinceros y parezcan completamente reales nos ha encandilado, como siempre hace Elena. Pero aún así, le dio una vuelta de hoja a la trama que creemos que, de alguna manera, sobraba. Pero para gustos, claro.

Algo que sí tenemos que comentar en contra de esta historia es que la autora se olvida de que las enfermeras tienen secreto profesional y no pueden hablar de los pacientes, y mucho menos con nombre y apellidos, cosa que Imogen se salta a la ligera.