Cuando te falte el aire

“Cuando te falte el aire” es el debut literario de Úrsula Campos quien, tras publicar una guía de consejos para ayudar a opositores, se estrena en la novela con una historia que, a mi juicio, tiene los dos elementos clave para, a priori, llamar la atención del lector en un mercado sobresaturado de thrillers. Por un lado tiene una portada muy impactante (esos colores que recuerdan una aurora boreal con la Basílica del Pilar de fondo), y por otro una sinopsis que despierta curiosidad por lo poco habitual que resulta encontrar un thriller médico ambientado en nuestro país.

Una enfermedad olvidada pondrá en jaque a toda una ciudad. Con esa alarmante premisa arranca una historia que promete dejar al lector sin aire. El asalto en plena noche al Instituto de Salud Pública de Zaragoza para robar unas vacunas, y la muerte de un joven en la que se sospecha de una posible causa infecciosa que se creía erradicada, deberán ser esclarecidos por Quina Larrea, jefa del Servicio de Epidemiología, y por la Inspectora Eliana Lysander, quienes contarán con la ayuda de Alexandra, una nueva epidemióloga que se verá implicada en ambos casos.

“Cuando te falte el aire” me ha parecido un soplo de aire fresco entre tanto thriller con características similares. Su lectura ayuda a descubrir un trabajo bastante desconocido para el público en general, pero que es de enorme relevancia cuando de cuestiones de salud pública se trata. Investigar el origen de las enfermedades infecciosas, su transmisión y la adopción de medidas para evitar su propagación, como si de CSI se tratase, hace que la lectura resulte igual de apasionante que si estuviesen persiguiendo a un asesino de “dos patas”.

Las grandes protagonistas de la historia son tres mujeres con personalidades completamente diferentes pero que tienen un rasgo común: son mujeres fuertes que no se dejan amedrentar por los tíos. Profesional y concienzuda, Quina no parará hasta descubrir la verdad, aún cuando eso suponga ir en contra de sus superiores. Lysander ha recalado en Zaragoza tras un revés sentimental. Arisca y un poco reservada, a través de sus ojos el lector descubrirá rincones de Zaragoza más allá de las guías turísticas. Alexandra, impulsiva y un poco temeraria, lo mismo sale corriendo detrás de un ladrón que le mete un zasca a su nueva (e impertinente) compañera de trabajo. Entre las tres conforman un gran equipo.

Un estilo sencillo hace que la lectura resulte ágil y dinámica, atrapando al lector por lo original de la trama y por unos personajes bien perfilados con los que resulta sencillo simpatizar. Leí en alguna entrevista que los personajes nacieron con la idea de continuar en una serie, así que espero poder volver a encontrarme pronto con Quina y compañía.

Siempre es un placer leer a alguien que sabe de lo que escribe, bien porque se ha documentado sobre el tema, bien porque es su modo de vida. En este caso, nos acercamos a lo que podría ser un nuevo desastre producido por un asalto a un laboratorio. La inspectora Lysander se pone al frente de la investigación para saber qué ha ocurrido y quien lo ha hecho y la epidemióloga Quina Larrea ha de pasar página porque tiene que volver a la realidad de su trabajo: intentar encauzar cuanto antes problemas de salud pública antes de que se conviertan en una pesadilla.
A veces ocurre, sin embargo, que los síntomas inespecíficos camuflan enfermedades serias; una simple tos, unos mocos, cansancio,... ¿qué tendrían de malo? En principio nada, ¿verdad?, por lo tanto no es necesario prestarles mucha atención hasta que resulta demasiado tarde. Quina se enfrenta, por tanto, a otro gran problema: que la crean cuando da la voz de alarma sobre detalles, en apariencia sin importancia y lo la tomen por loca.
En este libro tenemos varias tramas a la vez en diferentes momentos; vamos del pasado al presente para intentar averiguar cómo y dónde se originó todo y los caminos erróneos que se siguen días después; conoceremos a las protagonistas en sus orígenes y cómo han llegado hasta ese momento en el que el laboratorio ha sido atacado.
Cuando se trata de enfermedades que se pueden contagiar de manera más o menos fácil y rápida, cada segundo cuenta y ver como se desperdicia el tiempo en tonterías es algo que te mantiene en tensión durante toda la lectura. No es esta la única trama que ocurre en el libro ya que diferentes personajes nos irán manteniendo al tanto de sus vidas, viendo como interactúan entre ellos y como de la rama principal van surgiendo otras que juegan al despiste y a que nos pasemos todo el libro preguntándonos cómo encajan unas piezas con otras.
La escritora sabe de lo que escribe y se nota: la enfermedad, protocolos, formas de transmisión, aislamiento,... mezcla la posibilidad de que algo así suceda con la realidad y eso añade un toque de terror al libro ante la idea de que pueda volverse cierto en algún futuro cercano.
Capítulos breves contados desde diferentes puntos de vista, personajes que nos dejan atisbar dentro de su vida personal pero que, sobre todo, nos enseñan su lado más profesional, la complejidad del control de las enfermedades con todas las trabas que conlleva: el paciente cero, la gente que se niega a compartir información, las trabas laborales,.... todo eso narrado de forma que mantiene el interés hasta el final, adecuando el ritmo y la acción a lo que se precisa en cada momento. Me ha encantado.

Otra novela que empecé sin saber que era el comienzo de otra ¿serie/saga/trilogía? Me ha parecido una historia lo suficientemente entretenida para valorar leer otro caso con las mismas protagonistas, la verdad.

Me ha recordado a aquellas novelas que leía yo de Robin Cook cuando era joven y lozana, con intrigas que mezclaban el mundo médico con el thriller, solo que en esta ocasión todo ocurre en tierra patria (Zaragoza, para más datos) y al igual que aquellas me ha resultado una lectura muy amena.

Un robo de vacunas en el Instituto de Salud Pública de Zaragoza y la muerte de un adolescente al que al realizarle la autopsia detectan infectado de un virus que ya se creía erradicado, pondrá en jaque a Quina Larrea, la jefa del servicio de Epidemiología. Establecer si ambos casos están relacionados será una carrera contrarreloj para encontrar al paciente cero y para ello contará con la ayuda de Alex, su nueva epidemióloga y Eliana, la nueva inspectora de policía.

Ellas son las tres protagonistas de la novela, tres mujeres muy diferentes, que iremos conociendo a lo largo de esta entretenida historia mientras nos movemos con ellas por las calles de Zaragoza. de una forma muy amena nos vamos enterando de cómo se trabaja en un laboratorio que investiga enfermedades infecciosas, los protocolos que se deben seguir, lo que puede ocurrir cuando eso no se hace… en fin, una trama diferente dentro de este mundo de los thrillers que me ha resultado interesante y entretenida. Una lectura de prosa ágil ideal para el verano.

Este es un libro que ha ido de más a menos.

Cuando lo comencé pensaba que, como mínimo, le daría 4 estrellas pero, poco a poco, fue desinflándose.

Tengo entendido que esta es la primera novela de la autora y, si es así, es de admirar porque no está nada mal. El estilo es muy bueno, va al grano y no se anda con descripciones excesivas o cosas que puedan sacarte de la trama, va al grano. Incluso, me atrevería a decir que, al principio, me recordó un poco a Todo va a mejorar de Almudena Grandes.

La ambientación en Zaragoza es otro de los aspectos positivos, sentías y veías la ciudad con sus descripciones.

Un punto, que no es para nada relevante pero que me gustó como lo expuso, es el tema del acoso y agresiones que muchas veces sufren los funcionarios en España derivado de la creencia, en la mayoría de las ocasiones errónea, de que son unos vagos, que no trabajan, que es una labor en la que no es necesaria tener vocación, etc.

Ahora empiezo con lo que no me ha gustado tanto y ha hecho que, finalmente, tenga esa nota: esta es una historia con bastantes personajes, cosa que no me ha molestado ya que están bien definidos y, además, la forma en la que la autora junta todas sus historias está muy bien llevado. Lo que si me ha molestado, o no me ha gustado, ha sido que a esos personajes les iban pasando X cosas que, parecían ser llevadas a cabo por una misma persona, y finalmente eso no es así, no quiero explicar más ya que entraría en terreno de spoilers y se que esto puede no entenderse, pero no me ha gustado la resolución, que las miles de cosas que habían sucedido en la historia y que parecían realizadas por una persona concreta, terminan resolviéndose de manera muy independiente las unas de las otras. Me pareció algo demasiado aleatorio.

Por todo ello, y a pesar de haberla disfrutado mucho hasta casi el final, he decidido darle esa nota. Esto no quita que, cuando la autora publique algo nuevo, no vaya a leerlo, si que lo haré ya que he visto muchísimo potencial en ella.

Un asalto a un laboratorio y una mala praxis en una empresa son los desencadenantes de una búsqueda a contrarreloj del paciente cero de una enfermedad que todos dábamos ya por erradicada.

Quina trabaja como epidemióloga en el Instituto de Salud Pública del Gobierno de Aragón (ISPGA). Una noche, el director la llama diciéndole que éste ha sido asaltado y que unas costosas vacunas han sido robadas. La inspectora Lysander, recién llegada de León, será quien en primera instancia se ocupe del caso. Por otro lado conoceremos a Alex, acaba de empezar a trabaja en ISPGA y le toca encargarse de un caso que cree que le viene demasiado grande: un chico de dieciséis años ha sido ingresado por neumonía y todo parece indicar que padece de tuberculosis, pero no tardan en darse cuenta que están ante una situación mucho más peligrosa y complicada.

El estilo narrativo es ágil, conciso y muy ameno, tenía cierto temor a que la autora, dedicándose a la sanidad, se fuera por los cerros de Úbeda, con los términos y descripciones científicas y médicas, pero no ha sido así. Desde las primeras páginas consigue atraprarte en todas las tramas que se irán desarrollando a lo largo de la novela, y que te permitirán conocer en profundidad a estas tres mujeres que forman un equipo estupendo.

Una lectura envolvente para devorar en una tarde y disfrutar, además de la historia, de un fantástico recorrido por las calles de Zaragoza. Deseando poder leer una nueva historia de Quina, Lysander y Alex.