Gema

La novela "Gema" de Milena Busquets (@milena.busquets) llegó a mí gracias a @bookish hace un tiempo. Este libro narra la historia de una mujer que ya en su adultez recuerda a una de sus amigas de la infancia, fallecida en la adolescencia por una leucemia.

El recuerdo le hace querer recordar situaciones que vivió junto a ella, la primera vez que le vio, la última vez antes de que se fuera... Esto le lleva a querer visitar el colegio, reunirse con antiguas compañeras para compartir como recuerdan ellas aquellas vivencias y, en definitiva, le hace plantearse momentos en los que siendo una niña ni siquiera reparó.

"Gema" es una novela breve que se lee bastante rápido, aunque confieso que me esperaba cierta profundidad en algunas partes. Quizás al hablar de este tema que en ocasiones es tan difícil de tratar, no esperaba que la autora hiciera de ello una lectura fácil, sin llegar a excavar en sentimientos más profundos.

Milena Busquets a través de esta novela con tintes autobiográficos llama a la melancolía y la nostalgia por el pasado y a la reflexión sobre si el presente es cómo uno desea a pesar de que todo parece ser como debe ser.

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Gema murió a los 15 años pero nunca se ha ido. Su recuerdo sigue muy presente en la autora que ahora, con más de cuarenta años, no puede evitar evocarla en las calles y restaurantes en los que un día fueron niñas y adolescentes despreocupadas. Gema murió de leucemia en la flor de la vida, perdiéndose muchas cosas y dejando un vacío y muchas incógnitas a su alrededor que Milena Busquets quiere resolver. ¿Cuándo fue la última vez que se vieron?, ¿cómo fueron sus últimos días?, ¿qué fue de sus padres?

El fallecimiento de Gema supuso su primer encuentro con la muerte y parte de su memoria inicial. Arrastrada por este recuerdo melancólico, la autora trata de rescatar a Gema del olvido y se pone en contacto con viejas amigas, visita el colegio en el que estudiaron… Además de bucear en sus propios sentimientos y reflexionar sobre la pérdida, las ganas de vivir y las pequeñas alegrías que nos aporta la cotidianidad.

Esta novela, a la vez liviana y profunda, es también vitalista y triste, cuya historia resulta sencilla, elegante y muy humana. Es una obra en la que existe un diálogo entre ficción y realidad, y en la que se produce un rescate a través de los recuerdos.
Su prosa, aparentemente sencilla, es un gustazo para los sentidos como ya lo fue “También esto pasará”. La propia Milena Busquets ha dicho de su escritura que "Cuando escribo, es una flecha directa a la diana", y creedme que así es.
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Gema murió de leucemia con 15 años. Esta muerte fue una de las que marcó la vida de la protagonista de esta pequeña novela. ¿Qué sería Gema con 40 años? ¿Cómo habría sido su vida si su vida hubiera continuado hasta los días de hoy?

Después de tantos años, la narradora la vuelve a recordar, se pregunta por sus padres, cómo fue la última vez que la vio, cuándo fue esa última vez. El azar la lleva al restaurante de sus padres, lo que la obliga a investigar sobre la muerte de Gema, a través de amigas, del personal del colegio, de otros contactos.

Este libro que trata sobre el pasado, sobre las despedidas, sobre el perdonarnos a nosotras/os mismas/os. A veces, los recuerdos aparecen de repente, a veces nos arrepentimos de las cosas que deberíamos haber hecho o las que no hicimos. Pero al fin y al cabo, seguimos aquí.

Milena Busquets , escritora y periodista barcelonesa, escribió este libro ligero y emotivo (que consiguió que lo terminara en un día) que trata temas tan importantes como es la muerte y la vida, la niñez y la vida adulta, la amistad, el amor y el deseo.

Es interesante la forma que tiene la autora de escribir el relato. Si bien la historia puede ser más o menos atractiva, es entretenido de leer por el tipo de narrativa. El desarrollo del personaje no es tan extenso como para atreverme a decir que he conseguido conectar con ella pero es muy agradable el ‘slice of life' al que nos adentra. Me quedo con curiosidad por leer más de la autora.

Para mi este libro ha sido inesperado, honestamente no tenía mucha confianza en él, probablemente en una librería no estará al lado de Los pilares de la tierra, cualquier novedad de Stephanie Meyer o lo nuevo de tu youtuber favorito, no creo que este escrito con ese fin. Es un libro que en algo menos de dos horas de lectura, con una taza de té de (marca) consigue calentarte el corazoncito.
Trata sobre las relaciones, los recuerdos, la infancia, la amistad, la pérdida, el tiempo, la nostalgia, las alegrías en lo cotidiano... Es tan íntimo que no podría analizar cada faceta.
Sí puedo decir que lo he disfrutado mucho casi sin darme cuenta, me ha trasportado a momentos duros y otros muy alegres de mi infancia, como una chuche de esas que nos gustaban tanto cuando éramos pequeños, y no tan pequeños, sacando recuerdos del baúl, como lo hace leer una carta escrita a mano o escuchar una canción de sabina. Para poder cerrarlo después con una imagen plena (marca) que solo da la distancia y el tiempo, un broche tan dorado y brillante como el final de este precioso libro.

La escritura de Milena Busquets me desconcierta. Su vida es cosmopolita, afrancesada y ligera, podría llegar a cautivarnos. Sin embargo, encuentro una gran superficialidad que reivindica entre gritos de auxilio. La incesante búsqueda del amor y un ego irritante lo sugieren.

La vida de una escritora de cuarenta y tantos años transcurre sin grandes sobresaltos, entre sus dos hijos y una relación que parece a punto de terminar. Pero esa existencia razonablemente plácida se ve sacudida por la reaparición de un fantasma del pasado en forma de repentino recuerdo: Gema, una compañera de colegio que murió de leucemia con quince años. Pero, tras su lectura, una sabe que Gema no es una niña muerta, es una excusa. Se esfuerza poco por disimular que no soporta el ocaso de la pasión en las relaciones amorosas y que la amistad no va con ella, se le antoja un estatus plano.

“(…) la frivolidad, formidable vehículo para la inteligencia y el humor, había sido aparcada y relegada.”

Es posible que todas la mujeres nos busquemos un poco en una Milena que no se ha encontrado. También lo hacemos aquellas que escribimos:

“…egos gigantescos, amores y odios furibundos y una cierta endogamia y tendencia a la exageración”.

Esta novela autobiográfica, aunque Milena haya cambiado nombres y ficcione algunos hechos para adaptarlos a la historia, nos da una lección de cómo vivir el presente y la necesidad de cerrar un capítulo de nuestra vida para poder seguir viviendo en paz. Algo así le ocurre a nuestra protagonista, pero es algo que quizá no se entienda hasta llegar al final del libro.

No obstante, he encontrado párrafos cargados de un contenido liviano y profundo, vitalista y compungido, con esa belleza en lo cotidiano que tanto me gusta.

Estoy más o menos a la mitad del libro. Es una lectura amena y ligera. Ya leí de la misma autora También esto pasará y Hombre elegantes. A mi madre le ha encantado como escribe. Dicho esto, me gustaría leer libros de Milena en los que se pusiera en la piel de personas distintas a ella. Porque son siempre muy autobiográficos. También esto pasará tenía que ser obviamente autobiografico. Gema quizás también. Pero escribir siempre de uno mismo tiene que acabar siendo un poco aburrido. Seguro que hay territorios igualmente interesantes en los que escarbar.

No me acerqué a este libro con altas expectativas, ya que había leído todo tipo de opiniones, y algunas de ellas no muy buenas, pero para poder opinar hay que meterse de lleno en el libro y decidir por ti mismo. Mi opinión es que me ha gustado, sobre todo la forma con la que está escrito, e incluso he de decir que se me ha hecho corto al tener tan solo 150 páginas.
Además, ha sido el primer encuentro que he tenido con un texto de Milena, y sí, en nada me haré con su También esto pasará, me ha dejado con ganas de más y es buena señal.

Quiero pensar que la mayoría de gente espera personajes con algo especial, y aquí nos encontramos a una protagonista nada fuera de lo común, un personaje que podría ser cualquiera de nosotros, en el que algo del pasado se le quedó muy marcado, en este caso, la muerte por leucemia de una compañera de colegio de la infancia llamada Gema.

A la protagonista de la novela, una traductora de cuarenta y pico años, que vive junto a su marido y dos hijos, le atormenta tanto lo ocurrido con su compañera del pasado que abre una investigación personal en torno a Gema y saber qué fue de ella. Siente una necesidad de reencontrarse con el pasado y así poder cerrar un círculo que se le quedó marcado. Hace una serie de reflexiones sobre cómo son nuestros recuerdos, ella cree recordar que la pudo ver por última vez en el patio del colegio y la necesidad de saber si pudo despedirse de ella, aunque nadie de su alrededor lo recuerda así. Todos tenemos alguna historia del pasado que se nos queda por tiempo.

Tras informarme sobre la novela, me ha resultado curioso que se trata de una novela de auto ficción, ya que realmente Gema existió, y tal como aparece en el libro, fue una antigua compañera de Milena, con lo que la autora le hace un bonito homenaje.

En resumidas cuentas, Milena ha conseguido con su narración que me meta de lleno en la novela y viaje a ese patio del colegio. Anagrama nunca falla, y te recomiendo que leas esta novela cargada de recuerdos, historias cotidianas, y temas tan íntimos como el duelo de una temprana pérdida o las relaciones la amistad.
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Gema era el nombre de una más de sus compañeras del colegio. Era, porque su vida acabó de un modo precipitado a los 15 años tras ser diagnosticada con leucemia. Treinta años después, su recuerdo vuelve con fuerza y atormenta a la protagonista, una mujer con dos hijos, pareja y trabajo que de repente ve cómo su mundo se precipita ante la imposibilidad de distinguir qué fue real y qué no, de discernir si pudo darle a Gema un último adiós o no lo hizo, en definitiva, ante el dolor de un recuerdo que le impide avanzar por el desconocimiento sobre si dejó o no cerrada esta etapa de su vida, el duelo.

Es una novela breve que puede leerse del tirón, lo cual es recomendable ya que nos permite emprender esta búsqueda de lo pasado, reflexionar sobre cómo nuestros recuerdos, actos y no actos influyen en quiénes somos y cómo podemos paliar con ellos cuando nos atormentan.

Personalmente, aunque la reflexión que subyace es interesante, no he terminado de conectar con lo sucedido, quizá por ese tono poético aunque superficial capaz de reflejar los sentimientos de la escritora, pero no de traspasarlos al lector, al menos en mi caso.