Conventionality is not morality. Self-righteousness is not religion. To attack the first is not to assail the last. To pluck the mask from the face of the Pharisee, is not to lift an impious hand to the Crown of Thorns.
|
Conventionality is not morality. Self-righteousness is not religion. To attack the first is not to assail the last. To pluck the mask from the face of the Pharisee, is not to lift an impious hand to the Crown of Thorns.
|
Te ofrezco mi mano, mi corazón y una parte de todo lo que poseo.
|
Me obligaba a amarlo sin siquiera mirarme.
|
La gratitud y muchas asociaciones amenas y agradables convirtieron su cara en el objeto que más me gustaba contemplar; su presencia en una habitación la animaba más que el fuego más vivo
|
Se supone que las mujeres hemos de ser serenas por lo general, pero nosotras tenemos sentimientos igual que los hombres. Necesitamos ejercitar nuestras facultades y necesitamos espacio para nuestros esfuerzos tanto como ellos. Sufrimos restricciones demasiado severas y un estancamiento demasiado total, exactamente igual que los hombres. Demuestra estrechez de miras por parte de nuestros más afortunados congéneres el decir que deberíamos limitarnos a preparar postres y tejer medias, tocar el piano y bordar bolsos. Es imprudente condenarnos, o reírse de nosotras, si pretenden elevarse por encima de lo que dictan las costumbres para su sexo.
|
Es inútil decir que los seres humanos deberíamos sentirnos satisfechos de tener tranquilidad; necesitamos acción, y, si no la encontramos, la creamos.
|
Vivir es para mi, Jane, estar en el borde de un cráter que puede agrietarse y vomitar fuego en cualquier momento.
|
Aunque todo el mundo te odias y te creyese mala, mientras tu propia conciencia te aprobará y te absolviera de toda culpa, no estarías sin amigos.
|
Sin embargo sería tu obligación soportarlo, si no puedes evitarlo. Es tonto decir que no puedes soportar lo que te depara el destino.
|
Es inútil decir que los seres humanos deberíamos sentirnos satisfechos de tener tranquilidad; necesitamos acción, y, si no la encontramos, la creamos.
|
Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises